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Exportando personal

lunes, 21 de abril de 2008
El artículo publicado en El Progreso del pasado domingo, en base al informe sobre el mercado de trabajo de los jóvenes, ha impactado a mucha gente pese a conocer de antaño que la situación laboral en nuestra provincia y las expectativas de empleo son malas; pero es que la cifra de 9.000 jóvenes que se vieron obligados a abandonarla, es una sangría inasumible que social y económicamente hace precisa una intervención de quienes tienen responsabilidades.

No vale mirar para otra parte y decir que es una cuestión de las políticas del Gobierno, pues no es cierto; no sirve echar las culpas a la recesión económica que en los últimos meses comienza a notarse, pues no es verdad; no es de recibo esconderse y eludir responsabilidades, pues los agentes sociales tienen mucho que decir en el tema.

Hace tres años que en varios artículos de los que escribía los lunes en El Progreso, denuncié “que la situación de crecimiento de Lugo no era sostenible, con bajos salarios y nulas expectativas de futuro para toda una generación de jóvenes bien formados”, que con ese horizonte negativo no podía esperarse más que el éxodo de los mejores, como así está sucediendo y conste que me gustaría haberme equivocado.

Desde que la negociación colectiva dejó de ser un conflicto y se encarriló por una estable senda de diálogo, se pudo haber aprovechado desde las asociaciones empresariales y sindicatos para negociar competitividad, formación, innovación, estabilidad contractual, mejoras sociales y por supuesto incrementos salariales acordes con la realidad de los precios de productos, bienes y servicios.

Lejos de eso, y pese a que nos encontramos con que ha aumentado la cualificación del capital humano, las empresas de Lugo en vez de pagar a los trabajadores acorde con los méritos académicos, conocimientos y experiencia, se han instalado en los “ochocientos euros” y así se ha ido agrandando una brecha salarial entre esta y otras provincias que obliga a miles de jóvenes a marcharse, pues aquí no ven futuro.

El modelo de desarrollo de Lugo ha estado equivocado en dos aspectos: basarse en “el ladrillo” con las consecuencias que estamos ya sufriendo y en otros sectores productivos en competir a base de pagar salarios bajos y ofrecer precariedad laboral, con excusas pueriles que en muchos casos reflejan su propia incompetencia empresarial.

Aquí criamos bien a los jóvenes, los engordamos, les damos una buena educación, una formación universitaria, para que luego la aprovechen en otras localidades. Esa es la descripción de la situación. Pero lo más grave es que además se ha producido un despilfarro de recursos económicos, tanto familiares como públicos para formar a esas personas y todo para no aprovecharlos socialmente en Lugo, pues el empresario lucense “quiere personas polivalentes, con experiencia y que cobren bajos sueldos con contrato temporal”, lo dicen los entrevistados por El Progreso del domingo pasado.

Empresarios y sindicatos han de actuar responsablemente ante esta situación y abrir un debate sobre “las retribuciones, la productividad y la competitividad”, los agentes sociales provinciales deberían de estar seriamente preocupados por las graves repercusiones que para el futuro tiene el éxodo de 9.000 jóvenes en 2007.

Pero con la difícil situación económica que está encima, me temo que algunos empresarios encontrarán todavía mas excusas para congelar los salarios. Y si prosperan sus tésis, continuaremos siendo líderes en “exportación de personal”.
López Bourio, J.M.
López Bourio, J.M.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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