Como el capitán Francis Furillo de la serie de Steven Bochco "Canción triste de Hill Street" los blues sentimentales han acompañado la escueta comparecencia del Divino en su día mas dificil.
Con aire compungido se explica y da alas a la gestión de su gobierno. Es un discurso leído y se ve que meditado letra a letra, concepto a concepto. Cuidándose de denigrar al gobierno anterior e invocando el artículo de la Constitución que legitimó a su gobierno. Reconstruir el estado del bienestar, poner coto a la desigualdad que aflige a la sociedad española.
Se presenta como el capitán América de la concordia y la tolerancia. Dice muy serio que no le gusta la crispación y se queda tan ancho. Pinta un cuadro de la España negra de Solana. Niños hambrientos, parados de larga duración desamparados, personas con discapacidad abandonados. Una tenebrosa Plurilandia digna de Dickens.
No se olvida de las reformas pendientes de su programa de país a la vanguardia contra el cambio climático y la transición energética y con reformas progresistas como la eutanasia, modificar la ley mordaza y la reforma laboral.
El Divino alaba la competencia de su gabinete,que ha trabajado muchísimo por un proyecto de país, por la inclusión social y la lucha contra la desigualdad. Por descontado que Carmen Igualdad y sus majorettes le habrán mirado embobadas, mesmerizadas, mientras les leía su declaración en el Consejo de Ministros antes de su comparecencia ante la prensa.
Se muestra partidario del diálogo dentro de la Constitución. Lo dice sin mencionar a los catalanes y cuidándose muy mucho de poder ofenderles. Todo lo más aclara que la justicia es independiente y seguirá su curso.
Sale por la tangente ante dos preguntas polémicas, si volverá a pactar con los separatistas después de las elecciones, aquí habla de respetar la voluntad de los españoles y no se pronuncia, más claro agua y sobre el porqué empezar una campaña electoral en Semana Santa. No responde.
Queridos lectores después de este mitin se abre una campaña electoral encarnizada, se anuncia una primavera caliente con cuatro elecciones en un mes,generales el 28 de abril y autonómicas, municipales y europeas el 26 de mayo.
Es un enfrentamiento que recuerda las de 1939 que propiciaron un golpe de estado y una tenebrosa guerra civil. El Divino ha fomentado el guerracivilismo ha dado alas a la extrema derecha para buscarse un lugar en el centro después de haber incendiado a Plurilandia. Ahora con la pretendida exhumación del dictador enconará todavía más los ánimos.
Afortunadamente los años treinta del siglo XX no son comparables a los actuales de la segunda década del siglo XXI. Superaremos estas cumbres borrascosas, pero la primavera se presenta al rojo vivo, desde el Divino hasta el último súbdito de Plurilandia, que aspira a convertirse en ciudadano y superar las dos Españas y su carga de odio y rencor. En Tipaza en Argelia descubrí una lápida romana del tiempo de Augusto que debería convertirse en el lema de todos los españoles, Pax et Concordia.
Termina la rueda de prensa y el Divino Pedro se va, siempre con su compostura habitual y con un rictus de indisimulada amargura. Es su canción triste de Hill Street.
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
