Viejo rey devorado por las mujeres y el dinero

—- Oye… ¿Y que es del Demérito?

—- Por Madrid dicen que lo ha salvado el coronavirus, pero…

En esta España gobernada por la izquierda y mayoritariamente republicana en su Parlamento, nadie mueve un dedo en contra de Juan Carlos de Borbón pese al halo de corrupción que desprende su figura. La actitud de los políticos españoles con respecto al que aún sigue siendo rey emérito, y sobre todo la de los magistrados del reino, para nada se entiende en el extranjero. Lo que mejor refleja cómo ven este asunto desde fuera es la opinión de la prensa internacional.

Podría citar portadas en todos los idiomas pero me quedaré con la última, la de “La Tribune de Geneve” que nos recuerda…

España se está jugando su credibilidad. Ya es hora que de que levante el vuelo sobre Juan Carlos I e investigue a fondo sus finanzas, para que se aclaren las muchas dudas que han suscitado las revelaciones que se han publicado sobre su fortuna”.

Otro reportaje suscrito por la corresponsal de “Le Monde” en España, Sandrine Morel, es aún más rotundo en las apreciaciones. En portada, el prestigioso diario francés, destaca que el monarca de la Transición “ha perdido su aura acechado por sus asuntos financieros lastrando la escasa credibilidad que le queda a la monarquía española”. La periodista francesa le define así:

Viejo rey devorado por su pasión por las mujeres y el dinero”.

Eso en la portada, pero en páginas interiores el periódico francés titulaba:

Maletines de billetes en Suiza, fundación opaca en Panamá:

Juan Carlos, consternación de España»

Es un buen reportaje que demuestra el conocimiento que la periodista tiene del aún rey, al que llama “un reputado seductor y bon vivant de 82 años”.

Sandrine Morel no se queda en la imagen y se refiere en su trabajo al thriller político-financiero que sacude a la monarquía española desde principios de marzo, en cuyo reparto también participa una “parlanchina aristócrata” no ajena a los “maletines de dinero procedentes de generosas donaciones desde el golfo” y “un abogado de Suiza” al que le atribuye la creación de “una fundación opaca” que intentó tapar los chanchullos.

En realidad, las fuentes de Sandrine son bien conocidas por numerosos periodistas de medios españoles, poseedores de la misma información. Se trata de la investigación de un fiscal suizo que ha destapado las cuentas secretas de Juan Carlos de Borbón en Ginebra, los regalos de los reyes de Arabia Saudí y del sultán de Bahréin, la Fundación Lucum que capitalizaba las donaciones y el gestor Arturo Fasana que ingresaba los maletines con millones de euros.

Más allá de nuestras fronteras este escándalo es tema importante para la prensa seria y quiero suponer que en España está en estambay “respetando” el gesto de Felipe VI cuando renunció a cualquier herencia que pudiera corresponderle de su padre. Pero una cosa es el actual rey y otra Juan Carlos, que pasó por héroe de la Transición -a pesar de ser el mayor residuo del franquismo- y hoy está considerado el mayor golfo de este reino.

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