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Mirando a las «Guadalupes» compostelanas

martes, 12 de diciembre de 2023
Para abordar el culto a la Virgen de Guadalupe en Galicia es necesario remontarse a la vida y periplo en esta tierra del arzobispo Antonio Monroy e Hijar (Santiago de Querétaro, 1634-Santiago de Compostela, 1715). Interesante es conocer su mecenazgo, sus devociones y saber cómo logró que avanzase la construcción de una nueva sacristía en la catedral de Santiago, hoy en día conocida como 'Capilla del Pilar', donde reposan sus restos.
Mirando a las «Guadalupes» compostelanasCabe destacar, ante todo, la impronta que dejó en relación con la devoción a la Virgen de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de septiembre), ni vinculada a la "Extremeña" (8 de septiembre), ni a la "Moreniña" (1er. Domingo después del 8 de septiembre, en Rianxo), si no a la de "Nueva España". Yo la llamaría Monroyniana o Monroniana.
Monroy además de poseer esmerada formación y preclara sabiduría, conocía con detalle la historia del indio mexicano San Juan Diego (a quien se le apareció la Virgen el martes 12 de diciembre de 1531) y cómo surgió, al otro lado del Atlántico, el culto a la virgen guadalupana.
Este prelado impulsó en la península tres devociones marianas: la del Pilar, la de Guadalupe y la del Rosario. Lo narra Arturo Iglesias, técnico archivero de la catedral de Santiago, en un documentado artículo en el que apunta datos precisos, aunque no muestra ilustración alguna, ni se detiene en demasía en cuestiones artísticas por no ser éste su objeto de estudio (Cfr. "Las devociones marianas del arzobispo compostelana Antonio de Monroy", en Memoria Ecclesiae, XXI. Oviedo, 2002, pp. 109-116).
No es banal que Monroy eligiese el 12 de diciembre para hacer su "entrada solemne" en Compostela (1686). Es dato importante e interesante pues coincide con la actual festividad de la Virgen de Guadalupe y día de 'asueto nacional' en México.
De su tierra trajo un cuadro que conservó en el palacio arzobispal de Santiago y que, como señala A. Iglesias: (...) después de su muerte pasó en propiedad al convento de las madres mercedarias, en cuyo coro se conserva. En efecto, allí está, en el coro de las monjas. Es notable por su valor patrimonial, como pieza ornamental y devocional. Lástima que esté en clausura, fuera de nuestro alcance.
Más interés desde el punto de vista histórico tiene otro cuadro que hoy está en el Museo de la catedral. Es de grandes dimensiones y conocemos una 'historia musical' ligado a él.
Monroy estableció que el canónigo Francisco Verdugo, su testamentario y por parte materna mexicano, recibiese como administrador que era del Depósito de Música -es decir, fuesen a parar a los caudales de la misma- una suma de dinero para que se estableciera con solemnidad "una fiesta de Nuesttra Señora de Guadalupe de México el día 12 de diciembre de cada un año, con primeras vísperas, proçessión mitrada, missa y sermón de medea ora", matizando que "en casso que en dicho día doçe de diciembre no se reze de la ynfra octtaua de Nuestra Señora de la Conçepçión, en otro qualquiera que se rezare de la ynfra octtaua, y si todos estubieren ocupados, en el día de la octtaua; de suerte que, aunque en esta santa yglessia aya otra fundación en dicho día, se gane tamuién la del señor Arçouvispo".
En esa fiesta, el dinero era para el sermón del prelado y los músicos y, el resto, a repartir entre los presentes. Se establecía asimismo que, mientras viviese el arzobispo, siempre debería hacerse repique de campanas después del sermón de la tarde.
Mirando a las «Guadalupes» compostelanasPor añadidura, Monroy dispuso que "un ombre y una mujer cassados" elegidos por un encargado, portasen consigo "un niño o niña de pecho" y que se eligiesen seis niños y seis niñas ataviados según él manifestó con detalle. Lo más importante es que debían vestir con paño de Parrilla o de Astorga, o sea, los apropiados para el crudo invierno. No figura cuál era la misión de esta selección de "actores", ni de este "atrezo". Tampoco se sabe si iban danzando o en riguroso silencio. Hacia dónde debían dirigirse no está indicado. En fin, puede que ni siquiera se moviesen del lugar que tenían asignado para colocarse. Todo cabe al no estar bien recogido ni documentado en otra parte.
¿Qué ha pasado con la música compuesta para todo esto? Es otra gran duda que queda en el aire. A lo sumo podemos decir que era maestro de capilla José de Baquedano (1642-1711). ¿Se puede explicar así que su enterramiento figure en los libros del convento de las MM Mercedarias de Santiago? Algunas fuentes señalan que pudiera deberse, simplemente, a que era monje trinitario.
¿Y las obras que se citan a dónde han ido a parar?: "(...) Te Deum y Venedittus, en la misma manera que otros maytines que zelebra esta santta yglessia"... Quen sabe! Chi lo sa!
Otros cuadros con representación de la Virgen de Guadalupe, de formatos y dispar conocimiento, procedencia y valor artístico, están en otros enclaves de la catedral compostelana. Uno pequeño se halla expuesto en la Sala Capitular y otro de gran tamaño está ubicado en su Museo.
Cercana a todas estas joyas catedralicias está una pintura, muy voluminosa y ornamentada, situada en la sacristía de la iglesia de S. Miguel dos Agros. Es la que mejor ilustra las Apariciones de la Virgen a Juan Diego. Está firmada por Vicente Cardama, artista perteneciente a una familia compostelana entre cuyos miembros está el organero Ramón Cardama. Este arregló varios órganos, como el del convento de Santa Clara (ca. 1860).
Fin de la muestra. Mientras hacen este periplo por Santiago, por mi parte -habiéndolo hecho antes- tengo intención de seguir en sintonía con el Adviento (vísperas y fiesta de la Virgen de la O, incluidas), esperando la Misa del Gallo del 24 y preparando la Fiesta de la Natividad, del día siguiente.
Aún debería echarle otro vistazo al libro de J. J. Benítez: «El misterio de la Virgen de Guadalupe. Sensacionales descubrimientos en los ojos de la Virgen mexicana» (Ed. Planeta, 1982). No tengo tiempo ahora, pero lo recomiendo tal cual me sugirió su lectura una buena amiga, conocedora y devota de esta 'Nuestra Señora'.
¡Hay que andar con agenda en mano, pues variado y apretado es este azaroso, cuán venturoso, ciclo navideño!

Pilar Alén, Profesora de la USC
Alén, Pilar
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