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Árboles y desmanes

lunes, 04 de septiembre de 2023
Vaya antes de nada mi respeto y admiración por los jardineros encargados del decoro de nuestros jardines. Los imagino trabajando a destajo, sin opciones de desarrollar iniciativas laborales y sometidos a los cánones de contratos duros resueltos en concursos a la baja. Ellos no son culpables de los desastres que estamos viendo en estos días, ni del irresponsable e irreversible destrozo patrimonial que estamos viendo.

También quiero decir que no volveré a quejarme de árboles en mis paseos. No estoy Árboles y desmanesaquí para lamentos, más bien para comentar mis sensaciones cuando camino por esta ciudad, que tanto me gusta y quiero. ¿Qué la preferiría de otro modo? Claro que sí, pero todo es factible. Siempre hay buenos datos si sabemos verlos.

Con esto de San Fernando se han despertado sentimientos ciudadanos. Un acontecimiento que tardaba en aparecer en nuestra ciudad. El vecindario se une y reclama información, ser escuchado y tenidas en cuenta sus opiniones. Por parte de quien corresponde, se nos dice que todo irá a mejor, pues habrá "37 árboles más hasta alcanzar la cifra de 84 en total". Y nos lo dicen tan tranquilos, como si se tratase de un censo, creyendo haber cumplido sobradamente con el deber de informarnos. Parece una respuesta molesta a una pregunta insolente. La respuesta no me importa, pero la pregunta no es insolente. Es la de quienes quieren saber de su ciudad y sus mejoras, realizadas de modo oculto.

Me gustaría que, quien corresponde, nos dijese si esos árboles que nos llegan son de hoja caduca o peremnifolios. O tal vez coníferas. Quizás los haya de sombra, corpulentos, o de simple adorno, ornamentales. ¿Florecen en primavera? Es posible que procedan de lejos (Japón, Mesopotamia, América...) o sean parte de nuestra flora autóctona, cargados de bayas rojas en otoño. Puede que con su aspecto silvestre o bien consecuencia de tecnologías más o menos complejas (injertos, talas, podas, etc.). Algunos de ellos pueden encerrar algún valor simbólico o, incluso, ser buenos ejemplos de procesos evolutivos. También puede ser que se pongan donde sea y queden al albur de un crecimiento incierto, generando un árbol feo. Por cierto, no nos dicen si se plantarán en cuadrícula o al tresbolillo. En fin, mucha información que se oculta tras una cantidad desnuda, como el marinero del romance, que "sólo digo mi canción a quien conmigo va".

Tal vez a alguno le haya parecido una retahíla pedante de tipos de árboles según diversos criterios morfológicos o su comportamiento estacional. Pero no es así. Es un pequeño inventario de los tipos de árboles que tenemos en Lugo. Otra cosa es que los conozcamos. Lamento creer que no. Que muchos de nosotros cruzan la ciudad sin entretenerse en ver los árboles que jalonan las calles o comprobar, gracias a su comportamiento, cómo llega la primavera a sus ramas, el color que toman en pleno verano y cobijarse a su sombra, a la vez que más tarde el otoño los teñirá de tintes ocres. Sí, tenemos árboles bonitos en muchos casos muy bien ubicados. Otros dan pena. Daría un montón de nombres y direcciones, pero eso es algo muy personal y es bueno que cada uno de nosotros tenga sus itinerarios preferidos.

Otra cosas, para mí importante, es la causa del desconocimiento que tenemos en relación a nuestros bienes patrimoniales. La Muralla es algo singular, cierto. Pero tenemos más cosas con las que promocionar Lugo, por ejemplo la grandiosa arquitectura del siglo XIX, mucha de ella nacida del saber de Nemesio Cobreros, o todo el amplio muestrario de arquitectura Racionalista que, gracias al hormigón como material de construcción, configuró una ciudad de la que aún nos debemos sentir orgullosos. Aquí mismo he pedido la promoción de estos aspectos lucenses, Rutas para propios y extraños, para promocionar nuestros orgullos.

¿Para quién pedimos mejor ajardinamiento? Para nosotros mismos, porque queremos vivir en nuestra ciudad con cariño y dignidad, sabiéndonos habitantes de un lugar con más de dos mil años de historia.

Ahora quieren aumentar el número de árboles en el casco histórico y lo hacen mediante el destrozo previo y sin atender a razones. Creo que no es el método apropiado.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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