Tontos Club (3)

A mi amigo, ex-compañero y 'psiquiatra' Modesto Rodríguez Neira con sincero cariño y admiración.

Estaba sentado en el sofá pensando si necesitaré un fumigado no vaya a ser que la tontería de mis egregios gilipollas- ya sabe el lector que son "hijos" (de ficción) de Maika y quien esto firma- sería hereditaria por mi parte, cuando me despierta Maika diciendo: "¿No creará Eli que yo voy a ir trabajar al restaurante? Nuestra Vaquita, dicho sea en familia, montó "VACAS JET SET", como les tengo contado. Y le contesté: de momento, no.
Intenté dar una cabezada y adormecí soñando con las elecciones gallegas y, siendo parte estoica, sueño y veo como las gaviotas se suben a las atalayas y oteros y cubren Galicia con sus plumas. También aparece Feijoo, ¿será de tanto verlo en la tele?, que estaba cambiando un letrero que hay en Piedrafita do Cebreiro que pone Galicia y él lo rotula escribiendo: LA ARCADIA FELIZ.
No sé explicarles como veo a un viejo amigo mío, de los de siempre, que me dice: ¡eres un cabrón!. No sé a qué viene eso, a ver si ahora mis sueños también tienen culpa de algo. No soy tan inteligente como mi Jonathan que es superdotado por la universidad de Pepsilandia. En mi sueño además todo era azul: los prados, las vacas, los curas, los pájaros- los buitres tenían un azul muy oscuro, casi negro, uno llevaba publicidad de hospitales, otros de residencias de mayores... muchos buitres, pero también eran azules los pelotas, los árboles, los caminos, los caciques y las laconadas. Azul cielo, pero azul. Todo tan azul que hasta las gaviotas de los barcos eran azules, eso si, voraces y carroñeras.
Me despertó una llamada de mi yerno Robert, el marido de Eli la ilustre, y me dice que lo acaban de llamar de la Uni (se refiere a la universidad privada en que estuvo matriculado siete años y que le contestó a sus sufridos padres un superpastón) para que vaya a realizar un Máster en IA (inteligencia artificial). Según me explica eso conlleva que le van a insertar un microchip que le potenciará su "exquisito intelecto", además de subirlo a la "nube" y hablar con Siri. La verdad que eso de potenciarle el intelecto me parece superbien, ahora que subirlo a la "nube" la verdad es que no lo necesita para nada, si fuese bajarlo, Maika y yo lo agradeceríamos. Y eso de que hable con esa chica virtual que se llama Siri puede ser un motivo de conflicto grave con nuestra tierna vaquita, mi sufrida Eli. Yo no sé a qué nube será, pero por ellas pasea que da gusto. Esto rezando para que caiga al suelo algún día y se esnafre la cabeza para ver si así se le colocan las piezas. Me dice que elles también van. Elles son sus colegas de ambos sexos.
El máster, una vez más, es otro atraco dorado con perfeccionamiento cultural. ¡Mamma mía!, ¡No leen un libro entre las cuatro joyas y resulta que tienen títulos y diplomas para aburrir a los papás!. Dinero no tendré, pero facturas de títulos, másteres, cursos de investigación avanzada... Bueno, en la habitación, que tienen en mi casa para cuando vienen, las paredes no necesitan pintura, porque allí están títulos tan pomposos como: Doctor en ciencias del ocio y recreos varios; especialista en captador de olores de cafeterías y restaurantes; ingeniero de comunicaciones entre colegas, másters avanzado en redes sociales y diplomado en póquer, ruleta, black jack y máquinas recreativas, entre otros de la misma especie. Los únicos que no tienen son: paleta en construcción, especialista en azada, arado y aperos varios, repartidor de supermercado, distribuidor por pisos de butano ni cavador de montes. Dice Melody, la niña de Jonathan, que su papá le dice que su abuelo es como un banco, que tanto vale para sacarle la pasta, como para descansar sobre él. ¡Vivir para ver!
