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Lugo Ayer (22)

lunes, 15 de julio de 2019
El día cinco de diciembre, fecha en la que la iglesia celebra la festividad de san Sabas, la sesión en el Ayuntamiento da comienzo a la una de la tarde y asisten -cosa extraña- todos los concejales, incluido García Gesto que siempre se oponía a los proyectos de sus compañeros y a los proyectos de los vocales asociados, que tenían derecho a voto y Lugo Ayer (22)estaban allí para ejercer ese derecho.

El caso de García Gesto merece un comentario aparte ya que discrepaba casi siempre y se oponía, por ejemplo, a la aprobación de un gasto de mil duros por considerarlo excesivo o pedía que desapareciese el impuesto sobre alcantarillado por suponerlo incobrable. Claro que el resto de los sesudos varones, con la honrosa excepción de Rodrigo de la Peña, también se oponía.

Por aquella época el secretario de la Corporación Municipal era Carlos Pardo Pallín, que, en calidad de tal, rubricaba a pie de página.

En la sesión de este día se acordaba entregar a dos concejales -ignoramos los nombres- la cantidad de cinco mil setecientas pesetas con cuarenta y dos céntimos para que asistiese, en representación de la ciudad de Lugo, a los actos oficiales que se celebrarían en Madrid con motivo de la coronación de don Alfonso XIII. Mil duros que, seguramente, supieron gastar en la capital del Reino -caviar ruso y champan francés y, a lo mejor, furcias de lujo- junto con concejales de otras capitales de provincia porque, por aquellos días, mil duros daban para eso y para bastante más.

Y aparte lo de los mil duros, se acordaba -con la oposición de García Gesto- una subvención de trescientas sesenta y cinco pesetas -una peseta al día- para las parroquias que sufrieron las tormentas el día veintiocho de mayo -festividad de san Emilio- y que arruinaron cosecha, chamizos, alpendres y familias.

También se opuso García Gesto a la concesión de una pensión extraordinaria de doscientas ochenta y seis pesetas con cincuenta céntimos, al guardia municipal Domingo Picado Varela, que se jubilaba. Eran veintitrés pesetas, al mes.

El día ocho de junio, festividad de san Maximino -el verano, en todo su esplendor- era el día en que los temas a tratar no eran, precisamente, de trámite, pero, a pesar de ello, los concejales acudieron al Pleno municipal, pasadas las ocho de la tarde y, en segunda convocatoria porque, antes, habían sacado a pasear a sus señoras -las concejala consortes- a quienes dejaron en cualquier bar tomando un granizado bien frío...

Había en la sesión, asuntos importantes que tratar: que si los médicos se impacientaban porque aún se les adeudaban dos cincuenta pesetas por reconocer a mozos entrados en quintas y declararlos útiles o inútiles para servir a Dios, a la Patria y al Rey; que si don Antonio García Gesto se oponía a la contratación de un escribiente porque el ayuntamiento estaba endeudado hasta las corvas -en 300.000 pesetas, nada menos- y que los mercados no tenían que celebrarse en la Plaza de Santo Domingo ya que, para eso estaban el Campo de la Feria y el campo de la Horca.

...CONTINUARA...
Esteban, Antonio
Esteban, Antonio


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