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Tiempo de elecciones: Economía

martes, 10 de febrero de 2009
Hace menos de un año, antes de celebrarse los Comicios Generales, se produjeron sendos debates televisados entre el Presidente del Ejecutivo y el Candidato de la Oposición y entre el Vicepresidente Primero del Gobierno y el exPresidente de Endesa.

Quienes, deplorablemente, perdimos el tiempo oyendo a los contendientes, llegamos a la conclusión de que el habitual sistema de falacias, manipulaciones y posiblemente, traiciones, con que se había venido gobernando y saldado el primer cuatrienio, formaba ya parte de las previsiones gubernamentales para el segundo cuatrienio tal y como se estaba desarrollando el problema económico-financiero, cantado, avisado, pregonado, y vociferado por gentes sensatas de la economía mundial, llegamos a la conclusión de que, en nuestra opinión, el segundo cuatrienio gubernamental iba a producirse como el de la ruina del Pueblo, de las Instituciones y, probablemente del País. (También la del periódico de ese nombre pero eso interesa cada vez a menos gente).

“Esta va a ser la legislatura del pleno empleo”. “El pesimismo no genera empleo”. Los críticos y negativistas “son unos antipatriotas”.

Tales afirmaciones las pronunció (ahí están las hemerotecas) el Sr. Secretario General del Partido Socialista Obrero Español y candidato a la reelección como Presidente del Gobierno. Y en premio a su labor obtuvo cerca o alrededor de once millones y medio de votos.

Por su parte, el Candidato, que siguió ejerciendo como Jefe de la Oposición que, a nuestro juicio, quedó en fuera de juego, la primera decisión que tomó o, a lo mejor, una de las primeras, fué excluir al exPresidente de Endesa, de toda responsabilidad económica del P.P.. Precisamente el único opositor que desenmascaró las patrañas que describió el Ministro que pasará a la historia como el hombre bajo cuya tutela se arruinó dos veces la economía española.

El éxito de la oposición fue obtener algo más de un millón de votos menos que el Partido de Gobierno. Y a partir de ahí, la oposición adopta la conducta de apoyo al Gobierno circunstancia que difumina sus pretensiones de Gobierno y que ahora le auguran desastre tras desastre.

Las patrañas del Partido Gobernante son, entendemos alguno, causa directa del descalabro económico del País. Pudo, pero no quiso, evitar la situación. Y además, no supo. En nuestra opinión, este Gobierno que sabe poco de nada, en materia económica, ni poco, nada.

Y como para no dejar atrás a los amigos que le saquen las castañas del fuego, tiene el Gobierno que acompañarse de socios que voten a su favor cuando le interesa, con nuestro dinero, el dinero de los ciudadanos, se despilfarra, se derrocha, se tira en superfluidades, chorradas e, incluso en ilícitos, como supone que lo es la apertura de Embajadas en el exterior, por parte de una Comunidad Autónoma. Es decir, que, de nuevo, los antiespañoles, los que desean independizarse, a costa del paro y de la necesidad del pueblo, exigen contribuciones en absoluto a éllos debidas.

Vienen nuevas elecciones y, como hace un año, cuando aún no era tormentosa la sangría de parados, se prometía o, al menos, auguraba, el pleno empleo, ahora, ya se viene anunciando la remontada del paro y, después de las elecciones, va a comenzar el repunte de colocaciones. Es increíble la desfachatez con que se anuncia la posibilidad de un inicio de colocaciones cuando se sabe que este año el número de parados, probablemente, trascenderá los cuatro millones oficiales (porque reales, hay ya tal cifra en el mercado).

Dice el Presidente del Gobierno, el mismo que dijo lo del pleno empleo en esta legislatura: "Las medidas puestas en marcha empezarán a tener efecto en un par de meses y crearán hasta 300.000 empleos".

Naturalmente le votarán porque le siguen creyendo sus devotos en marzo y después, como no será verdad lo manifestado, quedan cuatro años por delante para seguir jurando en hebreo.

Muy conspicuo el jefe de la oposición dice el mismo día “es una enorme tragedia que haya más de 3,3 millones de parados. Estamos en emergencia nacional”. Pero ni flores para solucionar la emergencia.

