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Plaza de la Soledad

martes, 09 de marzo de 2021
Tal vez sea ésta la plaza lucense en la que hay más estilos arquitectónicos y ninguno de ellos desentona ni semeja estar fuera de lugar. Es lo que suele ocurrir con las cosas bien puestas, y creo que en esta plaza todo está como corresponde.

Un costado de la plaza está ocupado por su parte, digamos, monumental. Las fachadas del Museo Provincial, la de la iglesia de San Pedro y su torre. Aunque entre estas obras median siglos de diferencia, forman un frente muy armónico. La fachada del Museo Plaza de la Soledadrecuerda a nuestros pazos, con su galería superior acristalada y en sus paredes el granito conjuntado con la pizarra de frente. Obeliscos, molduras, escudos, todo junto, bonito y formando juegos de luces y sombras. En una palabra, nuestro barroco. Planta baja y un piso, creo que para no restar protagonismo al elemento más importante del conjunto: la fachada de la iglesia con su torre. Los arquitectos que diseñaron la fachada del Museo tuvieron muy en cuenta cuál era el elemento principal del conjunto, el que no se podía eclipsar, y lo consiguieron. Por otra parte, el conjunto del Museo Provincial y la iglesia de San Pedro definen un espacio más elevado que el resto de la plaza y se salva con un murete con barandilla de granito y escalera de tres peldaños. Muy elegante. Sin darnos cuenta utilizamos esa parte alta como atrio de la iglesia y, como tal, la ocupamos antes de celebraciones concretas como misas, bodas, funerales, etc. sin entorpecer el tráfico peatonal de la plaza. En verdad, sabemos utilizar bien los espacios cuando están bien definidos.

Al pie de esta breve escalera tenemos la capilla de la Soledad, que da nombre a la Plaza. La capilla posee la única espadaña presente en el recinto amurallado, y sus paredes nos recuerdan las construcciones rurales de nuestra provincia, granito en perfiles y pizarra de frente.

En el resto de la plaza encontramos edificios de Maquieira y García-Boente, entre otros, confiriendo un aire bonito a este lugar, que siempre me ha evocado encuentros. Los primeros recuerdos que tengo de ella me llegan desde mi infancia, cuando unas barracas de feria jugaban un papel importante en aquellos días de sol otoñal que enmarcaban el San Froilán de cada año. De todo aquello ya no queda recuerdo, salvo en las mentes de algunos. Esa es mi primera evocación que me viene a la mente, fraguada en muchos años de uso continuado. Siempre, a mi modo de ver las cosas, la plaza ha logrado mantener su papel de aglutinador de encuentros y comercios diversos. Hoy, a lo largo del año se celebran en ella y bajo carpa protectora, ferias de artesanía, de productos del campo, de dulces de temporada u otros productos.

Me gustan sus plátanos de sombra y sus bancos de piedra, el adosado al Museo Provincial, y el curvado del centro de la plaza. Antes fueron dos, pero el que falta debió evaporarse, algo frecuente en objetos pétreos de Lugo. Estos bancos son lugar de descanso para muchos paseantes que, a la sombra de los plátanos buscan un descanso, pero también prestan al lugar un entrañable sabor de buena vecindad.

Me gusta su suelo. Adoquinado formando diseño ajedrezado atravesado por caminos curvos de granito. Lástima que los adoquines son casi cuadrados y no permiten ver con facilidad el diseño dibujado del suelo. Lo lamento, pues fue bastante el trabajo empleado para no lucir ahora y, por otra parte, esto de adornar suelos es algo raro en nuestra ciudad y la falta de un resultado positivo no representa estímulo para llevar la idea a otros lugares.

Hubo un tiempo en el que muchos bajos de esta plaza estuvieron dedicados a tiendas de compra y venta de objetos usados. También durante algunos años, esta plaza fue sede de un rastrillo semanal de objetos diversos, una actividad que se sumaba a la de las tiendas estables que había allí. Pero tal actividad cambió de manos y de modos y las tiendas fueron cerrando, siendo substituidas por bares con bonitas terrazas, acogedoras.

Hoy es una bonita plaza. Un hermoso lugar para descansar en alguna de sus acogedoras terrazas.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


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