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Parroquias de Castro de Rei (XI)

viernes, 13 de marzo de 2009
Iglesia parroquial de Duarría
Este sencillo templo parroquial del siglo XVII con numerosas reformas posteriores, fue construido en una de tantas campiñas que existen en este ayuntamiento, y casi colindante al mismo aun nos restan unas cautas muestras de arquitectura popular, las mal denominadas construcciones menores, alpendres, y otras similares que día a día se van perdiendo a pasos agigantados para dar paso a los modernisímos impuestos por las necesidades actuales y en cierta medida por las nuevas tecnologías imperantes.
Consta de nave rectangular cubierta a dos aguas con puerta de acceso en el muro lateral derecho, y el lateral izquierdo una pared intermedia la divide para así dar espacio a un desván y en la misma línea pero separada de este se halla la sacristía. El arco triunfal de medio punto realizado a base de sillares de granito, el cual parte de sendas mochetas realizadas con bloques de la misma piedra y rematan en capiteles decorados por forma biselada. La capilla mayor de planta cuadrangular con dos ventanales y techumbre a cuatro vertientes semejando por la parte interior un cruceteado de tablas y pequeñas vigas que parten de los cuatro pontones maestros. El frontis realizado con lajas y labrados bloques graníticos en los esquinales y puerta principal, rectangular esta con dintel corrido y carentes de inscripción u otro elemento ornamental. La espadaña semeja más a un sencillo campanil de una ermita, de un solo cuerpo con hueco para la única campana y remate con el símbolo del cristianismo y sendas acróteras.
Retablo de la capilla Mayor. Neoclásico con abundantes elementos barrocos, mide 323 centímetros de largo y fue tallado en el ultimo tercio del siglo XVIII, aunque el sagrario parece haber pertenecido a otro altar. Recientemente ha sido repintado y barnizado, perdiendo con ello su primitiva pintura y partes policromadas que tampoco tenían importancia artística; de sus imágenes destacan la de san Pedro, sedente; san José, y Santiago a caballo, todas ellas de buena factura y posiblemente fuesen talladas hacia la segunda mitad del siglo XVIII.
Tuvo este templo hasta hace poco tiempo un retablo lateral derecho que actualmente se halla desmontado en la sacristía el cual figura inventariado así. “Retablo derecho, 1,74, renacentista, primera mitad del siglo XVII, con esculturas de san Antonio de Padua, 0,82; santa María, 0,97; imagen de la Dolorosa, de medio bulto, y en el remate, altorrelieve del Padre Eterno, época del retablo, a excepción de la Dolorosa”.
Retablo izquierdo , es moderno y carente de valor artístico, tuvo esculturas del Carmen, 0,70 y san Juan Bautista, 0,74, siglo XVIII.
Piezas de orfebrería. Cruz parroquial de metal, siglo XIX. Otra cruz parroquial de calamina, siglo XVIII. Cáliz de plata con viril, punzón J/LIZ. Otro cáliz de plata liso, punzón J/LIZ. un tercer cáliz de plata, e igual que 108 anteriores liso pero con esta inscripción: CAROLUS IIII D G HISPANIARUM REX VIRTUTE/ SIENDO LIMOSNEBO MAYOR DE S.M. EL EMMO. SOR. DN. ANTONIO SENMANAT PATRIARCA DE LAS YNDIAS AÑO DE 1793.
Dentro de la sacristía trastero quedan, numerosas piezas litúrgicas que ya son usadas para el culto, además de libros, imágenes de escaso interés, piezas de un viacrucis, rústicos confesionarios, reclinatorios, etc...
Delimita el atrio un muro realizados con lajas y bloques que formaron parte algún día del templo parroquial, y han sido deshechas en posteriores reformas.

Notas documentales.
Fueron estas tierras uno de los primeros condados lucenses casi en los primeros años del segundo milenio, el llamado Durriense cuyos señores feudales eran de la casa de Aguiar. También forma parte de la permute realizada el año 1062 entre el obispo mindoniense Aloito y Pedro de Lugo, aunque dicho documento según estudios realizados entre otros por los canónigos lucenses don Antonio García Conde y don Amador López Valcárcel es una falsa copia realizada a finales del siglo XII.
