Asistí al estreno de "Mientras dure la guerra" de Amenábar. Tengo que decir que fui con cierta aprensión, me temía un panfleto más sobre nuestra Guerra Civil. Es cierto que la filmografía no es muy abundante. Oscilan entre títulos como el "Alcázar no se rinde" o "Raza" de propaganda franquista a películas infumables en que se retrata a una época víctima de despiadados nazis que tanto abundan en las carteleras.
Mi sorpresa fue muy grande al darme cuenta que Alejandro Amenábar había hecho un film de la tercera España. Un relato objetivo con seres reales parecido a los libros que sobre nuestra contienda fratricida han escrito autores como Hugh Thomas o Paul Preston. Este relato lo hubiera firmado sin ninguna duda Salvador de Madariaga si
hubiera vuelto a la vida.
Personaje central es Miguel de Unamuno, el gran teórico de la Civilización Cristiana Occidental que, horrorizado ante la quema de conventos, asesinatos alevosos de sacerdotes y monjas, reniega de la República y se alía con los golpistas del Alzamiento Nacional. Al pasar de la idea a su realización se tortura al ver que, quienes defienden lo que el postulaba, es decir la defensa del cristianismo occidental, se comportan con la misma violencia y saña que los republicanos.
Es interesantísimo ver a personajes como Millán Astray, Mola, Cabanellas, Nicolás Franco, el cardenal Pla y Daniel, Doña Carmen Polo y a su esposo Francisco Franco y a la familia de Miguel de Unamuno.
Se ve como desaparece la bandera republicana sustituida por la monárquica. Se asiste a las deliberaciones de la Junta de Defensa presididas por el general Cabanellas que intentó sin conseguirlo que en el manifiesto que proclamaba a Franco como jefe de estado finalizara con la coletilla sólo mientras dure la guerra.
Hay diálogos maravillosos entre Millán Astray, el fundador de la legión y Unamuno en que se enfrenta el militar y el activista, Millán, el militar mutilado cuatro veces, cuyos legionarios entonaban "Soy el novio de la muerte" y el gran escritor Miguel de Unamuno cuya valentía era proverbial. Muy interesante también la conversación del rector de la Universidad de Salamanca y el matrimonio Franco. Ella muy religiosa y gran admiradora de Unamuno.
El plato fuerte es la sesión en el Paraninfo de la Universidad el 12 de octubre en la Fiesta de la Raza. Don Miguel protestó contra la retórica y exclamó los archiconocidos "venceréis pero no convenceréis".
Capítulo aparte merece la interpretación magistral de Karra Elejalde, que revive la personalidad torturada de Unamuno.
El espectador asiste embelesado a unas estupendas imágenes de Amenábar cuya caligrafía cinematográfica es extraordinaria, en que personajes con sentimientos, pasiones e ideales se ven sumergidos en los tremebundos años 30 del siglo XX donde unos y otros en esta "Guerra Incivil" se fusilaban sin piedad, tanto desde el lado fascista como desde el lado bolchevique.
Esta película no gustará y se ve cómo El País pasa de puntillas a las izquierdas porque, en este momento, se quiere demonizar a Franco para que el PSOE y su líder se aupen al poder apuntándose de sacar al generalísimo del Valle de los Caídos.
En resumen, una película estupenda, una gran visión del fatídico año 1936 y mucha sangre de España por parte de ambos bandos. Los intelectuales tipo Unamuno, Ortega y Gasset Salvador de Madariaga y escritores como García Lorca y Muñoz Seca deseaban otra cosa. Lo que Manuel Azaña resumió como... paz, piedad y perdón.
Zapatero y el Divino Pedro con su Memoria Histórica a cuestas, tratan de rescribir la historia y enfrentar a las dos Españas renegando de la reconciliación nacional que significó la transición. Amenábar no es de esta opinión.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
