Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El futuro se construye sobre un presente feliz

viernes, 13 de marzo de 2020
Jeffrey Sachs se enfrenta esta vez, como un caballero andante al estilo de Don Quijote, contra la incoherencia de las universidades que postulan el cambio climático y mantienen el carbón y otras energías contaminantes. Es una pelea, como la que yo El futuro se construye sobre un presente felizmantengo en mi oficina con mis colaboradores cuando hay temas en discusión. Los alumnos están muy sensibilizados en el tema del cambio climático y apuestan decididamente por las energías renovables, mientras que las universidades y sus consejos rectores siguen utilizando los combustibles contaminantes.

Jeffrey argumenta que "los administradores universitarios, los fideicomisarios y los gerentes de patrimonio han estado viviendo en una tierra de fantasía energética", mientras que los estudiantes son los que viven en el mundo real.

Por mi parte, daría un tirón de orejas a mi lustre amigo el profesor Sachs, ya que cree que los estudiantes tienen siempre la razón no parece una aserción seria. Es cierto que los estudiantes aspiran al cambio y lo quieren hacer rápidamente, mientras que los gestores tienen muchos problemas, incluso para financiar sus actividades. Toda universidad necesita un programa de becas, las que suponen un presupuesto. Esto impide, a veces, que se prescinda alegremente de las actuales energías para implantar rápidamente unas energías renovables que a veces son muy caras.

Es la misma polémica con los coches eléctricos y los coches diésel y de gasolina. En un mundo ideal, en esa realidad con la que Sachs reviste a los estudiantes, sería fantástico que fuera la electricidad la que moviera todos los transportes. Pero, por ejemplo, en España nos enfrentamos a que la industria del automóvil, sobre todo la exportación de vehículos supone una cantidad importante de nuestro PIB. Y, detrás de estas cifras, está El futuro se construye sobre un presente felizel trabajo de las personas.

Los ecologistas muchas veces quieren llegar rápidamente al cielo y no se dan cuenta del infierno del desempleo que llevan consigo cuando no se han desarrollado unos combustibles asequibles.

Sachs se refiere al lucro de los administradores y de los donantes. Los malvados accionistas.

Para respaldar sus teorías nos hace un análisis bursátil sobre las compañías de petróleo, comparándolas con las del carbón.

La prestigiosa facultad de Harvard, que como el MIT Tecnológico de Massachussets, están a la vanguardia de las innovaciones tecnológicas y económicas, han apoyado recientemente, de forma abrumadora, la implantación de las energías renovables.

Sachs invoca "las responsabilidades morales" de las universidades y afirma que al no implantarlas se abraza "una perspectiva pobre", no se mira hacia el futuro y se pisotea un imperativo ético y sentencia que "las inversiones en combustibles fósiles son una mala apuesta a largo plazo".

Queridos lectores, si en vez de españoles fuerais polacos y supierais que la economía y el bienestar de vuestro país depende del carbón y de las térmicas pondríais en solfa las afirmaciones de Sachs y de Bernie Sanders.

En defensa de Sachs, hay que decir que "con los costes de la energía solar y eólica cayendo en picado, y con los avances tecnológicos masivos en baterías, vehículos eléctricos y otras tecnologías, para alejarse de los combustibles fósiles, el ritmo de descarbonización continuará avanzando".

En reflexión para España, León y Asturias al perder la minería y las industrias térmicas han deprimido mucho a la población y, sobre todo en León, han causado un paro extraordinario y unas jubilaciones anticipadas, que en un momento en el que, gracias a una excelente sanidad, la vida se prolonga y enfrenta a mujeres y hombres sobre los cincuenta años a convertirse en parásitos involuntarios de la ciudad.

Sachs en su artículo del Boston Globe aboga por la descarbonización como nuestra inefable ministra Teresa Rivera, a la que yo me permito apelar la de "la transición catastrófica". Pero amigos, estamos ante la polémica del siglo, que junto a las pandemias sanitarias, actuales y por venir, forman parte del currículo necesario de las universidades. Tenemos que tener cuidado en nuestro intento de ganar el futuro y emponzoñar el presente y adentrarnos en una ciénaga como la que iluminó los primeros años de Gabriel García Márquez en su pueblo de Aracataca, en su Colombia natal.

Llevo ya un par de años recibiendo estos estupendos artículos y a veces haciendo meramente una traducción y en otras añadiendo comentarios porque lo importante, queridos lectores, es reflexionar, utilizar ese misterio maravilloso del cerebro para conseguir un bienestar común. Tarea de cíclopes. Pero en este tiempo que el coronavirus nos va a devolver a la vida contemplativa, puede ser de gran utilidad.

Aprovecho la ocasión para comentar la angustia que tenía la alcaldesa de Barcelona, la señora Colau, por el agobio de los turistas y la de otros ilustres ecologistas que predicaban el slow living. Los italianos en este momento no tienen ese problema cuando tienen abierto solo algunas tiendas de comestibles y de farmacias, ¡toma slow living!

Los que se lamentaban de ver a tantos chinos y coreanos ahora los van a echar de menos. vivimos en una paradoja. Y, como el título de otro de estos artículos: ¡que dios nos coja confesados! En la medida de lo posible, las recomendaciones de Jeffrey Sachs constituyen el futuro.

Desde mi modestia reclamo el presente y me angustia el futuro que pueda ocasionar para las familias el cierre de una térmica en Galicia.

Apliquemos el sentidiño, de Don Xulio y con el adagio italiano recordemos que "chi va piano va sano e lontano".

Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES