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Lugo Ayer (21)

jueves, 27 de junio de 2019
Siglo y medio después -ya no vivía José Vaamonde ni Antonio Ferro Caaveiro- se levanta la primera torre del reloj en la que se colocó, cuidadosamente, un aparato traído de Londres porque el reloj de la catedral -recuerda Pilar García Abel- andaba casi siempre Lugo Ayer (21)desarreglado.

En 1875 se edifica la torre actual, que es una especie de pegote en el armonioso conjunto del palacio, pero, esta, como escribía anteriormente, es otra historia: la historia seria de Lugo. La que a nosotros nos interesa y nos ocupa es la que, desde estos momentos, vamos a contar y es la que, en parte, está escrita en los libros de Actas Capitulares del Ayuntamiento y que da comienzo el ocho de agosto -día en el que la Iglesia celebra la fiesta de santo Domingo de Guzmán- del año 1902.

Y, por el Acta de ese día, nos enteramos que el gobernador civil de la provincia era don León Urzaiz -hombre puntilloso- y que había ordenado devolver al alcalde, por no ajustarse a presupuesto, los documentos en los que se detallaba cuánto costaría abrir una calle en el centro de la ciudad, entre murallas, dedicada a don Benigno Quiroga y López Ballesteros, ingeniero de montes y diputado por Lugo en varias ocasiones, casado con Julia Espín, musa de Gustavo Adolfo Bécquer.

Pero al gobernador, sin que nadie lo advirtiese, comenzaba a salirse un divieso en la rabadilla porque los concejales, por mayoría absoluta, deciden hacer caso omiso a sus indicaciones y sin encomendarse ni a Dios ni al diablo -ni a san Froilán bendito- optan por escribir directamente al ministro de la gobernación diciéndole -más o menos- que el gobernador no sabía por dónde andaba.

Mes y medio más tarde vuelve a reunirse el pleno municipal y el escribiente que no tenía, a buen seguro, su día, escribía “Habierta la sesión…”.

Nadie, al firmar el Acta, se da cuenta de aquella 'H' floreada y no nos extrañamos porque uno de los concejales, un tal Acebedo, hace constar que no firma porque no sabe firmar.

Además de la palabra “HABIERTA”, nos encontramos con los sustantivos moviliario y párbulo y el participio del verbo avanzar, abanzado, escritas sin observar las reglas ortográficas del uso de la letra B o de la letra V.

La ortografía, pues, parecía no ser importante, en aquellos días, para los concejales de Lugo.

La sesión estaba presidida por don Pedro Morandeira y asistían Vázquez Moure, Acebedo, García Gesto, Rodrigo de la Peña -abogado, este último y que sería alcalde en dos ocasiones- Manuel Ferreiro, Pedro Romay, Domingo Pérez, José Rubinos y Francisco Busto.

... CONTINUARÁ ...
Esteban, Antonio
Esteban, Antonio


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