Sobre dormir en clase

"Vigilantibus non dormientibus iura succurrunt". Viejo adagio jurídico es el de que "el derecho no ayuda a los que se duermen"....es decir que hay que estar despierto para que la Ley le ayude a uno, por ej., cuando otros ocupan su terreno o se llevan su caballo.

Viene a cuento el tema pues al traducir el código de conducta de la Universidad canadiense de Ottawa, entre otras cosas, se dice que los estudiantes tienen prohibido dormir en clase y leer periódicos.

Hay una anécdota que me sucedió hará 30 y tantos años, dando yo clase por la tarde en un aula de la Facultad de Derecho, ubicada entonces en Valencia, en la Avda. Blasco Ibáñez o Paseo al Mar.... la clase era a las 19 horas, entré en el aula, comencé la explicación y, de repente, se abrió la puerta de entrada y entró en el aula, de forma vacilante, un joven varón con falda escocesa, rubio, muy coloradete y de forma dubitativa...al verle de aquella manera avisé a los alumnos para que le dejaran sitio y allí, efectivamente, se sentó, metió su
cabeza entre los brazos y se quedó dormido en el pupitre. A pesar de mi clase oral no se despertó.

Aquella noche jugaba el Glasglow Rangers (equipo de la primera división de fútbol de Escocia) en Valencia, a unos 300 metros de la Facultad, y se ve que el hincha escocés, como hacen muchos, había bebido copiosamente y, como estaba cerca, entró en la Facultad y recibió ‘malgrè lui’ una lección de Derecho romano.

Al acabar la clase, lo cogieron los alumnos y ya salieron caminando con él. Quizá los 40 minutos del sueño habían hecho que se recuperara. De modo que yo soy consciente de tener a un alumno no inscrito ni matriculado que se pasó una clase entera durmiendo. La ventaja es que, como no hizo ningún ruido, no me molestó.

(El lucense Emilio Valiño es profesor emérito en la Universidad de Valencia, Studium Generale).