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Aproximación a la historiografía musical gallega

viernes, 24 de noviembre de 2023
Como he señalado en otros trabajos, en el campo de la historiografía española ha habido momentos de notables avances y otros de casi total carencia de estudios debido, en gran parte, a la escasa o nula consideración que ha tenido la música en nuestro país dentro del panorama general de la enseñanza y de la investigación.
La historiografía musical gallega, por su parte, en la década de los '90 del siglo pasado apenas comenzó a dar sus primeros frutos, pese al rico patrimonio que poseemos y que entonces ya era bastante conocido, tanto en el ámbito de la música 'culta' como 'popular'. Hasta ese momento, casi todos los esfuerzos realizados en ese sentido habría que considerarlos como en lo que en realidad eran: trabajos elaborados con no pocos problemas de base, contando siempre con una infraestructura inadecuada y, sobre todo, realizados por un pequeño número de investigadores que, en solitario, han emprendido esas tareas sin contar con el apoyo institucional necesario, o conveniente, para empresas de ese tipo.
Haré un repaso articulado en dos fases correspondientes a los comienzos (de finales del siglo XIX a mediados del XX) y la de cierta consolidación (desde entonces hasta entrar en el siglo XXI).

Los inicios
En los albores de la historiografía musical gallega destacan diversas personalidades que, además de aportar sus conocimientos sobre la cultura musical de Galicia, han sido reconocidos, ya en su época, como verdaderos eruditos dentro de la cultura general de su tierra.
Sólo haré mención de los que creo que han tenido un papel más relevante, a sabiendas de que no han sido los únicos que se han preocupado por nuestra música.
Por una parte, deben citarse tres personas de distinto perfil: José María Varela Silvari (1848-1926), que desarrolló gran parte de su actividad en A Coruña y, más tarde, en Madrid y Barcelona; Indalecio Varela Lenzano (1856-1840), coruñés de nacimiento, pero lucense de adopción; y Santiago Tafall Abad (1858-1930), compostelano que vivió gran parte de su vida en esa ciudad. Aproximación a la historiografía musical gallega
En el campo más específico de la música popular o folclórica figuran otros dos estudiosos significativos: Casto Sampedro y Folgar (1848-1937) y Jesús Bal y Gay (1905-1993).
No se deben olvidar tampoco las aportaciones de historiadores que, si bien no han entrado específicamente en el campo de la música, al menos no lo han ignorado; es el caso, por ejemplo, de Antonio López Ferreiro (1837-1910).
En conjunto, estos autores nos presentan unos trabajos que pueden parecer que carecen de verdadero rigor científico, o así se ha dicho repetidas veces de ellos. Quizás, efectivamente, no lo hayan tenido, pero habría que analizar en profundidad el trabajo de cada uno en particular, sin ideas preconcebidas, para afirmarlo con certeza. De todos modos, lo que es innegable ya es que sus estudios poseen gran valor por ser pioneros en el campo de la historiografía musical y, aunque no entren en lo que se conoce como trabajos "musicológicos" son, sin duda, estudios de valor "musicográfico".

José M. Varela Silvari ha sido el primero en hacer el intento de presentar 'toda' la historia de la música gallega en su "Galería biográfica de Músicos Gallegos" (A Coruña, 1874). Como es propio de la época en la que escribe, ni en éste ni en otros estudios, Silvari dice de dónde proceden los datos -por lo demás, abundantísimos- que proporciona. Pero lo que para nosotros constituye un 'problema', en realidad para él no lo fue nunca; incluso se jactaba de ser objetivo e imparcial en sus testimonios.
Además de 'falta de rigor’, a Varela Silvari se le ha tachado de estudioso con 'excesiva imaginación'. Quizás sea también cierto. Incluso habría que calificarlo como 'verdadero entusiasta de la música gallega' por la vehemencia con que la defiende.

