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12 de Diciembre, un día especial de asueto

viernes, 12 de diciembre de 2008
Hoy, 12 de Diciembre, es un día especial, no sólo para aquellos que cumplen años, ¡Felicidades!, sino también, para el resto de mortales que no trabajan en domingo.

¿Y por qué digo ésto?
Pues muy sencillo: éste día, en 1903, el Congreso español aprobó el proyecto de ley que establece el descanso dominical.

La Ley del descanso dominical se promulgó el 3 de marzo de 1904 y entró en vigor un Domingo, 11 de septiembre de ése mismo año.

Aprobada por el gobierno conservador de Antonio Maura (quien fuera cinco veces Presidente de Gobierno, curiosamente, murió un 13 de diciembre de 1925), lo que hoy se ve como algo "normal", hace 105 años tuvo sus detractores como la patronal que veía cómo, al mismo tiempo que pagaba el mismo salario, sus fábricas dejaban de producir ése día.
La misma Ley fue presentada anteriormente, en 1890, por la Comisión de Reformas Sociales y fue rechazada por el Congreso de la época.

Supuso un avance en los Derechos de los Trabajadores que se había perdido, en el siglo XIX, cuando se abolieron las leyes medievales cuya religión prohibía trabajar en domingo.

Por eso mismo, cuando en 1903 se aprobó éste proyecto de ley, la Iglesia dio su pleno apoyo pues, desde los primeros años del cristianismo en Roma, ya se estableció el domingo como el día romano del descanso, debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús. No en vano, la palabra "domingo" proviene del latín dies Dominicus, día del Señor.

Así pues, tanto el 12 de Diciembre como el pasado 10 de Diciembre, Día de los Derechos Humanos, son fechas señaladas para celebrar, en el ámbito de la conquista social, que nos sirven de preámbulo, en estos dias de Adviento, para festejar la gran fiesta cristiana que es La Navidad.

Pero esta conquista social, también tuvo sus más y sus menos como era de esperar.
Primero, establecer quiénes podían, o no, dejar de trabajar en domingo y, segundo, qué hacer en ése tiempo libre para no caer en el aburrimiento ni en el mal uso del ocio.
Así, aquellos trabajadores relacionados con el mundo del espectáculo, teatro, tabernas, corridas de toros, minería y siderurgia, trabajarían los domingos y tendrían cualquier otro día libre de la semana establecido. No así los Ministerios públicos, comercios, periódicos y barberías, que se tomarían el domingo como día de descanso fijo.

Lo más curioso de todo esto es que, el trabajador español, de aquella época, no sabe qué hacer en su tiempo libre, debido a la falta de constumbre y a la escasa preparación cultural de la mayoría de ellos.
Entonces, anecdótica y trágicamente, empiezan a aparecer los primeros síntomas del aburrimiento y, como consecuencia, los problemas en los hogares debido a que muchos de estos trabajadores gastaban su escaso sueldo en las tabernas y aparecían en sus casas embriagados. El asunto llegó a ser tan grave que hasta el Partido Socialista llegó a pedir, en el Congreso, el cierre de tabernas y corridas de toros, ante el eminente aumento de público.

En cualquier caso, y ya fuera de lo puramente anecdótico, el derecho a ese día de asueto, ya sea domingo o laborable, es un derecho loable, justo y legítimo, y la pena es que no se pueda ampliar a más días -perdón, estámos en crisis-, o que, si este sueño deseado por muchos se hicera realidad, la gente no sepa cómo utilizar su tiempo libre porque, si algo es verdad es que, el ocio trae más vicio que hábito bueno; como, también, es sabido que, la mayoría de la gente vive para trabajar cuando debería de ser siempre al revés: trabajar para poder vivir, bien y mejor.

En fin, este tema da para muchos capítulos aparte y, tal vez, habrá ocasión de hacerlo pero hoy, no, es mi día de asueto.

Antolín, Celia
Antolín, Celia


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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