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lunes, 30 de septiembre de 2019
Los Paduanos y otros comentarios

Movido por la curiosidad -referente a lo mencionado como “acuñaciones paduanas”- hice algunas indagaciones con el siguiente resultado.

Se denominan Paduanas, las monedas falsas realizadas con gran habilidad y esmero, por Giovanni del Calvino y Bassiano. Notables falsificadores del siglo XVI, conocidos por el sobrenombre de los Paduanos, que copiaron monedas antiguas siguiendo los viejos métodos y compusieron diseños para el reverso que denotan un gran conocimiento histórico.

Estas monedas falsas, algunas en parte inventadas, atribuidas a los Paduanos, gozan de reconocida reputación y su lograda manufactura las hace interesantes y solicitadas y se encuentran en bastantes gabinetes. La colección de los reyes franceses en París, dedica un lugar a estas falsas antigüedades.

A mi entender una moneda falsa, aún siendo una copia de gran calidad, no tiene ningún valor real como pieza de colección; aunque bien es cierto que nadie puede negarle la calidad que pueda tener como una simple imitación.

El calificativo de Acuñaciones Paduanas, que hemos utilizado en nuestro comentario, me parece incorrecto y fuera de lugar. Veamos a continuación la definición que nos facilita el ‘Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua’ de la Moneda.

Moneda: Pieza de oro, plata, cobre u otro metal, regularmente en figura de disco y “Acuñada” con el busto del soberano o el sello del gobierno que tiene la perrrogativa de Fabricarla, y que, bien por su valor efectivo, o bien por el que se le atribuye, sirve de medida común para el precio de las cosas.

Moneda Falsa: La que maliciosamente se hace imitando la legítima.

En el siglo XIX se realizaron falsificaciones de excepcional calidad con cuños esculpidos a buril, por grandes artistas, sobre punzones de bronce. Falsificaron principalmente monedas griegas y romanas y es posible que haya en el mercado piezas de estas características.

Las falsificaciones recientes son muy abundantes, en moneda antigua y moderna y en los diferentes metales, con calidad variable y a veces en material inferior al original.

Las monedas más fáciles de reconocer como auténticas son las de cobre, bronce y aun las de vellón y latón. Para ellos suele ser suficiente examinar el recubrimiento (Pátina) que lentamente adquirió en el lugar en donde permaneció.

Pátina: Es el resultado de la oxidación sufrida por las monedas de cobre y las que lo contienen en su composición y su color, verde, negro, marrón, azulado... refleja el lugar donde reposó por largo tiempo. La verdadera pátina es garantía de autenticidad y un hermoso atributo de valor añadido.

Pátina falsa: Es el revestimiento artificial con apariencia de baño grasiento o arcilloso, o sea, que por su apariencia no hace pensar que sea auténtica.

Cuando las monedas de cobre, o las que forman parte de su aleación, son sometidas a una limpieza en profundidad, pierden la pátina. Razón por la que nos encontramos a veces con monedas auténticas sin pátina o que la tienen artificial y puede que aun natural reciente. Esta circunstancia requiere una mayor experiencia para reconocerlas.

Finalizo el comentario con un personal y modesto proverbio:

El que de falsedades quiere vivir
pronto se le ve venir.
Otero Míguez, Antonio
Otero Míguez, Antonio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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