Las cenizas del Minero

Los que tenemos la cara ennegrecida y las manos manchadas con la tizne del carbón poseemos un corazón muy grande y puro. El estar recorriendo las galerías picando o cargando las vagonetas nos hace ver la existencia de otro modo, pues parte de nuestra vida ya está siempre enterrada y, a decir verdad, el estar así estando vivos hace que seamos de otra madera, que comprendamos que somos otros carbones y que con nuestro esfuerzo estamos logrando el calor para nuestra familia y nuestro pueblo. Estos pozos que no son de agua se convierten en chimeneas de vida y cuando las circunstancias económicas, los dictados de los que gobiernan hacen sellar algún pozo han de saber que quedamos enterrados los recursos económicos de pueblos o comarcas.

Recuerdo que cuando un día vino mi padre de trabajar y le dijo a mamá:
- "Me muero".

Mi madre pensó que había ido a una revisión médica y le habían detectado silicosis y le preguntó, dándole un abrazo:
- "¿Qué te pasa amor?, ves ya sabía yo que la mina...".

Él le interrumpió:
"No, no tiene culpa, la que en verdad se muere es ella asesinada por estos políticos; al enterrarla a ella, nos matan a todos nosotros, pues nos la cierran, y con esa decisión nos sepultan a todo un pueblo".

Los medios informativos se hicieron eco de la clausura de aquel pozo pero, por mucho que gritaban los mineros, sus voces no eran oídas por los que, egoístamente, creían que al estar muy bien económicamente no precisaban de carbón. Mi padre, un hombre muy sensible, se murió con la pena y, antes de irse de la vida, pidió a mi madre que sus cenizas las arrojáramos sobre la boca cerrada de aquel pozo. En las siguientes elecciones generales aquel partido que defendía los intereses mineros recibió el merecido regalo de mayoría de votos y el que traicionó al mundo minero, como castigo, tuvo el carbón del no. Grande fue nuestra alegría cuando volvieron a entrar y salir mineros en la mina. Se quemó la vida del minero pero sus cenizas contribuyeron a resucitar a la que otros gobernantes mataron.

(Relato galardonado con el Cuarto Premio de Honor en el 11º Certamen Literario Internacional del Rotary Club de Flores - Buenos Aires, 2021).