ADIF da la razón a los planteamientos que Lugo Monumental lleva poniendo sobre la mesa desde hace años: la estación Intermodal no es tal, sino que son dos independientes que están una cerca de la otra. La prueba es que se licita la redacción
del proyecto de lo que atañe al ferrocarril sin que se sepa nada de su relación con el autobús interurbano.
Dar pasos hacia mejores conexiones ferroviarias es un anhelo compartido por todos, pero que no está más cerca de materializarse porque ADIF gaste muchos millones de euros en una estación que no recibirá más trenes, ni más rápidos, que los que sufrimos ahora. Los papeles sujetan lo que les ponen, pero llevamos décadas de engaños y promesas falsas de campaña electoral.
Desde que en el año 2000 Fraga y Álvarez Cascos firmaron un acuerdo para mejorar los trenes entre Lugo y Orense, la éste es un tema tan repetido en los mítines como ignorado en la realidad. En 2003 el Plan Galicia hablaba del AVE Lugo-Orense para antes del 2010. Orozco se lo quiso creer y su Gobierno formó parte de un grupo de trabajo en que participaban Xunta y Gobierno central y que, por lo que se ve, no tuvo resultados prácticos. Magdalena Álvarez subió las apuestas en 2005 y afirmó que los plazos se acortarían. En 2009 Feijoo prometió que la Xunta se haría cargo de electrificar la vía y, una vez Presidente de la Xunta, firmó con José Blanco un documento por el que Lugo estaría conectado por AVE con Orense y Coruña en 2012 y con el resto de España en 2015
¿Quieren que siga?
La supuesta estación intermodal no supone ningún avance para el ferrocarril de Lugo, ni para la ansiada alta velocidad ni para las poco mencionadas cercanías, que son mucho más importantes para la ciudad. Es una simple distracción electoral de la que son cómplices todas las administraciones porque a todas les interesa jugar a eso, porque todos ganan.
Pero lo que ninguna de ellas se para a pensar es si es lógico eliminar de su ubicación nuestro actual cercanías, el autobús interurbano. Pregunten a todas esas personas de los pueblos de nuestros alrededores qué les parece llegar a un lugar incomodísimo y tener que coger un autobús urbano (¡con lo bien que funcionan en Lugo!). Pregunten a los estudiantes y jubilados, usuarios mayoritarios del bus, si están dispuestos a pagar ese sobreprecio.
Mantener la estación de autobuses donde está no va contra el tren, que nadie les engañe. Es simplemente conservar en una ubicación perfecta un servicio utilizado por más de 500.000 viajeros al año, de los que la mayor parte van y vienen andando.
Reformémosla, adaptémosla, modernizémosla
pero mantengámosla donde está. Es de sentido común.
