El asunto del partido Barsa-Madrid muestra una vez más la doble cara del gobierno del Divino Pedro. Tiran la piedra y esconden la mano.
Hay que explicar a los profanos que una de las motivaciones de la Federación Española de Fútbol para impedir que se jugará en la fecha prevista en el calendario que era el 26 de octubre fue "que el gobierno no era favorable por la repercusión internacional".
Cuando el Madrid se opone a que se inviertan las sedes y se juegue primero en Madrid y el Comité de Competición aplaza el partido y propone dos fechas el 7 y el 18 de diciembre es el momento que elige el ministro del interior para decir que el gobierno no tiene ninguna objecion a que se juegue el 26 de octubre.
La hora fijada de antemano era la una del mediodía para permitir su retransmisión urbi et orbi. Despues estaba convocada una gran manifestación gigante de los CDR.
Una audiencia estimada de 650 millones de aficionados es una plataforma excelente para dar gran relieve universal a la cuestión catalana y esto lo saben todos los independentistas los pacíficos intolerantes y la vanguardia de choque los descubiertamente violentos que protagonizan esta semana trágica.
Para el gobierno es vital no enajenarse el apoyo de los independentistas catalanes y están haciendo la corte a Esquerra Republicana es vista de una alianza futura en Cataluña y para asegurarse un apoyo parlamentario en Las Cortes.
Esto explica la ambigüedad calculada del Ministro del Interior y de este gobierno cómplice de los independentistas, ya que predica el constante diálogo y hacer más concesiones mediante un nuevo Estatut.
Es la estrategia de meter la cabeza debajo de la mesa. No romper los lazos que les unen a los socialistas catalanes en 40 ayuntamientos y en Barcelona ayuntamiento y diputación.
El Divino Pedro tira la piedra y guarda la mano.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
