Palabras farpas

Se necesitan más que palabras para superar la grave crisis financiera internacional.

Se necesitan oídos para escuchar las voces que la padecen.
Y se necesitan médicos para curar los corazones rotos que provocan las crisis.

Dicen que, el "crack" bursátil, el sol que no calienta tanto, y el otoño, estan haciendo estragos en nuestros cuerpos y, quien más y quien menos, tarde o temprano, tendrá un cuadro depresivo en su vida.

Dicen que, acudir a los médicos nos vendrá bien; reirnos también; hablar para dejar escapar nuestras angustias, muy bien; dejar pasar al otoño, después al invierno, para recibir a una hermosa primavera y a un soleado verano, será una de nuestras metas.

Pero, ¿qué hacer con la crisis económica mundial? ¿Está en las manos de los ciudadanos de a pie poder salir de ella?

Parece que no; parece que es cosa de unos cuantos y , sin embargo, la padecemos todos.

Parece que El Mundo decae con el otoño; se vuelve triste y gris y siempre, siempre, hay quienes sacan ventaja de esto.

Se trata, una vez más, de los más poderosos que enriquecen sus arcas con las crisis a costa de empobrecer más y más a los menos favorecidos, a los más vulnerables, a los que nunca tuvieron nada y los que siempre serán imprescindibles para que esta rueda se cumpla y verifique una vez más.

Son los baremos de la vida que miden la cantidad de bien o de mal; los cánones de la belleza, de la felicidad; la cantidad y la calidad; la diferencia entre el resto: quién es el más feo, el más listo, el más guapo, el más inteligente; el inculto, ...el pupas, el perfecto,...

Son los termómetros que, egoístamente, nos hacen sentirnos más felices al comprobar que los demás estan o son peor; o estar más igualados, al saber que la mayoría anda tan mal o peor que tu.

Porque nunca habrá ricos si no hay pobres.
Nunca habrá trabajo sin subyugación.
Como nunca habrá años de esplendor sin años de crisis previa.