Por supuesto, Robert no me llama para darme una alegría, sino para un nuevo sablazo de doce mil quinientos euros. ¡Ah! Le dijeron que por ser ex-alumno le habían hecho un cincuenta por ciento de descuento. Cuando me lo dijo, le pregunté si la palabra des- cuento se escribe con guion en medio, es decir, que no tiene cuento, porque, si quiere cuentos, los invento yo mucho más baratos. Robert me contesto que si estoy lelo.
Oigo todo lo anterior y me quedo como el novio de la Marieta, con la flor haciendo el gilipollas. Ya voy entendiendo que lo de mis hijos es hereditario por mi parte. Ya mi abuela me mandaba rezar a santa Rita, que es abogada de los imposibles. Algo debía intuir.
Alelado estaba otra vez, cuando me dice Maika que Eli pensaba inaugurar mañana el restaurante "VACAS JET SET". La obra parece ser que está terminada. Como querían decorarla acorde a su estilo y necesitaban algunas cosas alegóricas al local, fueron a las afueras de Madrid a comprar cabezas de toros de un restaurante que cerraba. Eli quería poner vacas de verdad, pero los decoradores, que son los que saben, la convencieron porque les parecía un poco fuerte. Eli seguía quejándose, porque eso ya está muy visto. Entonces los técnicos decidieron pintar las cabezas de los toros para que pareciesen vacas y, con unos toques marrones, café con leche, casi blanco, con tonalidades menos acentuadas, más sutiles... Total que, en boca de Eli, dan el pego perfectamente. ¡Para que luego digan que mi Eli es tonta! Tonta no, lo siguiente, y lo siguiente de lo siguiente y se quedan cortos.
Lo que no contó Eli es que, después de haber mandado las invitaciones a tropecientos "intelectos" como ellos, resulta que todavía no tiene los permisos del Ayuntamiento, el entronque de agua, la entrada de luz y no sé cuantas cosas más sin solucionar. Por eso, siempre que tiene problemas, Eli, llama a los bomberos, es decir, a su madre y a mi, para que le echemos una mano. Yo no oí la conversación, sólo la voz de cabreo de Maika y que le decía: ¿Que quieres que te eche una mano? (todo esto con su dosis de cabreo correspondiente): ¡Mira, Eli, te voy a echar una mano infalible: coges tus vacas, un tren a Francia, allí te buscas un transporte de ganado, les pones unas velas encendidas en los cuernos a las vacas y te las llevas a Lourdes para que os haga el milagro. No, no estoy segura que se obre el milagro, pero es la solución que me parece más correcta.
Eli ya estaba llamando a la Renfe, pero Maika, arrepentida, la paró. Le dijo: Se suspende la inauguración, pones un cartel de enfermedad grave de tu madre y todo solucionado. Todo el mundo lo entiende. Y si no te gusta esa disculpa, pones otro de urgente inspección veterinaria y, como tienes unas vacas tan lustrosas, todo el mundo piensa: puede ser. Y nadie se molesta y hasta te dan el pésame. Y aquí paz y después... arreglas lo que tengas que arreglar.
No contento con eso, ahora es Jonathan el que llega a casa y quiere afiliarme a su partido. Le pregunto cual es su ideario y él me responde: ¿Y eso qué es?. En la asamblea eso no lo hemos tratado. Hemos hablado de hacernos influencers y vender el mensaje de un modo muy sutil, entre coca-cola y bocata de calamares, abrir una linea erótica con colaboradoras nuestras...
Como ya sé que así empezaron otros vividores, visto lo visto, le contesto: la linea erótica la tienes resuelta con las vacas de tu hermana. Les ponéis unas máquinas cabreadoras, de esas que hay en muchos sitios para contestar al télefono, que hablan y hasta preguntan, pero nunca acaban de entenderte, pues eso hablan con la máquina vaca y vosotros, que sois muy listos, a facturar llamadas. La verdad que en la política el ideario es flexible, acomodaticio, no existe la mentira sino el cambio de opinión, y lo importante, para ganar unas elecciones es que haya los suficientes tontos que os hagan caso y, ya debes de saber, por experiencia ajena y porque lo dijeron muchos, el granero de los tontos es infinito.
Perdone el lector, estoy cansado y me voy a dormir, a ver si puedo, aunque sueñe con las vaquitas.