Los trabajos realizados por Indalecio Varela Lenzano tienen distinto valor musicográfico. Son, en su mayoría, artículos monográficos de músicos o estudios de piezas emblemáticas gallegas. Aborda temas muy variados, desde los meramente 'históricos', hasta los de 'crítica musical', pasando por la 'investigación' de nuestro folclore: "Las sociedades 'corales' gallegas" (El Eco de Galicia, 1893); "Estudio biográfico-crítico de D. José Pacheco, maestro de capilla de la catedral de Mondoñedo" (Lugo, 1897); "Figuras epónimas. Juan Montes" (Lugo y su Provincia. Libro de Oro, 1929)'; y "El Himno Gallego" (Boletín de la Academia Gallega, 1931), entre otros.

Al polifacético Santiago Tafall Abad le debemos una serie de trabajos que, a pesar de los años, continúan siendo obras de referencia. Así, por ejemplo, no cabe duda del interés que tienen sus estudios sobre las piezas del 'Códice Calixtino' o sobre las 'Cantigas de Martín Códax'. Suele aportar ideas que, en no pocas ocasiones, tildaríamos de 'peregrinas' o 'entrañables' porque da el enfoque de un 'gallego' para quien todo lo que se hace en Galicia está arraigado en lo más profundo de esta tierra, de su tradición y de su cultura.

A Casto Sampedro se le ha calificado como 'uno de los eruditos de más honda y completa formación en la Galicia de su tiempo' (Filgueira Valverde, 1974). Su gran aportación a la historia de la música gallega es el "Cancionero Musical de Galicia". Aunque fue premiado en 1911 por la Real Academia de S. Fernando, no se publicó hasta 1942, siendo reeditado en 1982 por la Fundación Barrié de la Maza. Ha sido objeto de estudio de la tesis de Xavier Groba: "O legado musical de Casto Sampedro Folgar (1848-1937). O canto galego de tradición oral" (Santiago de Compostela, 2011).

Fue fruto de un ambicioso proyecto que llegó a culminar, amparado y alentado por los intelectuales y políticos que crearon la Real Academia de Folklore Gallego, bajo la presidencia de Emilia Pardo Bazán.

En esta misma línea, aunque varias décadas más tarde, Jesus Bal y Gay, en colaboración con Eduardo Martínez Torner, publicó su "Cancionero Gallego" (A Coruña, 1974). A él le dedicó un estudio crítico Carlos Villanueva en el año 2007, editado por la Fundación Pedro Barrié de la Maza. Bal y Gay, en solitario, realizó otros trabajos no sólo centrados en la música gallega, sino también en variados aspectos de la música occidental en general. Baste citar: "Hacia el ballet gallego" (Lugo, 1924), "O problema dunha música galega culta" (Buenos Aires, 1956), "Personalidad musical de Galicia" (Revista Grial, 1964) y "Panorama de la música popular gallega (Revista 'Galicia', Buenos Aires, 1940).

Finalmente, la labor de Antonio López Ferreiro se sitúa más en el ámbito de la historia en general que en el de la musicología-musicografía en particular. No obstante, sus estudios son fuentes imprescindibles para los historiadores de la música por su rigurosidad y por la abundancia de datos que proporciona. Su obra magna, de consultas obligada, es "Historia de la S.A.M.I. de Santiago de Compostela" (Santiago, 1898-1911). Se trata de la más amplia y documentada historia de la catedral compostelana, en la que también hace el seguimiento de la evolución de su capilla de música, tratando no sólo aspectos relacionados con los maestros de capilla, sino aportando información sobre los músicos -cantores e instrumentistas- que formaron parte de la misma. Abarca, además, un amplio período: de la Edad Media al siglo XIX.

