Había una vez... Fonmiñá

Seduce, hechiza, encanta, fascina, así de natural, como la magia blanca, emerge del subsuelo, brotando a borbotones, el agua verdosa de la Laguna de Fonmiñá, en el municipio de A Pastoriza, Lugo.

En una pradera verde, junto a la carretera, se contempla este misterio natural, que cautiva los sentidos hasta embelesar.

Agua del río Miño, que nace en el Pedregal de Irimia en la Sierra de Meira, Lugo, y discurre subterráneamente hasta manar en esta laguna, antes de atravesar las tierras gallegas de Orense y Pontevedra y hacer de frontera con Portugal y desembocar en el Océano Atlántico.

Burbujas mágicas, pompas esmeraldas que deleitan la vista y extásian el alma.

Lugar con encanto que incita a cuentos como este:

Hechizo de Luna
Había una vez una princesa desterrada.
Despechada por su príncipe azul, deambulaba día y noche por la laguna hasta que una noche, de luna llena, se sumergió en sus aguas y desapareció entre las pompas.
Un caballero andante pernoctó en el lugar, otra noche de luna blanca, y escribió el poema más tierno jamás oído que brotaba de su alma como las burbujas de aquella laguna.
Tanto así que, sus palabras se agotaron entre sus manos y fue entonces cuando, poseído por el embrujo de la laguna, sumergió sus manos en ella, batiendo fuertemente el agua hasta que una pompa de color esmeralda explotó ante sus ojos, aflorando de ella la joven princesa.
Tal y como la había descrito en su poema, la dulce y hermosa ninfa emergió de Fontemiña y aquel hidalgo errante no conoció más musa que su princesa y su papiro blanco se tiñó de verde esmeralda al escribir y dibujar la locura de esas dos almas que se juntaron por siempre jamás.

Laguna de Fonmiñá,
aquí El Miño no nacerá,
pero de sus aguas brotan
los más increíbles cuentos
que se puedan imaginar.