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Brindo por ti

miércoles, 23 de diciembre de 2020
Brindemos por todas las personas que estuvieron ahí en los peores momentos de la pandemia. Brindemos por los médicos, enfermeras, celadores, servicios de limpieza y por todo el personal sanitario. Gracias por su esfuerzo, por caer y volverse a levantar para seguir salvando vidas. Gracias a las farmacias, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y a Protección Civil. A los transportistas, camioneros, reponedores y trabajadores de los supermercados por haber estado ahí. Agradecer la labor de los voluntarios y a los Bancos de Alimentos por su trabajo.
Brindo por ti
Brindemos también por todos los medios de comunicación que estuvieron día tras día informando. Y gracias a los periodistas que nos acompañaron con programas de entretenimiento. La labor de los periodistas desde marzo no ha sido fácil. Los datos eran terriblemente desoladores. Recibir un mensaje de cualquier compañero con un "Espero que estés bien" se volvía uno de los mejores bálsamos para aliviar tanto dolor y tanta incertidumbre. Demasiada información y pocas respuestas.

Algo positivo de esta situación son las lecciones que hemos aprendido, como por ejemplo decir a las personas que quieres que las quieres o ser más cercanos con llamadas o mensajes. Ahora somos más conscientes que nunca de la importancia que tiene un abrazo, saludar a alguien con dos besos o la necesidad de mostrar más nuestros sentimientos de afecto hacia los demás. Como dice la frase: "Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Y esta pandemia nos quitó los besos, los abrazos y la cercanía física impidiendo mostrar afecto. También es un buen momento para alejar a la gente tóxica fuera de nuestras vidas quedándonos solo con las personas que merezcan la pena.

También brindo por todas las personas jóvenes que en muchas ocasiones son un ejemplo. Algunos han demostrado que sí tienen valores y principios protegiendo a las personas más vulnerables cuidándose, guardando las distancias de seguridad y evitando muestras de afecto físico. Y los que deciden reunirse quedan al aire libre o abren las ventanas para evitar riesgos o directamente deciden que la opción más sensata es quedar con sus amigos cuando la situación mejore. Está claro que la responsabilidad empieza en cada uno de nosotros.

También me gustaría dar un mensaje a los jóvenes y a los no tan jóvenes. Hace unos días recibí la llamada de un amigo. Estaba cansado y cada pocos segundos tenía que hacer una pausa para coger aire. Se había contagiado de Covid-19. "He estado a punto de morirme y he pasado un mes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)". Tiene solo 27 años. Su carga viral era brutal. Al parecer se lo contagió su sobrina pequeña de tres años. La niña permaneció asintomática, pero tenía Covid-19. Casi toda su familia se contagió, excepto su pareja. Me comenta que los médicos todavía no tienen la respuesta de por qué ella no se contagió.

Me mandó su informe médico. Lo consulté con varios doctores con su permiso, claro. Su pronóstico era gravísimo. Sintió pánico, miedo, angustia, incertidumbre y terror por si no volvía a despertarse. Pensó que jamás se contagiaría gravemente porque tenía la idea -equivocada- de que la gente joven no se contagiaba de manera grave, excepto personas con patologías previas, y él no tenía ninguna patología. Es deportista y lleva una vida saludable.

Sin embargo la realidad era bien distinta: el quinto día de ingreso presentaba fallo multiorgánico. Su analítica no tenía ningún valor que estuviera dentro de los parámetros normales. Me cuenta que sintió miedo, que sintió terror, que jamás se sintió tan solo, mientras le venían a visitar sanitarios vestidos como si fueran astronautas para protegerse mediante un equipo de protección individual (EPI). Antes de que lo trasladaran a la UCI hizo una carta de despedida para su familia diciéndoles lo mucho que les quería. Lo iban a intubar y tenía miedo de que no pudiera despedirse de ellos.

Antes de colgar me dijo: "Estoy bien. He sobrevivido pero, ¿podrías hacerme un favor?" Le dije que por supuesto. Me dijo: "Cuenta mi historia, por favor. Yo era de los que pensaba que solamente afectaba a personas con patologías previas o a partir de cierta edad y no es verdad. He estado a punto de morirme". Su hermano ahora está más concienciado que nunca y le cuenta a todos sus amigos lo que le ha pasado a su hermano para que no le pase a nadie más.

Su familia este año ha decidido que las Navidades las van a pasar cada uno en su casa y solo con los convivientes. Hay algunos de sus familiares que viven solos y por lo tanto lo pasarán en soledad, pero me dice que prefiere "Abrazar a su familia cada año, en vez de que sean sus últimos abrazos". Y que jamás se perdonaría que alguien de su familia se contagiara y no sobreviviera. "Y te lo digo yo que he vuelto a nacer". Actualmente tiene secuelas: se siente muy cansado, también se ahoga con cualquier actividad física y tiene el hígado afectado.

Los sanitarios están muy cansados físicamente y desgastados psicológicamente por lo que deberíamos -entre todos- poner un poco de nuestra parte y devolverles el favor por su dedicación.
Sicart, Viridiana
Sicart, Viridiana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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