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Discurso del 20 agosto del Rey Mohammed VI, constatación y ambición

jueves, 26 de agosto de 2021
El Rey Mohammed VI dedicó la primera parte de su discurso del 20 de agosto de 2021 a las elecciones del 8 de septiembre,insistió de inmediato en el contexto, crucial para el futuro de Marruecos, en el que se están celebrando estas elecciones. El soberano recordó así que la celebración de la Revolución del Rey y el Pueblo, que tiene lugar unos días antes de las próximas elecciones, “coincide con el lanzamiento de una nueva generación de reformas y proyectos, previstos como parte de la puesta en marcha del Modelo de Desarrollo y el Pacto Nacional de Desarrollo”. Todo ello viene a confirmar el arraigo del ejercicio democrático y la madurez del edificio político marroquí, dijo el soberano.

“De hecho”, agregó, “nuestra convicción es que el Estado saca su fuerza de sus instituciones, de la unidad y cohesión de sus componentes nacionales. Estos son precisamente los activos que utilizamos para defender a nuestro país ante la adversidad, las crisis y las amenazas”. "Este espirito de cuerpo es palpable frente a los metódicos ataques de los que Marruecos ha sido recientemente blanco de ciertos países y organizaciones notoriamente hostiles a nuestra nación".

El rey Mohammed VI dijo el viernes que los artesanos del socavamiento han orquestado una vasta campaña de desprestigio contra las instituciones de seguridad de Marruecos, intentando así asestar un golpe a su alto nivel de dominio y su eficacia para preservar la seguridad y estabilidad del país.

El Rey también indicó que entre los países europeos, que no quieren que Marruecos siga siendo una nación libre, fuerte e influyente, hay europeos contados paradójicamente entre los socios tradicionales de Marruecos, que “temen por su intereses económicos, sus mercados y sus esferas de influencia en la región del Magreb”. Estos europeos todavía están teñidos de un atraso que se resiste desesperadamente a los tiempos cambiantes”.

El rey Mohammed VI da así consistencia y explicación a una serie de ataques metódicos, diferentes por sus ubicaciones geográficas, múltiples por sus actores e interventores pero unidos por sus objetivos declarados: debilitar el Reino, incrustar palos en las ruedas de su máquina económica, para impedir su crecimiento y ralentizar su dinamismo. En definitiva, intentar devolverlo a una situación clásica de actor periférico al servicio de un centro europeo prepotente y dominante.

Durante años, las opciones políticas y diplomáticas de Marruecos y su ubicación geográfica han alterado una visión clásica y cómoda de las relaciones entre Europa, el Mediterráneo y África. Mientras otros países de la región se hunden inevitablemente en el caos político y la decadencia económica, Marruecos, bajo el liderazgo de "una monarquía ciudadana", juega en la cancha de los grandes países y no solo configura sus entornos sino que comienzan a controlar gran parte de sus destinos.

En materia de seguridad regional, Marruecos ha logrado realizaciones que lo han hecho indispensable y reducido como una piel de dolor el círculo de sus detractores pero ensanchó notoriamente el de los envidiosos. La experiencia y el saber hacer marroquíes en la lucha contra el terrorismo no es una fantasía de los cortesanos, sino una realidad innegable reconocida por todos.

En el plano diplomático, Marruecos ha pensado en nuevas alianzas que dan nueva vida y una nueva perspectiva y participan en redibujar un nuevo equilibrio de poder y escribir una nueva geografía.

Marruecos también ha invertido en un proceso de normalización de sus relaciones con España, el vecino del norte de donde partieron algunos de los golpes bajos y traiciones. Con suerte, parece decir el rey Mohammed VI, la relación con España se está recreando sobre una nueva base que servirá a los intereses mutuos de ambos países. El hecho de que el soberano mencione el nombre del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, es un serio indicador de que la reconciliación ha llegado a etapas avanzadas y que próximamente marroquíes y españoles podrán celebrar el regreso de sus alianzas estratégicas.

Esto es, el Rey Mohamed VI expresó ayer su voluntad de inaugurar una "nueva etapa" en las relaciones con España "sobre la base de la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos". “Así pues, además de los tradicionales puntos constantes, que constituyen su zócalo, hoy velamos por consolidarlas mediante la comprensión conjunta de los intereses de los dos países vecinos”.

“He seguido personalmente y de manera directa la marcha del diálogo y el desarrollo de las discusiones. Nuestro objetivo no consistió únicamente en salir de esta crisis, sino en hacer de la misma una ocasión para revisar los fundamentos y los determinantes que gobiernan estas relaciones”.

“Con toda sinceridad y confianza, aspiramos a seguir trabajando con el gobierno de España y con su presidente, Pedro Sánchez, con el fin de inaugurar una nueva etapa inédita en las relaciones entre los dos países, sobre la base de la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos”.

“Se trata del mismo compromiso que se halla a la base de las relaciones de asociación y solidaridad entre Marruecos y Francia, con cuyo presidente, Emmanuel Macron, me unen sólidos lazos de amistad y mutua consideración”.

Antonio Yelpi Aguilar, Presidente Fundación Global África Latina.
Yelpi Aguilar, Antonio
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