Pero reconforta oír al Sr. Méndez, Secretario General de la U.G.T.: “Si no remamos todos en la misma dirección, la cifra podrá llegar a los cuatro millones de desempleados”. La duda que surge es qué entiende por remar un individuo que no ha dado una remada en ningún sentido y está cómodo al estar financiado por el Estado. Naturalmente como no rema en ningún sentido haciéndole el “caldo gordo” al Gobierno, llegaremos, más pronto que tarde a los cuatro millones de desempleados, remando, remando, pero sin dar remo al agua.

No queremos pasar por alto la fase del representante de C.I.U. según el cual: “Es una cifra (la del paro) alarmante y una gran vergüenza para el Gobierno porque muestra su ineptitud”. Es verdad pero ¿diría lo mismo el Sr. Sánchez Llibre si el Gobierno hubiese cedido a Cataluña lo que pedía como financiación autonómica?

Es sólo una pregunta. Que ofende. Más ofende a los españoles lo que se llevan de la Cesta autonómica en financiación.

Pero ahora la culpa de todo la tienen los bancos.

Vamos a ver: el sabio economista en que se ha reconvertido nuestro excelso Presidente decía que les había dicho a los Presidentes de los Bancos que tienen que reducir los beneficios.

Hasta ahora, casi todo el mundo creía y sabía que lo mejor que le podía ocurrir a un banco en todo momento es que tuviese los mayores beneficios posibles: tapar agujeros, sanear balances, provisionar morosos y fallidos, repartir dividendos... Pero ahora, no: a disminuir beneficios. Y en justa compensación a menos beneficios, mayor concesión de crédito y préstamos. Con absoluta y total independencia de la solvencia del prestatario. Se esmeran en llevar las cosas al absurdo. Este Gobierno pretende cuadrar el círculo y reducir al absurdo las ideas que le surgen.

¿No sería más razonable aconsejar a los banqueros que sean discretos en el reparto de beneficios a los accionistas en esta época de recesión para desequilibrar lo menos posible las varias economías del tejido social y evitar tensiones innecesarias?.

Y ¿por qué se oculta que los bancos conceden créditos personales al 10,5% TAE anual?. Porque es cierto. Luego hay créditos pero con garantías inaccesibles y a unos intereses, hoy, inaceptables.

Esto lo saben todos los partidos pero nadie abre la boca.

Estos días, algún diario capitalino no ceja en su campaña de denuncia del despilfarro que ejercita el Presidente de la Xunta de Galicia. E, incluso, algunas firmas de toda solvencia, critican tal conducta si bien acusan a la oposición de ir por detrás de los hechos siempre.

La realidad es que las conductas de los políticos, por acción u omisión, son antagónicas con la época de depresión económica que vivimos. Que las promesas caducan el día 1 de marzo. Y que, o los grandes (me refiero a número de votantes) partidos se unen para solucionar este terrible drama que va a ir a más, mientan cuanto quieran; se acepten propuestas de los verdaderos conocedores del problema; se eliminen las subvenciones a los entes improductivos como son, actualmente, por ejemplo, los sindicatos, entre otros muchos y a ese Caballero del Gobierno que nos cuenta que en España la flexibilidad del despido es facilísima, -que vaya a esparraguear-, porque somos de los menos flexibles del mundo. Pero como que ocupamos alrededor del puesto 160 de los países de la tierra. Y un despido flexible con una buena cobertura social, beneficia a la empresa, al trabajador y a la sociedad.

Todo seguirá igual a nivel establishment y a fin de año, más de cuatro millones de parados quedarán avalados por los votos adictos, cautivos, y pesebristas para mayor gloria de gobernantes, sindicalistas, políticos en general, mitineros y demás motivadores de masas.

Suerte pero el que se deja engañar tiene que pechar con las consecuencias. Quiere esto decir que propugnamos la abstención o el voto en blanco?. No. Hay que votar porque hay partidos menores, pequeños que ofrecen seriedad y solvencia. Y sindicatos minoritarios que merecen ser oídos. Con los grandes partidos nacionales y nacionalistas, quiebra a la vista. Es increíble que no nos demos cuenta de que nos jugamos el futuro, es decir, lo que será presente para las generaciones venideras.

Goás Chao, Domingo
Goás Chao, Domingo


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