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La Begontina

martes, 24 de noviembre de 2020
Era por el mes de diciembre y habían transcurrido pocos días, una semana o dos, desde que se había inaugurado el Belén de Begonte y, en esa dominical mañana en que Terra Chá se hallaba envuelta aún en las sábanas de las nieblas, apareció en esas bellas tierras un grupo de caballistas que, según decían, venían de recorrer las montañas ourensás.

En la puerta de acceso del Centro Cultural Jesús Domínguez Guizán, en la misma entrada del Belén Electrónico que da fama a toda esta comarca, provincia y Galicia toda, se hallaban el párroco y un par de miembros de ese colectivo que estaban opinando sobre las distantes actividades culturales que tenían ya programadas para esa nueva edición.

En ese momento llegaron esos jinetes. Descabalgaron y buscaron unos troncos de árboles cercanos u otros arrendaderos para amarrar sus monturas. Después saludaron a D. Jesús y sus acompañantes:
- "Bo día, señor crego e demáis contertulios".

Ellos contestaron:
- "Bos días, teñan e benvidos viaxeiros ao Belén de Begonte".

Los recién llegados, acercándose al grupo, dijeron:
- "Vimos das terras do río Xares, daquela zona do santuario das Ermitas. Decidimos facer o Camiño de Inverno ata Santiago pero, cando chegamos a Monforte entramos nunha cantina a tomar un viño da Ribeira Sacra e, falando co propietario, un home moi conversador que dixo ser de Lugo comentou que vir nestas datas por esta provincia e non facer unha visita ao Belén de Begonte era case un pecado. Grazas ás súas orientacións decidimos antes de chegara Santiago vir aquí".

D. Xesús y los otros dos vecinos de Begonte respondieron:
- "Moitas grazas no nome do Belén e deste concello ¡Pasen, por favor!"

Eles preguntaron:
- "Cánto é a entrada?"

Un dos presentes contestou:
- "Non cobramos entrada, é totalmente de balde; soamente se queren deixar algún donativo pois, moi agradecidos pola colaboración".

Gran rato pasaron aquellos caballeros mirando ese nacimiento tan maravilloso y, después de dejar unas monedas en un cestillo y coger unos calendarios de recuerdo, salieron. En sus caras se reflejaba la satisfacción de ver ese Belén:

"Señores, noraboa por esta obra. Mereceu a pena vir. Nunca vimos Belén tan fermoso. Orgullosos deben sentirse estes veciños de posuir unha obra tan espiritual e grandiosa".

El sacerdote, con una sonrisa de alegría dibujada en su rostro, al igual que los demás presentes, respondió:

"Moitas grazas pero, son vostedes, todos os que veñen a visitalo, os que fan medrar esta obra que no seu día puxeron en marcha o meu irmán, Xosé e Xosé Varela. Entre todos temos que facer que, cada ano vaia a máis. Precisamente estaba falando con Xulio Xiz e Xosé Rodríguez sobre as actividades que desenrolaremos nesta edición".

Entonces, el caballero que tenía porte de ser de gran alcurnia y parecía ser portavoz del resto del grupo, el que su cabalgadura era de color blanco, dijo:
- "Qué actividades teñen neste ano?"

Tomando la palabra Xulio Xiz dijo:
- "Temos certames de arte, debuxo, poesía e xornalismo".

El jinete. tomando de la rienda su caballo, preparándose para montar pues ya sus compañeros lo habían hecho, preguntó:
"Podo suxerir unha que acaba de ocurrírseme?"

Os membros do Centro Cultural Xosé Domínguez Guizán, al unísono contestaron:
- "Por suposto!!"

El hombre se les acercó y, tan bajo hablaba que ni sus compañeros de viaje llegaron a enterarse ya que no quería que aquella idea se la atribuyeran a él:
- "Señor crego, direina cunha condición?"

D. Xesús responde:
- "Diga?"

El viajero acercándose mucho más, contesta:

- "Rogo encarecidamente que isto que propoño sexa considerado coma unha confesión e nunca, por favor, digan de quen foi a idea, pois queda eiqui porque eiqui naceu".

D. Xesús, D. Xulio e D. Xosé Rodríguez estaban expectantes anhelando que hablara el desconocido y aportara su idea.

Los otros viajeros, subidos en sus caballos ya se impacientaban y le gritaron al compañero:
- "Veña, Santiago que temos que chegar a Compostela!".

