Venerable Alberto Capellán Zuazo

En Santo Domingo de la Calzada, la Rioja, este ser humano está en camino de la beatificación, 1888-1965, labrador y padre de familia de ocho hijos.

En tiempos difíciles, como nos han tocado, pienso que todos lo han sido, es más, en el pasado han sido, en general, peores que los nuestros, al menos en Occidente. Por ejemplo, en la misma Europa, sin contar la guerra fría caliente de décadas, salvo lo de Yusgolavía, podemos decir, que llevamos casi ochenta años de paz, tres generaciones, jamás en Europa hemos tenido en veinte siglos, desde los romanos y, también con los romanos, no pasaba una generación, treinta años, que no había algún conflicto militar grave en la misma Europa, o fuera de Europa, por bandos europeos.

Indico lo anterior, porque al mirar el presente, o somos demasiados optimistas, o somos demasiados pesimistas, y, pienso que un articulista modesto, como el que reúne estas palabras-ideas, debe intentar, aunque sea aclarar algo, para no caer en el optimismo desmesurado o en el negativismo desmesurado se vaya imponiendo en los corazones…

Juzgamos la realidad, que es compleja y poliédrica, de múltiples vertientes-dimensiones-perspectivas-áreas-angulos-caleidoscópica, desde uno o varios puntos de vista, y después, en nuestra cabeza, nos hacemos una representación mental del conjunto. Lo cual, ya nos muestra y demuestra, que por lo general, el juzgar el presente es muy difícil. En cuanto a la moralidad, es además más complejo, vivimos en una etapa, que a veces, pienso, que es neohelenística, en el mundo y la sociedad, al menos occidental están todas las filosofías helenísticas morales, con otros nombres y los mismos, y entonces, en el supermercado de las ideas-vivencias-experiencias, cada uno se apunta a la que quiere...

Esta persona, Alberto, que no sé si terminará en los altares, es decir, aprobarán según la legislación eclesiástica un milagro, y si el Buen Dios, así lo considera, es, diríamos, en tiempos tan difíciles moralmente, enunciado que si parece es correcto, un ejemplo de moralidad y de espiritualidad. Puede que usted, apreciable lector o lectora, sea ateo o agnóstico o creyente en otra religión no cristiana, pero si merece la pena, que bucee un poco en esta biografía, en sus modestos escritos, y, por fin vayamos comprendiendo, que personas no catedráticos de ética o de teología moral, pueden ascender en grados de perfeccionamiento moral y espiritual avanzados.

No entro en su biografía, diríamos una primera etapa de la existencia, un poco compleja, en algunos aspectos, en otros, diríamos como la liviandad-debilidad de los tiempos, flojera-flojera moral-ética, que ya en Occidente, va progresando desde hace varias generaciones, diríamos desde hace dos siglos al menos, primero, ocupando los puestos de alto nivel de la intelectualidad, no toda, pero si en muchos grados, y después, ha ido bajando hacia todos los estratos sociales, no masivamente, pero si con una proporción demográfica apreciable. No voy a indicar, que eso del relativismo moral, materialismo moral, hedonismo moral, sensualismo moral, epicureísmo moral, y otros ismos, que en definitiva, con mayor o menor grado e importancia, basados, casi todos en principios absolutos, no relativos, de una supuesta moral individual y subjetiva, sobre todo otro planteamiento ha hecho grandes conquistas de la conciencia-autoconciencia en Occidente, hemos pasado de una objetividad total a una subjetividad total...

Aunque la conciencia moral, es el principio regulador de toda teoría ética y práctica moral, desde siglos en el seno del cristianismo, también ésta tiene que estar en correlación con la correcta interpretación de la naturaleza, de la moralidad, y de tener una conciencia formal y materialmente bien formada, en sus aspectos generales y concretos. La ciencia física no es un supermercado, que cada uno cree lo que quiere, sino que existen leyes físicas, lo mismo en todos los saberes ortodoxos, no sé, porqué hemos caído en el grave error, de pensar que en ética y moralidad, puede existir un hipermercado de leyes morales, y, todas ser igualmente válidas y verdaderas y bondadosas y humanas y humanitarias y correctas e igualmente eficientes...

Esta persona, Alberto, nos muestra que todo ser humano, independientemente de su oficio, su nivel cultural y social y económico y étnico y…, está llamado a un alto nivel de moralidad, compaginándolo con su oficio y profesión o vocación o estado de vida, es decir, casada o soltera o viuda. En mi modesto entender y comprender, también, pienso que el catolicismo que ha desarrollado enormemente las concepciones y prácticas de los estados de perfección en los consagrados, quizás, todavía faltan teorías y modelos para lo mismo, para los seglares, aunque desde el Vaticano II, se está avanzando enormemente.

Diríamos que estamos todavía en esa situación intermedia, de ir recopilando materiales y experiencias, en este sentido. Al final, las órdenes terceras, llevan siglos, y quizás, ahora les ha llegado a ella, tocar la campana en la gran sinfonía de la Iglesia, como decía una Historia de la Iglesia, que ahora no recuerdo el autor, que era jesuita. Ahora se han añadidos institutos religiosos de seglares, etc.

Para terminar este artículo modesto, solo indicar, que ahora con Internet o con folletos en papel, es relativamente fácil acercarse a esta figura-persona, y ya, ya oficialmente pedir su intercesión. Yo, sugeriría a los postuladores, que al menos, estudien, yo no lo he visto, crear una página en Wikipedia de esta persona, con enlaces a los blogs oficiales que ya disponen. Y, también, ya que me he puesto a sugerir, que publiquen en Internet y en forma de libro, o al menos, en su página oficial, los dos cuadernos de sus escritos, al ser poco, pienso que podría ser importante y, relativamente fácil. Esperemos que pronto sea la beatificación. Paz y bien.