Etapa de consolidación
Todos los intentos de elaborar una historia de la música gallega, pese al alentador panorama de fines del siglo XIX y primeras décadas del XX, quedaron totalmente paralizados hasta época más reciente.
Cabe citar, como única excepción la edición que, en 1942, bajo los auspicios del Patronato de 'El Museo de Pontevedra', se realizó de la obra de Casto Sampedro ("Cancionero Musical de Galicia"). Esa edición presenta lo que se ha considerado como una síntesis global de la historia de la música en Galicia. Su autor, Xosé Filgueira Valverde, la incluye como una "Introducción" necesaria para comprender el 'Cancionero' y advierte, ya en las primeras líneas, lo siguiente: "(...) disculpe esta finalidad el carácter libresco de la incursión del editor en campos, si próximos siempre, ajenos a su especialidad". Con todo, como señaló J. López-Calo, este estudio constituye "(...) nada máis e nada menos que a primeira -e deica hoxe única- historia completa da música en Galicia" (Santiago de Compostela, 1998).
Filgueira consideraba que había que reconocer un florecimiento musical en la edad media y una decadencia a partir del renacimiento y que, desde la tendencia decimonónica de elaborar 'historias de la música', a finales del siglo XIX, se había entrado en una etapa de "falsos cronicones". Este enfoque y sus juicios de valor -aunque a veces certeros- fueron superados ampliamente en décadas posteriores y algunos ya no pueden mantenerse bajo ningún concepto.
Tras el estudio de Filgueira Valverde transcurrieron tres décadas hasta la aparición de lo que se podría ser visto como 'otra' historia de la música gallega. En 1974, dentro de la serie de 30 volúmenes publicados de la "Gran Enciclopedia Gallega", en el item 'Música', José López- Calo hace un breve recorrido por las etapas fundamentales de nuestro pasado musical. Con muy pocas variaciones, el mismo autor, en "Galicia Eterna", aportó otro apartado similar (Barcelona, 1981).

A partir de la década de 1980 comenzaron a aflorar trabajos monográficos de diverso carácter. En su mayoría se centraron en la música de la catedral de Santiago ('Códice Calixtino') y la del barroco compostelano, junto a la lírica medieval ('Cantigas de Martín Códax' y 'Cantigas de Santa María'). En cambio, los estudios de conjunto cesaron, en parte por falta de material de base para elaborarlos y, en parte, por la carencia de interés de las instituciones públicas y privadas para hacerse cargo de la financiación de trabajos de contenidos tan amplios.

En las últimas décadas del siglo XX tuvo un papel relevante la labor llevada a cabo por la Universidad de Santiago. Desde que la música empezó a tener presencia en sus aulas -comienzos de la década de los '70- fue en aumento el apogeo de la vida musical en Santiago, así como el de las publicaciones sobre la música gallega. Bajo su patrocinio se desarrollaron no sólo actividades académicas, sino múltiples publicaciones que sería prolijo recoger aquí.
También otras instituciones apoyaron de algún modo la música, bien promoviendo Aproximación a la historiografía musical gallegaproyectos, subvencionando trabajos de investigación, propulsando el acopio de documentación histórica, difundiendo actividades musicales, etc. Cuantitativamente, son muchas las que se podrían enumerar, pero desde el punto de vista de ser verdadero 'apoyo' para la música, habría que reducir la relación a unas cuantas: Diputación de A Coruña, Fundación Barrié de la Maza, Instituto José Cornide, Real Academia Galega, Museo de Pontevedra, etc. Ya, en época más cercana, cabe destacar la ayuda del Consorcio de Santiago, la del Consello da Cultura Galega. Desde el ámbito universitario, desde 2004, el Grupo de investigación "Organistrum" ha reforzado el estudio del patrimonio de nuestro pasado musical, siendo hoy en día un motor para el avance del conocimiento del mismo.