El día 14 de julio de 1502. El Deán Y Pedro Fernández, sacristán, llegaron a un acuerdo en torno a las diferencias que tenían en relación con el beneficio de Duarría. El sacristán dejó el asunto en manos del Maestrescuela para que lo resolviese y pidió perdón al Deán. El Cabildo mandó seguidamente que no se entregasen a los clérigos de Coro los maravedís que solían percibir, a excepción de Roy García y Juan Alonso y el criado del sacristán, el de Fernando Balea y Alonso Martínez.
El día 31 de enero de 1547. Se notificó una provisión del Prelado en la que mandaba rezar los Maitines “a la primera noche". Se mostraron los canónigos dispuestos a obedecerla y ponerla en práctica. Presentó el Ldo. Molina la provisión de la Coadjutoría del canonicato magistral; los canónigos la aceptaron y le encomendaron el cargo de predicador, con derecho a gozar los frutos de la canonjía, pero sin derecho a voto. Le dieron asiento en el coro del Deán y mandaron que le acudiesen con los frutos.
Encomendaron a Montero, Codesal y Pedro González, reacionero, enviar cédulas a Lugo, Duarría, Meda, Niveiros y Parada en orden a la venta de todos los bienes radicados en esos lugares.
El día 10 de marzo de 1520. El Cabildo, presidido por Lopo Díaz, vicario del Deán, aforó a Pedro Díaz Sanjurjo, vecino de Duarría, para él y para otra persona designada en su testamento, un terreno sito en la dicha feligresía de Duarría, llamado Tarreo de Reguengo, en el agro de Gogín, por el que debería pagar para el Comunete de la Catedral treinta maravedís, puestos en la ciudad de Mondoñedo por día de san Martín.
El día 27 de mayo de 1566. Fernando García del Río, ejecutor de los maravedís del Subsidio del año 1565, segunda paga, en el Obispado de Mondoñedo, teniendo en cuenta que la Iglesia de Duarría había pagado un tercio del beneficio y estaban al descubierto los otros dos tercios, tomó declaración a Simón Lupo, vecino de Santalla de Dompin, que manifestó que habla percibido los frutos correspondientes a los dos tercios el canónigo Diego Alvarez de Castroverde y, después de la muerte de éste, un clérigo llamado Pedro García, que vivía en la ciudad de Lugo, y que no habla dejado ningún fruto sin recoger.
El día 15 de marzo de 1753, se lleva a cabo en san Andrés de Bendia, la toma de datos para el famoso Catastro de Ensenada, a cuyos apartados quince y dieciséis contestaron los peritos y vecinos que de todos los frutos que se cogían por aquel entonces en la parroquia a excepción de yerba, leña y coles, pagaban los vecinos de Diezmo, y de cada vaca con cría abonaban cuatro reales siendo de estos impuesto las dos terceras partes para don Fernando Montenegro, canónigo lectoral de la Catedral de Mondoñedo, y la otra tercera parte la percibía el cura párroco de dicha feligresía, además si este administraba por si o por sus criados los bienes diestrales percibía enteramente el diezmo de ellos, y so explotaba dichas tierras mediante colonos tenía derecho a percibir la mitad del diezmo resultante y la otra mitad era para el referido Deán, además de cobrar a cada vecino cabeza de casa del estado plebeyo que trabajase sus propiedades con yuntas de bueyes propios o ajenos o media yunta, un ferrado y me dio de centeno, y siendo mujer viudo o soltera o del estado noble los tres cuartos de un ferrado por razón de Boto. Ascendiendo dichos diezmos a 1528 reales de vellón al año, repartidos en la siguiente forma: 514 para el cura párroco; 1000 al don Fernando Montenegro; y los 14 restantes para el Deán, y a su vez este por razón de Boto otros 198 reales.
