Leyendo un excelente libro de Benjamin Black, "Los lobos de Praga" en que John
Banville se supera a si mismo en una novela histórica e, inmerso en la contemplación del océano, quiero compartir una pequeña reflexión con mis queridos lectores.
He visto también la última película de Benicio del Toro, "Historias de miedo", en que describe magistralmente nuestros demonios interiores y, nos hace comprender a los atormentados, a los poseídos por sus... propios diablos.
Son personas tan dominadas por su ego, por su mundo restringido, chato y sin horizonte aunque, paradójicamente, vivan frente al hermoso espectáculo del mar o, contemplen nada más y nada menos que... las puertas de la gloria que describe Dante.
En este último caso, una psicoanalista freudiana a la que conocí en Roma, me relataba múltiples casos de personas esclavizadas por sus angustias. Ella misma se contagiaba de estos endemoniados...
Mi sorpresa fue al visitar Siena, la maravillosa ciudad del Palio, y ver que esta bella mujer tan atormentada estaba rodeada por los monumentos más hermosos que uno pueda imaginar.
Todos conocemos personas que nos hablan sin cesar de sus torturas interiores. Para los que no existe el ver más allá de su propia caverna interior muchas veces buscan refugio en el alcohol o en el sexo desaforado. Otras veces, en deportes de riesgo ya que flirtean, aunque no lo confiesen, con el suicidio...
Muchas veces se trata de personas que, aparentemente, deberían ser felices pues tienen sus necesidades básicas cubiertas y se permiten lujos que pocos mortales pueden compartir.
Hacen el agosto de los psicólogos que sustituyen a los sacerdotes en la misión
de ser los alcahuetes de su aperreada conciencia. Esta última expresión viene de cuando los perros lo pasaban muy mal...
Estas personas debían hacer una terapia diaria. Simplemente pensar en los demás, en el mundo que les rodea, huyendo de esos fantasmas interiores que les atormenta.
Esos solitarios que, delante de una copa, cuentan sus historias, sus monólogos doloridos, forman parte de esa gran legión de endemoniados, de personas que necesitan salir de si mismas, desenterrar su profundo egoísmo, un cultivo de ego hasta la saciedad e intentar ser optimistas, ver el vaso medio lleno que nos ofrece la vida.
He de confesar que, cuando se trata de personas en situaciones de penuria o de enfermedad física me causa un gran afecto y deseos de compartir sus penas...Sin embargo, cuando desperdician las oportunidades que les dan sus medios me produce un sentido de repulsión ante nuestra necedad, ante la falta de valores.
El verano, para los que pueden permitírselo, es un momento que deja mucho tiempo libre enfrentado a nuestras angustias...De allí los divorcios, las rupturas, al enfrentarnos a esa solitaria interior que nos corroe.
Comprendo, querido lector, que si estás en un laberinto sea difícil salir pero, quítate las orejeras y, en vez de recalcitrarte en tu interior, trata de entusiasmarte con algo exterior y verás que tus problemas tienen solución.
Esa ansia de devorar a quienes nos rodean, de encanallarnos con las personas con las que compartimos la vida es ...satánico. Nos convierte en salvajes, en una fábrica de psicópatas que ensangrientan las noticias cotidianas.
Deberían azotarnos en las plazas públicas de forma simbólica y celebrar fiestas del escarnio colectivo en donde quien odia a su pareja fuera un motivo de burla colectiva y de carnaval liberador. Sería un tipo de exorcismo que nos liberaría de la majadería de convertirnos en... energúmenos.
El masoquismo y su primo carnal el sadomasoquismo está bien contemplarlos en las películas de Benicio y de Tarantino o leerlo en los libros de Banville pero, no deben dominar nuestra realidad!
Salgamos de nuestro caparazón! Vivamos el mundo! Abandonemos nuestra necedad! Seamos felices!
Joaquin Antuña -joaquinant@hotmail.com
