Si mamá se va y ya no vuelve más, qué lindo sería regresar a ser fruto de su vientre para quedarme por siempre en sus entrañas. Se quedaría en mi corazón, y mi ombligo -ahora más que nunca- sería la prueba irrefutable de nuestro nexo. Aquel cordón que
me alimentó en su seno materno y que me dio la vida, sería la cicatriz más tierna de su recuerdo.
Mamá se fue hace ya una semana, un lluvioso 22 de abril; una eternidad. En un mes se me ha ido.Treinta días de angustia, de desesperanza, de contar el tiempo hacia atrás porque ya no había mucho más.Treinta noches en vela, de llanto y de oración. Un mes asida a sus manos. Un abril lleno de caricias entre ambas, de te quieros dichos al unísono, de sonrisas temblorosas y de gratitud recíproca. Una despedida dulce y amarga que jamás quise que llegara. Un adiós esperado con temor y quebranto.
Aferrada a su pecho y manos, hasta su último aliento. Así se fue mamá, con mi corazón destrozado, mi cuerpo hecho un trapo, pero dejándome llena de paz y de amor.
Días y noches, desconsolada, pensando qué sería de mí cuando ella me faltara. Y ya me falta. Mi primer Día de la Madre huérfana como una niña. Qué palabra tan rara cuando luces canas; me recuerda al artículo de David Trueba, Huérfanos de 50 años, léelo, merece la pena.
Será un día extraño, pero bien hallado porque su recuerdo sigue intacto.
Si mamá se va ya nada será igual excepto que todo lo haré como antes porque ella se merece este día y el resto de mis días, mientras mi cicatriz aguante.
¡Feliz Día de la Madre, mamá. Te quiero mucho más. Uff!!!
En homenaje a todas las madres del mundo.
Domingo, 1 de mayo de 2022, Madrid. Celia Antolín Chico (© cach).
- Celia Chico Martín 9/9/1932 - 22/4/2022 -