El, con tono un poco enfadado y muy comedido respondió:
- "Agora estamos en Begonte. Se tanta presa tedes, marchade, xa vos darei alcance".

Volvió a atar su caballo y entró dentro del Belén con los tres miembros de la entidad y allí les comentó su opinión:
- "Ben, amigos, todos sabedes que en Santiago de Compostela os peregrinos reciben a Compostela. Unha vez visto este grandioso Belén digo eu que tamén, para potenciar as súas visitas, podería entregarse aos visitantes que aquí veñan un documento que sería chamado "A Begontina", esa non sería outorgada polos kms feitos e si polas veces que haxa visitado esa persoa este Belén. Para recibir ese galardón tería que ter selada eiqui unha cartilla que ten diversas casillas, tantas como anos de vistas a este Belén Electrónico. Un lustro, cinco visitas ben deben merecer que ese visitante teña no seufogar "A Begontina". Ao viaxeiro que estea interesado en acadar a "Begontina" entregarse unha Credencial que, cada ano que visite este Belén de Begonte será selada neste Centro e cando leve cinco anos xustificados de asistencia a este Belén recibirá "A Begontina" que é un pergamino expedido polas autoridades eclesiásticas e firmado polo Monseñor Bispo de Mondoñedo, polo Presidente do Centro Cultural, o Secretario do mesmo e o Alcalde de Begonte."

A los que atentos escuchaban el desenvolvimiento de esta propuesta les parecíó una idea maravillosa y, dándole la mano con regocijo agradecieron la genial idea que contribuiría a que más personas se animaran a visitar el Belén de Begonte.

Luego marchó galopando el que tal idea propuso y pronto alcanzó con su caballo blanco a los que componían el grupo, le estaban esperando bajo un roble para juntos marchar.

En la siguiente edición, una vez realizados los debidos trámites con las autoridades eclesiásticas, pudo hacerse realidad que este Belén de Begonte se hallara preparado para, en los próximos cinco años, expedir las primeras "Begontinas".

Tanto agradó este hecho en las altas esferas del clero santiagués que acordaron que, al igual que había otras certificaciones como Pedronia, Fisterrana, Muxiana... fora considerada "A Begontina" en igual rango y categoría. De este modo se añadió otra punta de luminosa espiritualidad a la grandiosa estrella peregrina; pues si en Santiago está la tumba del apóstol aquí, en Begonte del Belén, se halla el Nacimiento del Señor.

El sacerdote y todos los que colaboran en darle a este Belén el mayor esplendor, al llegar la siguiente Navidad estaban atentos por si veían a quien les dio la idea, aquel jinete y sus acompañantes, para rogarle que, cuando se hiciera entrega de las primeras Certificaciones estuviera presente, pues ese acto sería en la clausura del Belén junto con la entrega de premios y distinciones de los diversos certámenes pero no vieron que allí acudiera. Les extrañó que, siendo el artífice no acudiera nunca más.

Un día, una vez clausurada una edición, cuando ya estaba a solas el sacerdote D. Xesús Domínguez vió que había sobre el umbral de la puerta de entrada al Belén Electrónico un papel en el suelo. Lo tomó para depositarlo en la papelera pero, al cogerlo comprobó que era una nota que decía:

"Padre, no me esperen. La idea no fue mía, fue de ustedes que creyeron aquel día verme junto a un grupo de visitantes. Sigan con esa encomiable labor para que la paz y la semilla cristiana siempre amparen a este mundo que necesita vivir en la Navidad. Hay que hacer Camino. Sepan que en Compostela siempre les aguardo. Fdo. El Apóstol"

El sacerdote emocionado guardó el papelito con sumo cuidado y en la siguiente reunión de socios del Centro Cultural, después de leerles aquella misiva, dijo:
- "Amigos, Santiago siempre está vivo en todos los caminos de los que hacemos el vivir con fe y él fue quien se nos apareció aquella mañana para aconsejarnos esta genial idea".

Todos los gallegos y creyentes sabemos que Santiago nos ampara y a su Maestro siempre venera y con su caballo recorre todas las sendas para abrirnos caminos de dicha por eso, aunque no se haga presente en todas y cada una de las ediciones del Belén de Begonte siempre aquí se encuentra para demostrar que en cada Navidad vuelve con intensidad a alumbrar la luz de la Estrella de la Espiritualidad.
Pol, Pepe
Pol, Pepe


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