Moitisimas grazas por invitarme a formar parte na celebración da historia do voso pobo, a todas as autoridades pola organización e moitos parabéns a Cándido por ese Cabaleiro de Santiago tan mágnifico que vencella aínda máis ao Concello co Camiño.
Eu non sei moi ben que podo dar a Paradela para agradecer a acollida que fixestes conmigo todos estes anos, non sei como pagar o agarimo e a familiaridade que sentín entre vos. Así que escribín un breve texto para intentar reflexar o que Paradela é para mín.
Desculpade que está en castelán, pero como o meu galego é aprendido de oidas non me vexo aínda capaz de poder expresar ben as emocións que quero transmitir, así que usei o castelán para facelo. O texto titúlase "Una habitación propia".
UNA HABITACIÓN PROPIA
Decía Virginia Woolf que para poder dedicarse a la escritura es necesario disponer de un lugar adecuado, de una habitación propia. Y es verdad; para transmitir de alguna forma un mundo interior se necesita un espacio privado. Y tiempo para desarrollar una idea. Para mí, personalmente, escribir y dibujar es exactamente la misma cosa, es pasar por un filtro emocional las percepciones externas y expresarlas de alguna forma.
Es una dedicación divertida a veces, en ocasiones es reivindicativa, puede ser autocomplaciente o desesperante por momentos. Pero siempre me ha resultado terapéutica.
Así que, un día llegué a la conclusión de que, si toda mi vida había estado usado esa forma de comunicación, seguramente la seguiría usando en el futuro y quizás podría llegar a convertirla en una ocupación profesional. Esas eran mis cartas y con ellas quería hacer mi apuesta. Dejé aparcadas las demás opciones para poder conseguir el tiempo. Ahora solo restaba encontrar esa habitación propia de la que hablaba Virginia Woolf.
Y ya la tengo: Mi habitación propia está llena de libros por entre los que se ven las piedras que fueron colocando esforzadamente los antiguos constructores, que hoy parece un arte extraordinario y que impregna toda la casa como un fantasma protector. Mi habitación propia tiene una mesa llena de fetiches situada al lado de una ventana por la que entra el sol de la mañana cuando le gana el pulso a la niebla. La luz juega haciendo guiños entre los papeles porque el viento no para de danzar entre las ramas del manzano que hay fuera, mientras los carboneros y los gorriones van picando bichos entre las hojas.
Hay un olor a pasto recalentado, a barro secándose despacio entre las corredoiras, que va aumentando con el calor del día. Mi habitación propia huele a veces a ensilado y a veces a purín, - y entonces hay que cerrar rápido la ventana -.
Esta habitación es tan amplia que se pierde entre prados enormes que suben y bajan, tan inclinados a veces, que la misma pendiente esconde bandadas de cigüeñas que van rondando a los ratones después de la siega. Por el fondo cruza un riachuelo lleno de renacuajos y anda esta alcoba por un camino sitiado de silvas y alfombrado de erizos secos que cayeron el otoño pasado. En el bosque, el cuervo avisa de que hay un zorro comiendo cerezas silvestres a plena luz del día.
Al cabo de un rato, a mi habitación le sopla una corriente fría que trae a una borrasca del lado del Miño y empieza a caer el orvallo que acaba en churretes en los cristales. Mi habitación se llena entonces de morriña y empiezo a conversar con la soledad hasta que se me enciende la chispa de un relato.
Hay un perro listo en mi habitación, tumbado bajo la silla, humedeciendo el suelo con sus ronquidos, con el hocico apoyado sobre esas patas gruesas que huelen a musgo y a caca seca de vaca. Y suspira, paciente, hasta que lo despierta el borboteo de una pota de caldo, hecho de berzas de la huerta, de lacón y chorizo.
Así de grande es mi habitación propia, es toda una tierra, todo un concello al que llegué por azar o por destino, eso no importa, cuando buscaba un sitio para hacer mi hogar y mi vida. Mi habitación propia es Paradela entera.
(Palabras de Fani Padullés -na foto, segunda pola esquerda -, artista catalana que elixiu Paradela para traballar e vivir, no acto inaugural do Bicentenario do Concello de Paradela, o 4 de xullo de 2022)
