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¿Y si desde niños cantáramos juntos en catalán 'Quisiera ser tan alta como la luna... para ver los soldados de Cataluña...'?

martes, 02 de abril de 2019
Cantar es una terapia recomendada para espantar la tristeza o la ansiedad, ensanchar la capacidad pulmonar y ejercitar los músculos de la cara. Y cantar juntos en el mismo idioma es un nexo de unión.

Recuerden los de mi quinta: "El que no canta algo tiene en la garganta, pastillas Cock de penicilina" (anuncio comercial y música enlatada de radio años 50). Pero el que no canta porque tiene algo en la garganta hace bien, o si desafina de muerte es de agradecer, sin embargo el que no hace gorgoritos porque no le sale del cuerpo y del ánimo… malo, malo.

Yo creo que cantar en el idioma del otro, del diferente, con él, es un micro remedio contra los nacionalismos xenófobos, una medida minipolítica apropiada para aprender idiomas e integrar al extraño. He llegado a pensar en plan absolutamente terrestre de enseñar a los niños las canciones en el idioma del otro, ya que, tal vez, si hubiéramos aprendido todo el Reino de España aquella canción infantil española en catalán otro gallo nos cantara ahora y aquí en este nuestro querido país. Me refiero a aquella que dice:

Quisiera ser tan alto como la luna,
pim, pum, fuego,
como la luna,
como la lunaaa,
para ver los soldados de Cataluña,
pim, pum, fuego,
de Cataluña.

De Cataluña vengo de servir al rey,
pim, pum, fuego,
de servir al rey,
y traigo la licencia de mi coronel,
pim, pum, fuego,
de mi coronel.

Al pasar por el puente de Santa Clara,
pim, pum, fuego,
de Santa Clara,
se me cayó el anillo dentro del agua,
pim, pum, fuego,
dentro el aguaaa.

Al coger el anillo
saqué tesoro, saqué un tesoro,
una Virgen de plata y un Cristo de Oro,
pim, pum fuego,
y un Cristo de oroooo!

Es decir, este soldadito castellano que venía de Cataluña de cumplir con la patria, de hacer la batalla o la mili frente o junto a soldados catalanes , debería haber venido de allí cantando esa preciosa canción para niños en catalán…pero no! , los niños no catalanes la cantábamos en castellano. Estos detalles de la política de las lenguas ha tenido mucho que ver en eso que se llama la identidad fragmentada de nuestro reino.

Porque yo pienso, que la política necesita conocer de la historia, obrar desde la razón, pero también no perder de vista el sentimiento, y este identitario existe sí o sí, y lo manipulan emocionalmente unos o lo hacen los otros, así que una de las estrategias podría ser pactar el aprender canciones o poemas en los idiomas peninsulares… vamos a llamarles así para no meternos en más líos.

El otro día Sir John Elliot disertó en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense sobre su libro de historia comparada en torno a las diferencias entre Escocia y Cataluña, desde los orígenes hasta hoy, concluyendo que la diferencia principal entre un nacionalismo y otro residía en que los catalanes mantuvieron su idioma propio y que, acaso, por ello la política española de estado ha sido a lo largo de los siglos más autoritaria con Cataluña que la de Londres con Escocia… Puede ser que lo piense arrimando el ascua a su sardina, por más que con datos rigurosos, pero lo que es cierto es que en este reino nos hemos tomado y seguimos tomándonos las diferencias idiomáticas con demasiada crispación.

Y como el cantar es tan relajante, a lo mejor cantando en el idioma del contrario nos hacemos más amigos y podemos dialogar. No es un remedio de alta política, es muy elemental y de educación básica, pero quizás ayude un poco, porque los niños nos desarman: hasta el ácido Goya se volvía tierno pintando a los pequeños.

No nos vamos a meter en aclarar si la canción se compuso en el siglo XVIII con motivo de la Guerra de Sucesión, en la que los catalanes apoyaron al Habsburgo frente al Borbón Felipe V, o si fue el Sitio nacional de Gerona en la Guerra de la Independencia el que la inspiró, batalla que soportaron los catalanes frente a los franceses con enorme valor. Si se derivara del primer acontecimiento histórico, todo lo anteriormente dicho no valdría, pero si lo fuera del episodio nacional español protagonizado por Gerona, sí nos vale.

Como no se sabe, ahora una menda arrima su pez a la brasa y concluye lo que conviene: lo que aquí me importa es transmitir que sería bueno cantar juntos desde pequeños en nuestras diferentes lenguas peninsulares, nacionales ¿?... Aquí les dejo y me retiro por hoy...
Pena López, Carmen
Pena López, Carmen


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