La verdadera Democracia

"Hablar por hablar" eso es lo que piensa más de un/a intransigente cuando escuchan o leen aquello que no están de acuerdo o que no les interesa, más bien.

"Hablar por no callar" es lo mínimo que suele hacer la gente que malmete con su pensamiento, palabra, obra y omisión, creyéndose los amos del Mundo y de sus teorías.

"Hablar sin saber" es como opinar sin saber.
"Hablar sin entender" es como opinar sin comprender.

Pero peor es "hablar de" y "oir dilapidar a" todo aquel que se deja ver, sin querer comprenderlo y, mucho menos, entender el por qué de su saber.

Siempre es mejor saber escuchar y callar para aprender y luego poder hablar.
Siempre es mejor saber de qué se habla para no meter la pata y mucho menos dañar.

Pero nunca acallar los gritos y los llantos de la gente que no puede o no se atreve a hablar.
Nunca ocultar la verdad y mucho menos la irrealidad.

A veces, un silencio vale más que mil palabras.
A veces, una mirada lo dice todo.

No es más sabio quién más habla sino quién respeta y escucha al prójimo.
No es más sabio quién dice saberlo todo sino aquel que duda de su saber.

Por eso, dejémos hablar y opinar a todo el mundo, nos guste o no.
Por eso, respetemos a todos sin mirar su color, sus ideas o su posición.

Escuchemos al que se queja pues todo dolor tiene una razón.
Oigamos aunque nos duela y sepamos su razón.

Pero sobre todo, que las palabras e ideas no se las lleve el viento.
Y, sobre todo, que no nos callen aquellos que siempre quieren llevar la razón.

Que hablen y digan todo lo que quieran.
Que opinen y escudriñen todo y a todos.
Que critiquen y emitan su juicio.

Para que luego, dejen hablar, opinar y criticar a todos por igual.

Les guste o no, ésa es la verdadera Democracia, independientemente de quién gane o lleve el control, respetando siempre las ideas, la raza y... el color.