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¿Compra de niños en Amazon?

viernes, 14 de abril de 2023
La cosa no tiene gracia, pero parece la hoja de ruta de esta sociedad. Por lo visto estos días concerniente a una mujer mayor sobre la gestación subrogada, da la sensación de que los problemas se solucionan a base de dinero y la inmoralidad es aceptable siempre que venga de gente pudiente. La hipocresía es una antigua aliada de la alta sociedad, que durante muchos años llevaba a abortar a Londres a sus pobres chicas que habían tenido un "desliz", mientras clamaba aquello de "Hazte Oir" para condenar, sin tapujos y hasta con cárcel, a las madres pobres que reclamaban ese derecho. Siempre la misma vara de medir para los suyos. La moral de esta gente es lo que tiene, que es doble, como los principios de Groucho: "Si no valen éstos, tengo otros". Por el método sencillo de que los compro. ¡Lo que no haga el dinero...!

En una sociedad, profundamente injusta por la cada día más sangrante desigualdad social, en la que el egoísmo y el hedonismo son los reyes del manbo, comprensible resulta ver como las mentalidades se adaptan a las circunstancias, muchas terriblemente duras, y como las clases dominantes, que viven en el bienestar, imponen sus leyes a los millones y millones de desheredados de la Tierra y que viven en la sociedad del malestar. Leyes a todas luces injustas, depredadoras, que amparan los interereses de las grandes empresas y que permiten sus abusos. Leyes que también sufrimos las clases pobres y medias del ámbito capitalista y que demuestran una vez más la calaña de nuestros legisladores y sus cambalaches siempre dirigidos a proteger a las grandes fortunas.Si ello fuese poco, siempre disponen de medios para lavados de cerebro como televisiones, prensa y otros medios afines, incluida la IA (inteligencia artificial).

En este contexto nada extraño resulta comprar la dignidad de la mujer pobre y usarla como cobaya para parir hijos ajenos y así satisfacer el capricho de la gente pudiente. Nada nuevo en una sociedad habituada al abuso y que ya en la Edad Media se llamaba derecho de pernada. ¡Cuántos abusos de los poderosos sobre la servidumbre! Antes era el señorito que se tiraba a la buena moza y hoy quien la utiliza como campo de cultivo. Evoluciona un poco el método, no el abuso. Todos recordamos como en nuestra sociedad se acordaban matrimonios de conveniencia y aún hoy vemos como los matrimonios "correctos" deben de ser entre gentes de la misma consideración social. Así que cuidado con el amor que rapidamente lo compran los poderosos. La ruindad es lo que tiene: dinero. Siempre trata de esconder sus miserias con dinero.

En 1932, cuando Aldous Huxley escribió aquella futurista novela titulada "Un Mundo Feliz", ya nos hablaba del soma (la droga) que tanto abunda en los ansiolíticos. Ya Huxley avisaba del peligro de los machos Alfa y de la catalogación de las clases sociales y nos advertía del férreo control de la vida la vida sometida por parte de la clase dirigente. Lo que les fallaba en aquellos tiempos era eliminar sentimientos y emociones. Pues bien, allí ya la novela habla de cultivos humanos e hipnopedia (enseñanza a través del sueño). ¿Estamos en el camino?

Y en ese sendero conviene observar que un grave problema de la sociedad actual no es otro que ver la vida desde las burbujas. Encasillarnos en una postura y no evolucionar y negarnos a pensar y buscar remedios aceptando todas las situaciones y mentalidades. Y en una sociedad de progreso buena pedagogía sería unas escuelas abiertas y que mostrasen realidades distintas. Segregar a los niños en los colegios por recursos económicos es ver una realidad desde la burbuja. Y mucha gente vive así por sus perjuicios sociales y para marcar un estatus, que sólo es un alarde de estupidez. Si en vez de alquilar vientres para satisfacer las ansias personales, acogiéramos a niños que nos necesitan, quizás la perspectiva de la vida nos cambiaría; si en vez de denigrar la dignidad de una mujer y viviéramos sus circunstancias, quizás nuestro corazón se conmoviera y seríamos capaces de ayudarle sin pedir tal sacrificio; si en vez de realizar tantas gestiones y gastar el dinero en ello, lucharamos realmente por cambiar sus condiciones de vida, quizás fuésemos más felices...

La ternura que tenemos y queremos dar no es exclusiva de una madre. Mucha gente vive sin hijos y, sin embargo, siente amor por los demás. Desgraciadamente la ternura y el amor son bienes escasos. Tampoco un niño es una mascota ni cualquier otro sucedáneo, sino un ser que requiere mucho cariño. Y hay muchos, ya nacidos, en los que podemos volcar nuestros mejores sentimientos.

Como siempre que surge un tema de impacto social surgen posturas encontradas y aquí no podías ser de otra manera. Por una parte están los parias de este mundo, los impios, los que llevan el veneno en la sangre... que se postulan en contra de los vientres de alquiler por la dignidad de la mujer y la mercantilización de la miseria; por otro lado, están las personas de bien, los que dicen respetar a todo el mundo, los que usan la palabra progreso paraa justificarlo, los que dicen que hay que aprovechar para la ciencia para la salud de la "caprichosa" porque es la manera de hacerla feliz. Quizás no supieron nunca de la felicidad que reporta entregarse a los demás. Ahí queda el ejemplo de Teresa de Calcuta. Pero para eso hay que tener valor para vivir en el mundo real.

Otro grave problema de la realidad sangrante de estas situaciones habla de que cada año hay cien mil niños víctimas de la explotación sexual sólo en Estados Unidos. En Florida, en 2019, se vendía uno por internet. ¡Dios nos coja confesados!
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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