Raíces e Réquiems (8)
lunes, 18 de septiembre de 2023
Réquiem por la pluma
Para dejar como herencia y recuerdo
(a hijos, nietos y demás familia,
así como a vecinos y extranjeros)
los acontecimientos pasados y presentes...,
Para dejar constancia
de lo mucho que queremos
a familiares y amigos,
para que nuestra pareja, hijos y nietos
sepan lo mucho que los adoramos...,
Hemos escrito cartas y mensajes varios,
libros de historia y geografía,
de novela y poesía. De amor y de terror.
Tomamos notas y apuntes en clase.
Inmortalizamos charlas, discursos y sermones...,
Y para eso, varios siglos antes de Cristo
nuestros antepasados echaron mano
de las plumas de las aves.
Pero el Imperio Romano
prefirió el cálamo,
instrumento que se inmortalizó de tal manera
que, aún hoy,
cuando cometemos errores en un escrito,
solemos atribuirlos a un lapsus calami.
No obstante, y pese a su muy larga vida,
(varios siglos)
al cálamo lo desplazó la pluma de acero
a comienzos del siglo XIX.
Y este tipo de plumas
es el antecedente de las famosas estilográficas
que dominaron el final del siglo XIX
y la primera mitad del XX.
Hasta que... en 1943
el húngaro Ladislao Biro
inventó, en Buenos Aires,
el bolígrafo,
hiriendo, con ello,
gravemente -casi de muerte-
a la estilográfica.
Y ahora, que el famoso boli
cumple ochenta años,
ciertamente es un anciano
(si lo comparamos con la vida de los humanos),
pero hemos de reconocer
que goza de una excelente
y extraordinaria salud.
Y, por ello, ya solamente me resta
decirles 'adiós' a las diversas y distintas plumas,
agradecerles sus valiosos servicios prestados
y, tanto a ellas como a los tinteros,
desearles un 'buen viaje'.
Y, a la vez, expresarle mis mejores deseos
al bolígrafo, para el que pido:
¡SALUD Y LARGA VIDA!
Silva, Manuel
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