Epístola, "e-mail", a los Tres Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Esperando que se encuentren bien de salud, un año más, tengo el placer de escribiros éste "e-mail", con mis deseos de siempre para todos.

Estos son:
Deseo que el gran sabio, Melchor, quien tuvo la inmensa suerte de asistir a la Epifanía del Señor Jesús recién nacido, junto a su otros dos compañeros de peregrinación desde Oriente, Gaspar y Baltasar, nos conceda la gracia de traernos, una vez más, aquel oro resplandeciente que llevó al Niño Dios, en forma, esta vez, de corazones maleables de oro, llenos de Dulzura, Bondad e Ilusión.

Al rey mago Gaspar le pido que, con el humo fragante del incienso al arder, nos purifique el alma y nos tizne de Paz.

Y me queda el rey Baltasar que, quizás por ser negro, seguro, de siempre me llamó la atención y siento predilección. A él, le pido que, con su mirra, nos deleite con un buen ungüento de Amor.

Ya sé que es mucho pero...por pedir que no quede!

Ah! y todo ello acompañado de mucha Salud para todos Nosotros y para El Planeta que sufre de calentamiento, desequilibrio, desigualdad, polución, avaricia, odio y...¡Va, no lo sobrecalentemos más!

Si, en éste Año Nuevo, se cumplen, ¡por fin!, para qué pedir más.

Bueno sí, quiero pedir algo más, verdaderamente importante.

Estos días de Navidad, no tengo más remedio que acudir, varios días, a la sala de espera de Urgencias del "Hospital 12 de Octubre" de Madrid, para visitar a un familiar enfermo, muy allegado: estan en los pasillos, agolpados, sin habitaciones, sin sala y, el colmo, hasta sin almohadas, los que pillan cama.
¿Es mucho pedir un poco de compasión y más atención humanitaria, no ya de médicos sino de la Administración Pública?
Invertir en Salud es invertir en Futuro. Invertir en Sanidad es invertir en Bienestar.

Ya sólo me queda despedirme, agradeciéndoos de antemano vuestros regalos y esperando que sigáis teniendo mucha Vida para que no nos faltéis nunca.

Yo regreso a esa sala de espera donde los familiares esperan y se desesperan por los suyos y los no tan suyos. Y entre la espera, la esperanza por una mejor vida, dentro y fuera de esa sala de espera.

Recibid mis mejores Besos y Abrazos de esta quien os escribe con corazón de niña, que os quiere, y siempre os recuerda por estas fechas. De esta que sabe que hay mucha historia bella y tierna de vuestro encuentro con Jesús, narrado por San Mateo, que bien vale otro artículo aparte pero, el deber obliga a aplazarlo cuando la calma nos deje hacerlo para mejores tiempos.

Hasta siempre, Majestades. Os espero.

Fdo.: Celia

En Madrid, a 5 de Enero de 2009