Estoy en Davos entre las nieves. No se puede ni salir a las calles sin calzado de esquiador. Charcos por todas partes y muy resbaladizo. Parece el Parlamento de Andalucía.
He salido escopetado de Madrid ante la ira de los taxistas y el bloqueo de IFEMA, que mi buen ministro del Interior ha tenido la buena idea de no dispersar y dejarles mostrar su cabreo en la mismísima explanada de la Feria. Mi escudero Abalos optó por lavarse las
manos y pasar la patata caliente a las comunidades. Bien hecho.
Pelillos a la mar. Aquí me estoy codeando con todos los dueños del vapor y sacando pecho. Les he largado un discurso a contracorriente, acusándoles de su codicia, que ha provocado desigualdades y populismos. La sala estaba vacía. Solo me escucharon los oligarcas españoles.
La Merkel me sonrió picarona y yo le guiñe un ojo disimuladamente, que la prensa canalla esta al acecho. Me he topado con Bolsonaro, la estrella de este año en Davos, he tratado de esconderme, lamenté mucho no ser como Marugán y no poder mimetizarme. Un saludo muy rápido y luego fui al baño y me lavé las manos a conciencia.
Estoy inquieto por los sucesos de Venezuela. Se está debilitando el frente progresista en América Latina. Maduro podrá ser un Tirano Banderas, pero es uno de los nuestros. En Europa me están dejando solo en la defensa del progresismo. Costa es un camaleón. Tsipras le da por ser un estadista. Me estoy quedando solo.
Me han tumbado el decreto de los alquileres. Los de Podemos están a la greña, a mi Valido el Coletas no le ha bastado que le haya regalado TV española y le ha metido un dedo en el ojo a Errejón que está en pleno idilio con Carmena. Vaya par. Es horrible tenerme que servir de esta gentuza, pero para llegar al 30 y constituir el Divinato los necesito.
Una delegada suiza muy molona me ha invitado a darme un paseo por las laderas nevadas, su sonrisa era cautivadora, pero no he aceptado. No lo he hecho por Begoña, sino por temor a encontrarme con el Yeti, el abominable de las nieves enviado por Aznar, ese terrible espécimen capaz de todo.
Me dan la tabarra de nuevo con Venezuela. Tengo que librarme de Borrell, se toma la política demasiado en serio y habla de ética y otras monsergas, tengo que pedirle a Carmen Igualdad una de sus majorettes y quitármelo de encima ahora que empieza el juicio de los golpistas.
Quisiera que me vieran mis vecinos de Pozuelo y mis familiares,que observarán
envidiosos y palparan la gloria que me rodea. Me atuso el nudo de la corbata. Un finlandés muy pálido y con nariz de La Rioja me hace una pregunta molesta, quiere saber la fecha de las elecciones. Le respondo con un acertijo. "Cuando salga el sol por Antequera las convocaré". Se queda pensativo.
Como voy a perder todo esto y además gratis con lo caro que es venir a Davos, hay que disfrutar a tope. Lástima tener que regresar. Aquí estoy en la gloria.
El fundador del Foro Económico de Davos, Klaus Schwab declaró en su discurso inaugural "que existe un gran nivel de incertidumbre" generalizada porque "la gente se siente insegura y ya no cree que el mundo de mañana será mejor que el de hoy".
A mi plin, a mi me va de maravilla, se felicita el Divino mirándose al espejo y sonriendo complacido. Sale precipitadamente en busca de su Ángela.
Con estas elevadas reflexiones se cierra un viaje inutil, carÍsimo y donde Plurilandia ha vuelto a hacer el ridÍculo. Todo sea a mayor gloria del Divino.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
