Las mujeres y la política

En mi condición de Universitario con formación humanística tengo muy claro que la ciudadanía no tiene género y es fuente de los derechos que ampara el ordenamiento legal de un Estado de Derecho. No acepto la necesidad del lenguaje inclusivo para mejor proveer en la aplicación de tales derechos en beneficio de las mujeres. Hay discriminaciones que una inteligencia sumada al conocimiento cultural, percibe como un insulto propio del complejo de culpabilidad.

No hay violencia de género. Hay violencia. No hay discriminación por género. Hay injusticias y, en todo caso, complicidades en quienes están para evitar la actuación de truhanes y malandrines -que tampoco tienen género-.

Soy persona que sigue repasando lo que nos dejaron como patrimonio escrito los denominados clásicos. Grandes pensadores -sin género- que con sus conductas, reflexiones y aportaciones escritas, siguen enseñando el camino para la más hermosa de las revoluciones: Un mundo en el que quepamos todos, con dignidad. Un mundo en el que se camine con aquellos compromisos del Nuevo Régimen salido de la Revolución Francesa: Libertad, igualdad y fraternidad. -No tiene género-

La democracia hace soberanos a los habitantes de una Comunidad. Los Partidos son meros intermediarios entre el poder popular -no tiene género- y el poder de las Instituciones para las que podemos, debemos y queremos elegir a nuestros representantes. Desde el Mundo Antiguo, el Gobierno de los mejores.-No tiene género.-.

Hay muchas actividades de elevado contenido social, cultural, tecnológico, dónde las mujeres son inmensa mayoría. Simplemente por ser las mejores. Como me encanta recordar y rendir tributos, al impagable papel de nuestras mujeres en las costas al norte del norte; auténticas viudas de vivos -Rosalía- que mantuvieron los pueblos, las familias y la vida en ausencia de los varones que "andaban a la mar". -No era cuestión de género-

Por todo lo que antecede y muchas razones más que siempre estoy dispuesto a debatir, me siento manipulado y ofendido en mis convicciones progresistas con las famosas listas electorales, cerradas y paritarias. ¡Valiente estupidez!. ¿Cuándo nos darán carta de naturaleza para que podamos elegir directamente, sin triquiñuelas oportunistas, a los mejores? -sin género-. Les aseguro que en las listas de mi Concello, dónde soy ciudadano pleno en derechos, me obligan- como a todos y sin género- a pasar por las horcas caudinas de siglas y ciudadanos -de los dos géneros- que no debería votarlos por los problemas de conciencia que me produce saber quien son, pero van emboscados tras personas de valía, van para hacer de la política su profesión y no un servicio.