“San Salvador de Duarría. Un monasterio lucense del año 1128 comprado a la Reina Dª Urraca".
Bajo este epígrafe o titular encabezaba Nicandro Ares Vázquez, un interesante artículo, publicado en “El Progreso” de Lugo el 28-XI-1978, al cual hicimos referencia en la introducción de este volumen, Pero a nuestro modesto entender una de las partes del articulo en cuestión que no tienen “perdida” es la referencia documental que menciona el sacerdote Nicandro Ares. “-.Inédita es también la noticia de un monasterio que al parecer, se hallaba cercano a Duarría. El documento que lo menciona y al que se elude con fecha errada en España Sagrada (XLI, 13-14) pertenece al Archivo Histórico Nacional, pero en el Archivo de la Catedral de Lugo hay por lo menos tres copies, cuyo con-tenido sustancial es el siguiente:
“Yo Gudesteo Odaáriz, próximo ya a la última hora y temiendo el castigo eterno por mis pecados, creí meritorio ofrecer algo de mis heredades y posesiones a Dios todopoderosa y a su santa Madre la Virgen María, cuyas sagradas reliquias se veneran en la iglesia de la ciudad lucense, a saber: la mitad del monasterio de San Salvador de Dorría, que compró a la Reina Dona Urraca mediante legitima escritura, y de la otra mitad la porción que por derecho hereditario me corresponde entre mis copartícipes; también la Vila de Valdemario que he comprado asimismo por el precio convenido mediante escritura. Dono estas heredades a la mencionada Iglesia y a vos, señor mío, santísimo padre, don Pedro III, obispo lucense, y a vuestros canónigos que sirven a Dios en el mismo lugar, para que en sus oraciones se acuerden de mi, que confieso haber pecado gravemente, y para que los clérigos de la iglesia de Santa María se sustenten con dichas heredades perpetuamente, y yo sea absuelto de mis delitos. Si alguien atentare contra esta escritura, sea maldito de Dios y pague el doble de lo que se le acusa y el cuádruple de lo profanado, y tenga siempre pleno valor esta escritura. Hecha en la Era ICLXVI (1166 = año 1128) XVIII Kalendas Augusti (15 de julio). Yo Gudesteo confirmo esta escritura que mandé hacer. Confirman Vermudo Pérez, Pedro Yáñez, Rodrigo Suárez, Ero Ordoñez, Pedro Peláez, Suario Menéndez, y los testigos presentes: Pedro, Rogario y Diego. Escribió Pelayo, notario lucense”.

Capilla de Castro
Edificada en lo que es “o campo da Feira” ya docu-mentado como tal a mediados del siglo XVIII, cuyas ferias se celebraban por entonces el ultimo sábado de cada mes; perteneció dicha ermita a la feligresía de Riberas de Lea. Y su primitiva fábrica databa del siglo XVIII, sufriendo enormes reformas en las centu-rias siguientes, adosándole alpendres a modo de sopórtales para el servicio ferial, pero la mayor remodelación y ampliación fue llevada a cabo en 1992, siendo sustituida totalmente la nave original por otra más amplia y de nueva factura, realizada a base columnas en hormigón armado, con frontis y lienzos laterales en de bloque. El piso de terrazo y la techumbre a dos aguas cubierta por pizarra; campanario de un solo cuerpo hecho de los mismos materiales, rematado en cruz y sendas acróteras. Mereciéndose destacar de la obra moderna el gran aprovechamiento que en la misma se hace de la luz natural por medio de numerosos ventanales decorados por vidrieras modernistas hechas a la vieja usanza con nervios de plomo y vidrios impresos colados de varios tonos. A los pies quedan sendos confesionarios de cierta época y las lámparas están hechas en hierro forjado.
De la primitiva ermita han sabido conservar con buen acierto y gusto el presbiterio de planta cuadrada con techumbre a cuatro vertientes y sendos ventanales que facilitan su iluminación. Arco triunfal de medio punto realizado con sillares de granito, parte de sendos muros-mochetos rematados por capiteles en corte de cuña. La sacristía tiene dos accesos desde la capilla mayor y se halla cubierta a tres aguas, y en la misma línea de paredes por la zona exterior dos cobertizos semejan a los primitivos que eran utilizados los días de feria.
