La sentencia sobre el caso que incendió a las feministas ha sido dura y La Manada ingresa en prisión para cumplir quince años, lo que les asegura unos buenos diez años entre rejas.
La pregunta es si nos encontramos ante una sentencia mediática obtenida a furor di popolo, por presión popular. La libertad sexual de la mujer debe respetarse sean cuales sean las circunstancias nos dicta el Tribunal Supremo.
No es admisible el matonismo y lo que se despacha demasiado fácilmente como gamberrismo en medio de unas fiestas de desenfreno y copiosas libaciones. En cualquier país árabe una vestimenta audaz de verano sería considerada como una provocación a los hombres. En nuestro país las chicas y las mujeres pueden vestirse como les de la gana y esto no debe permitir propasarse a nadie. Incluso una dama puede presentarse en un hotel con sólo un abrigo y nada debajo y visitar a un caballero a las tres de la mañana y si este se sale de sus casillas terminar entre rejas.
Sería necesario que al igual que ocurre con las cajetillas de tabaco en que se indican los riesgos para la salud se obligara a los distribuidores de pornografía que indicaran a cuantos años de cárcel se enfrentan los que se recrean en ciertas prácticas que se presentan como gozosas para la mujer, obviando la denigracion, el claro abuso y la explotación sexual.
Como paradoja las fiestas del orgullo se convierten en bacanales al estilo de la antigua Roma y se predica la liberación sexual más plena y sin ese blanco y negro que tantos
votos cosechó para nuestro buen Rey Pedro I, el Divino.
El tema del consentimiento que en general no preocupa a quienes llevan con el dulce yugo muchos años, pues necesitan estímulos y se agradecen los arrebatos, ocupa mucho a toda la fauna libre que pueblan los prados y predios urbanos y que se entremezclan dejando fuera sentimientos,compromisos y vicarías. Placer, curiosidad, hedonismo lo que en francés califican como la joie de vivre y nosotros como desmadre.
En estos tiempos se vuelve a la moral victoriana aplicada solo a los hombres, las mujeres viven en la era de las amazonas y ambicionan la liberación laboral, familiar y personal más completa posible y desean llevar a presidio sin posibilidad de indultos al mismísimo doctor Freud y sus teorías sobre la libido, los sueños y otros dislates.
Estamos cerca de que se cumpla aquello de que llegarán tiempos en que los hombres se refugiaron en las copas de los árboles perseguidos por las mujeres.
Padres avisados y juiciosos cuidad la educacion de vuestros hijos varones infundidles respeto y miedo ante ese sexo que a veces se quiere débil y las más nos vapulea, que destierren la violencia y al mismo tiempo darles la dirección de los de Boston para que no se inhiban del todo, que la especie tiene que seguir adelante.
Respeto a las jóvenes explicadles, aunque ya lo hace de sobra la sociedad, que tienen un enorme poder siempre que no cometan el funesto error de enamorarse y que no abusen de ese poder y traten de contribuir a una sociedad equilibrada y armoniosa.
Respecto a Sigmund Freud deberían prohibirse sus libros y peligrosas doctrinas y en cambio difundir y popularizar los escritos libertinos del Aretino. Estas amigos son las aberrantes contradiciones de esta época verde en que don Juan es una especie en peligro de extinción mientras las doñas Ineses del siglo XXI se desmadran sin cuento,aunque en política tengan a su poderoso macho alfa.
Bien venida sea pues la sentencia del Tribunal Supremo que sienta jurisprudencia y consagra el poderío actual de las féminas. Varones ojo al parche.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