Como epígrafe, haré breve mención de publicaciones que abordan todavía en su conjunto 'toda' la historia musical de Galicia.
Por una parte, ha sido fundamental la edición de las Actas del "Encontro 'O Feito Diferencial Galego na Música'" (Santiago de Compostela, 1998), promovido por el Museo do Pobo Galego (2 volúmenes +1 CD). Se trata de una amplia recopilación de estudios sobre la música 'clásica' (o 'culta') y la música 'popular' (o 'tradicional'). En ella figuran musicólogos, filólogos, intérpretes, antropólogos, luthieres, etc. Es evidente su carácter interdisciplinar.
Al filo del siglo XX, gracias a la iniciativa de la editorial 'A Nosa Terra', tuve la posibilidad de publicar un trabajo de compendio de 'todo' el panorama musical gallego, comenzando en la antigüedad y concluyendo en el siglo XVIII: "Historia da música galega. Cantos, cantigas e cánticos" (Vigo, 1998). Una edición de bolsillo y de carácter más divulgativo fue la que editó la misma editorial bajo el título "Breve historia da música galega" (Vigo, 2004). Ambos estudios se verían completados con la publicación en 'Andavira' del libro relativo al siglo XIX: "Historia da música galega. Notas ao século XIX" (Santiago de Compostela, 2009).
Estos trabajos fueron felizmente superados por Lorena López Cobas, ya a comienzos del siglo XXI en "Historia da Música de Galicia" (Pontevedra, 2013). Sin duda, es el estudio más amplio llevado a cabo hasta ahora. En él se combina perfectamente el aspecto didáctico con el erudito. Es una obra de referencia para entendidos y profanos, que como novedad incluye dos CD’s con repertorio de cada etapa, comentado a lo largo del elaborado texto.

A modo de coda
Como conclusión, creo que ya no deben considerarse como válidas las palabras de Varela Silvari, iniciador de esta trayectoria de estudios sobre la música gallega. Hace más de un siglo, se lamentaba en estos términos:
"Nuestros biógrafos o han olvidado los artistas nacidos en Galicia (...) o creen que en las provincias gallegas no existe nada que en la historia pueda consignarse. Si el no figurar los músicos gallegos consiste en lo primero, es sin disputa, una flata imperdonable; si en la segundo, preciso es que viajen, visiten sus bibliotecas y se enteren con detenimiento de la historia de Galicia, para que de ella puedan hacer un juicio más acertado..." (1874).
Hoy nadie duda del lugar que le corresponde a la música gallega en la historia de la música en general. Además, es un hecho constatable que el número de investigadores ha ido en aumento. Pero hay también problemas no resueltos que siguen dificultando el estudio de nuestro patrimonio musical. Señalo algunos, no con afán de crítica, si no de llamada de atención hacia una sociedad, sensible y con sólidas instituciones, que, en esto, como en todo, también tiene mucho que aportar.
. La falta de personal cualificado que facilite al investigador los materiales precisos, unido al mal estado de conservación -a veces involuntario- o el caótico estado en que se hallan.
. La dispersión de esas fuentes documentales y fondos musicales, con el consiguiente esfuerzo que supone hacerse cargo de esos materiales. Se corre el riesgo además de que esos fondos se vayan perdiendo o acaben deteriorándose si no se hace un inventario o catalogación de los mismos.
. La carencia de una línea de investigación conjunta, coherente y debidamente organizada y sistematizada. En la actualidad -y quizás como rémora del pasado- prima el trabajo individual sobre el trabajo colectivo o en equipo.
. La falta de toma de conciencia, tanto por parte de algunos investigadores como de entidades, de que lo que se ha realizado en el campo de la historiografía musical tiene un valor que debe ser tenido en cuenta, sin falsos prejuicios.
. La poca relación en ocasiones de la música -o de la 'musicología'- con otras disciplinas. Se han hecho muchos logros, pero la música sigue siendo un 'apéndice' en el sistema educativo de Galicia y de España. De ahí que la investigación también se vea perjudicada desde sus raíces.

Son problemas que, con voluntad, confiamos que se solventen prontamente.

Pilar Alén, Profesora de la USC.
Alén, Pilar
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