La Fundación

Por supuesto que me refiero a la Fundación CEL Iniciativas por Lugo, que es su nombre completo y que conviene recordar pues con su trabajo, sus principios y sus valores está demostrando que las cosas con base sólida, permanecen en el tiempo por encima de quienes las crean.

La pasada semana se entregaron los premios anuales en un acto que desde 1997 viene siendo el mas destacado acontecimiento empresarial de Galicia en la materia y es que la Fundación fue la primera Institución privada, creada por y para los empresarios, para defender la “cultura de emprender” y animar a los jóvenes a que pusiesen en marcha sus ideas en forma de una nueva empresa, cuando en esta Comunidad “nadie esperaba que prosperase una iniciativa tan importante en un lugar apático y poco emprendedor como Lugo”, estas palabras me las dijo entonces un tonto, que se equivocó tontamente.

Por otra parte, el diario El Progreso del pasado domingo, publicaba la noticia de que el gerente de la Fundación, Pablo Rancaño, deja la dirección para hacerse cargo de una importante tarea en el IGAPE, en colaboración con la Conselleria de Traballo, para coordinar la red de agentes de empleo, lo felicito sinceramente y le deseo éxito con todo afecto, pues no en vano empezó su carrera profesional conmigo, cuando hace diez años le encargué del incipiente proyecto.

Pero las cosas bien hechas y con base sólida permanecen por encima de las personas que pasamos por los cargos.

Mi vinculación con esta iniciativa ha sido grande, en 1996 escribí un documento con las líneas generales de la Fundación y lo presenté al presidente de la CEL, Guillermo Sánchez Vilariño obteniendo su total respaldo y compromiso, luego cogí el teléfono para convencer a los empresarios que se sumaron al proyecto, incorporándose como primera presidenta Blanca García Montenegro durante un brillante período de ocho años, que significó la consolidación de un instrumento fundamental para el desarrollo de nuevas empresas en Lugo.

Y es que la Fundación nació en unos momentos en los que esta provincia estaba necesitada de respuestas desde la sociedad civil y en este caso, he de decir que me siento orgulloso del resultado.

Hasta la estatua que se entrega a los premiados lleva mi sello, pues la dibujé estando en el hospital al lado de la cabecera de la cama de mi difunta madre; ese hombre que se abre camino entre dos pesadas piedras, realizada en bronce por mi amigo el escultor mindoniense Juan Puchades, lleva toda la fuerza de quienes entonces teníamos responsabilidades en la Fundación y queríamos transmitirla a los jóvenes emprendedores, como símbolo de que no hay nada sin trabajo, no hay nada sin esfuerzo, pero que sin duda merece la pena ser empresario.

Las personas pasan pero la Institución permanece, nos hemos ido, Blanca, Guillermo, yo mismo y ahora Pablo; recientemente ha tomado posesión como nuevo presidente Luis García Santalla, que ya era miembro muy activo desde hace años y estoy seguro que con su dirección e iniciativa la Fundación profundizará en su actividad y abrirá nuevos caminos.

Lo importante para la provincia de Lugo, es que un proyecto diseñado en 1996 permanece y está consolidado, que el trabajo ha dado sus buenos frutos en forma de nuevas empresas, de creación de empleo, de iniciativas innovadoras; hay empresas, hay empresarios, hay emprendedores: hay futuro.