Durante mis veranos de Avilés en el mes de agosto nunca dejo de asistir al festival de teatro, en que se estrenan muchas obras que luego se pasean por
media España para luego recalar en Madrid.
El coqueto y bonito Teatro Armando Palacio Valdés trae suerte a los actores y la superstición hace que Avilés sea un estupendo observatorio teatral para otear el panorama de la temporada.
Mi amigo Octavio, el oráculo de Avilés, que este año se encuentra más resignado, me saca mis abonos y me informa de la situación local y regional y a sus frases favoritas tipo "no tenemos remedio" y "esto es lo que hay" este año no pronostica catástrofes, lo que puede ser un mal augurio. Lagarto, lagarto.
El anzuelo para la obrita "La fuerza del cariño" es la presencia de Lolita, que con su popularidad hizo que se agotarán las entradas apenas puestas a la venta. Mi juicio crítico es muy negativo. Es infumable. Una mezcla inmunda de vodevil al
estilo del Molino de Barcelona y de repente un dramón de padre y muy señor mío. Una mezcla de estilos, que pasa de las burdas escenas de cama, al lecho de un dolor impostado y muy mal interpretado.
Un teléfono sonando todo el tiempo entre una madre otoñal desbocada por un astronauta y una hija vociferante y grosera con su profesor de lengua, cual es mejor no ser obsceno.
Lolita se defiende con desparpajo en las tres cuartas partes de este bodrio y naufraga en la parte dramática, pero sus seguidores sin duda irán a verla. El actor argentino Luis Mottola es el triunfador de este fallido estreno, por sus tablas, su buen decir y su credibilidad como galán maduro. La hija, su papel. destrozada por una gesticulante y chirriante Marta Guerras, que ni siquiera saca partido de su palmito y su galán joven Antonio Hortelano está atroz y forman una pareja para llorar en la parte divertida y para reír en la dramática.
Puede que la veterana directora Magüi Mira mejore este desaguisado con más ensayos, pero es difícil que esta mezcla de géneros y de infumables conversaciones telefónicas pueda satisfacer a los selectos paladares de aficionados al teatro.
Eso si, Lolita está al teléfono.
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
