El 10 de diciembre de 1948, se firmó en París en Naciones Unidas la Declaración
Universal de Derechos Humanos. Desde entonces, se ha convertido en una fecha tótem, una de las más importantes que manejan las Naciones Unidas en su labor de sensibilizar a ciudadanos de todo el mundo.
Es cierto que, después de aquella emblemática fecha, estos 30 artículos que se deberían estudiar en los colegios de todos los países se han visto completados e interpretados por otras leyes. Por los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y Pactos Internacionales de Derechos Sociales, Económicos y Culturales firmados en 1966 y que son vinculantes y obligatorios.
Esta tabla de la ley que recuerda la que Dios dio a Moisés con sus famosos diez mandamientos permanece como un símbolo, como un texto sagrado que debería ser observado por toda la humanidad.
Esta es la teoría, el lado sacramental pero, en la práctica, los derechos humanos se convierten en un arma arrojadiza que utilizan quienes quieren violar las leyes y conseguir sus propósitos, las más de las veces descabellados. Se emplean sin ton ni son y sin que venga a cuento.
Por esta razón, muchos ciudadanos que no están bien informados o, sin formación, se asustan cuando personas vociferantes queman cajeros bancarios e incendian coches, destrozan escaparates y destruyen el mobiliario urbano. Según estos nuevos bárbaros, lo hacen en nombre de los derechos humanos.
La defensa a ultranza de las minorías puede convertirse en un pesado fardo para la mayoría. Se olvida que la mayoría también tiene sus derechos.
En España, donde impera un gran radicalismo en todas las diversidades, se tilda de extremistas a países como Hungría, Eslovaquia, Polonia, República Checa, Rumanía e incluso en Rusia donde se defienden los valores tradicionales de la familia y se festeja con todo el esplendor la Navidad.
Cuando los amigos de Podemos en Jaén piden que se supriman los festejos religiosos e incluso los patronales, lo hacen ¡Dios mío! en nombre de los derechos humanos! Esto, mis queridos amigos, es un verdadero escándalo,un escarnio!
Cuando en muchas pancartas de manifestación contra el clima se clama contra el capitalismo fósil y otra vez se mencionan los derechos humanos. Me parece absurdo. No porque lo contrario haya llevado a sociedades depauperadas con infancias hambrientas, racionamientos de productos básicos y pobreza generalizada sino, porque en ningún artículo de derechos humanos se toma partido por la gestión económica de forma explicita.
Estoy enumerando algunos puntos de lo que para mi es un uso impropio de los derechos humanos.
La Declaración, tal como está redactada, es un canto a la libertad y a la dignidad humana. Para ello se precisa un sentido de armonía social, de equilibrio y de cohésion de los países.
Nos encontramos en un mundo en gran ebullición, con revueltas en muchos países que, para acallar y sofocar estos incendios, no se precisa de la fuerza bruta sino de los valores cívicos, de esfuerzo, de sacrificio, de solidaridad y de trabajar para el bien común.
Si se habla de desigualdad a este concepto que divide a las sociedades contemporáneas debe oponerse, como decía Aurelio Peccei, el fundador del Club de Roma, un sentido común planetario para que, según Ortega y Gasset, los ricos sean menos ricos para que los pobres sean menos pobres.
Sin este sentido común y sin un ansia de armonía que es la expresión máxima de justicia será imposible hablar de derechos humanos y los violentos se impondrán a los pacíficos y perpetuarán sistemas de injusticia y de falta de libertades.
Por último, una pincelada a la dictadura verde que amenaza nuestras libertades. A esta nueva inquisición que, masas vociferantes pretenden imponernos y vuelta otra vez con el topicazo de los derechos humanos.
Sean valientes! Hablen de inquisición y de prepotencia!
Estos son algunos pensamientos que me inspira la Declaración Universal de Derechos Humanos 71 años después.
El fascismo y el comunismo que fracasaron rotundamente y terminaron ahogados por la sangre,los campos de concentraciones,por la violación sistemática de los derechos individuales y generaron guerras de exterminio intentan volver a la vida disfrazados de verde para imponer una nueva dictadura.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