Actualmente no tiene retablos pero en su lugar quedan sobre unas sencillas peanas unas cuantas imágenes que formaron parte del retablo mayor amen de otras recientes.
En el tomo II del Inventario Artístico de Lugo y su Provincia, (1975), pagina 314, aparece reflejada dicha obra en los términos siguientes. “El edificio actual del que ha desaparecido la parte del frontis, es probablemente del siglo XVIII, aunque sufrió modificaciones cuando posteriormente se le adosaron los sopórtales para servicio del ferial. Nave rectangular a dos vertientes, presbiterio cuadrado a cuatro vertientes y sacristía en la cabecera. Muros de piedra con esquinales de sillería y tejado de pizarra.
Retablo mayor, 2,80, salomónico, de cuatro columnas, primer tercio del siglo XVIII, con esculturas de san Gregorio Papa 0,88; Nuestra Señora de Castro, 0,60; San Ramón Nonato, 0,75, y san Roque, siglo XVIII”.
A escasa distancia de la ermita fue construido en 1888 un cruceiro de factura muy popular, asentado sobre un amplia base realizada a modo de tiple escalinata en granito, se yergue el fuste de base cuadrangular y remate en capitel con las efigies de Cristo en la Cruz y la Dolorosa. Adornan el entorno una maravillosa “carballeira” y los cuidados jardincillos.

Notas documentales.
Don Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico, histórico y estadístico de España y provincial de ultramar, al referirse a esta feligresía la describe en los términos siguientes: “feligresía en la provincia y partido judicial de Lugo (2 leguas), diócesis de Mondoñedo (1, 3/4): situación en paraje llano, con buena ventilación y clima templado. Las enfermedades más comunes son dolores de costado, pulmonías, fiebres pútridas, catarros, anginas y cólicos nerviosos.
Comprende los lugares de Abelleira, Armental, Castedos, Castro, Cornide, Jengibre, Paderne, Rubial, Salgueiros, Tormentosa y Vento que reúnen 44 casas de pocas comodidades. La iglesia parroquial (Santiago), es matriz de san Juan de Riberas de Lea, su curato de entrada y patronato real ordinario; en el indicado lugar de Castro hay una ermita con la advocación del Dulce nombre de María.
El término confina por norte con san Andrés de Bendia; por este con santa María de Duancos y san Esteban de Loentia; por sur con san Pedro de Arcos y santa Eulalia de Dumpin, y por oeste con el mencionado anejo. Tiene varias fuentes de buen agua, y le bañan dos ríos, el uno con el nombre de Lea, que tiene origen en el territorio de san Bartolomé del mismo nombre, pasa por ambas parroquias; el otro denominado Labio, que nace en los montes del mismo nombre, se une en Castro con el anterior; y le cruzan dos puentes.
El terreno es de mediana calidad; al norte se encuentra el monte llamado Tormentosa, donde existe una laguna perenne que cría muchas sanguijuelas y anguilas, y al este e de Abelleira, ambos despoblado. El camino de herradura, que de Lugo se dirige a Mondoñedo, y el de Meira al puente de Rábade, se encuentran poco cuidados, y el correo se recibe de Lugo.
Producción: centeno, patatas, trigo, algún maíz, legumbres, lino, nabos y pastos. Cría toda clase de ganado, hay caza de perdices, liebres, codornices, labancos y otras aves; se pescan truchas, peces y anguilas.
Industria: la agrícola y pecuaria, telares para lino y molinos harineros.
El comercio se reduce a la venta de ganados, lienzo y el sobrante de la cosecha en la feria o mercado que se celebra en Castro los sábados de cada mes, en donde se proveen de lo más necesario.
Población: 44 vecinos, 228 almas, contribución con su ayuntamiento.

López Pombo, Luis
López Pombo, Luis


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