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Carta de Nadal desde Juiz de Fora

lunes, 24 de diciembre de 2018
Queridos hermanos, sobrin@s, sobrinit@s, etc...

Después de tanto tiempo, vuelvo con otra carta grande, pero menos que las anteriores. Y con algunas noticias sobre mi nueva vida en Juiz de Fora....

Como sabéis, estoy en Juiz de Fora desde primero de agosto por la noche, después de siete meses en Belo Horizonte. Me fue a buscar el chofer del colegio.La despedida fue un poco emotiva, especialmente por el equipo de enfermer@s con los cuales había hecho algunas reuniones. Al fin y al cabo fueron 7 meses de convivencia.

Al día siguiente de mi llegada ya fui al colegio y me encontré con los alumnos que me re-cibieron con muchos abrazos y mucha alegría. Lo mismo los profesores y demás educadores del colegio, incluyendo los quecuidan de la limpieza, etc. Poco a poco me voy acostumbrando a mi antiguo colegio, que a veces no me parece el mismo.

El primer domingo, después de mi vuelta, el día 5 de agosto, fui a celebrar la misa, que siempre celebro en la parroquia de San Mateo, a las 18:00 horas. Al llegar al altar, agradecí las oraciones que habían hecho por mí, pues supe que rezaban por mi vuelta en todas las misas. Cuando iba a hacer el Nombre del Padre, todos se pusieron de pie y empezaron a aplaudir. Hasta me emocioné... Es una iglesia, que Concha conoce, que tiene una capacidad de 700 personas y siempre está llena y con gente de pie...

*** *** ***

En cuanto a mí, la mayor dificultad que encuentro es en mí mismo. Me cuesta mucho es-cribir, no sólo con lápiz o boli, sino también con el ordenador. Aunque hice la operación de la mano, por causa del llamado "Síndrome del túnel de Carpio", ya hace bastante tiempo, el día 19 de junio, todavía no vi resultados positivos. Aún no recobré la sensibilidad ni el tacto de los dedos. Estoy haciendo fisioterapia todos los días, menos los sábados y domingos, pero dicen que la plena recuperación puede tardarhasta dos años. Estoy intentando usar más la mano izquierda. Pero eso no me sirve para escribir ni con lápiz ni con bolígrafo ni siquiera con el ordenador, como dije antes.El problema del ordenador es que, al faltar el tacto y la sensibilidad, los dedos de la mano derecha hacen lo que quieren. En vez de teclear la letra que le mandas, teclean la que les da la gana. Y hay que ir corrigiendo todo palabra por palabra.

En relación a la pierna operada, estoy caminando muy bien. A veces, cojeo un poco, pero el médico me dijo que eso es culpa de la cabeza. Que es algo sicológico. Pues me pasé tres o más años cojeando y me acostumbré a cojear. Ahora tengo que me desacostumbrar. Y es verdad.

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Entre los cambios hechos por la nueva dirección del colegio está la nueva residencia, que ya estaba anunciada. La"nueva" residencia era un centro vocacional para jóvenes que sentían o querían resolver si tenían o no vocación para la vida religiosa jesuita. Hace unos años juntaron varios de esos centros en uno solo mayor en la ciudad de Campinas, en el Estado de São Paulo. Con eso la casa se quedó vacía. Estaba y está situada dentro del terreno del colegio, aunque en el otro extremo. La entrada principalda para una pequeña plaza situada en la Avenida Olegario Maciel. Esta nueva residencia es de difícil acceso desde el colegio yalgo lejos, pues el terreno es bastante grandey hay que atravesar una "mata" ("carballeira") espesa y bastante "a chupe".

Esta "mata" es una pequeña reserva de la llamada"Mata atlántica", una selva tropical que acompañaba la costa este de América del Sur, desde el norte hasta Argentina. Y todavía se conservan algunos trechos, entre ellos el nuestro, llamado "Mata dos Jesuítas", que si no fuera de los Jesuitas, tal vez ya no existiera, pues está dentro de la ciudad. La "mata", en realidad, no se parece a una "carballeira", pues es muy densay con mucha variedad de árboles y el suelo lleno de una vegetación menor y muy espesa. Es casi imposible caminar por una "mata", si no hay "carreiros", o si no llevas contigo un "fouciño" o algo más fuerte, para abrir paso.

Pero volvamos a la nueva residencia. Durante varios años se intentó alquilar esa casa, pero no lo consiguieron. Entonces alguien tuvo la (in)feliz idea de reformarla y adaptarla para la comunidad jesuita. A partir del comienzo de este año, vivimos allí. Bueno, yo desde el primero de agosto. Para llegar a ella hay varias opciones: la primera, como dije, a pie atravesando la "mata", más fácil bajando al colegio que subiendo para la residencia: un cuarto de hora desde la puerta de mi sala en el colegio hasta la puerta de la residencia. Por fuera, a pie,hay que dar algunas vueltas y el tiempo es casi igual. De noche, las calles vecinas no son muy seguras... En coche hay que dar más vueltas que a pie. Yo prefiero, si no llueve, atravesar la "mata", y si ya es de noche con una linterna. Y muchas veces oyendo los gritos de las aves nocturnas, que no me asustan y les respondo gritando "¡Boa noiteeee!". Y espero que nadie me oiga, pues van a pensar que estoy loco y la próxima carta la escribiría desde un manicomio... Cuando llueve, si el coche de la comunidadno está disponible, lo mejor es llamar un taxi.

La "mata" tiene varios caminos parecidos a los "carreiros", algunos un poco más anchos. Caminando por ellos se siente mejor la proximidad de la selvacon una vegetación muy variada. Podemos tocar los árboles, las hojas, las ramas, ver y oler las flores, los frutos, etc, etc... Hablo del pasado porque ahora esos caminos están muy abandonados y ya no son transitables. Yo hice muchos paseos con los alumnos por esta "mata". Por eso escribí, a petición de los alumnos pequeños, los 10 libritos con cuentos localizados en ella.

Estos "carreiros" fueron hechos, a golpe de "sacha" y "legón", que dirían o dicen en Gali-cia, por el jesuita palentino, Padre Constantino González García, nacido enBaquerin de Cam-pos, Palencia, en 1922. Murió el 3 de junio de este año en la residencia donde yo estaba en Belo Horizonte. Tenía 96 años. Uno de esos "carreiros", que aquí llamamos simplemente "tri-llas", es el que nos lleva a la nueva residencia. Sólo que ahora está siendo transformado en un paseo con adoquines, etc... y más ancho que antes. Cabe un coche. Y la idea parece que es esa: que se pueda ir en coche. Yo prefería un "carreiro".

El camino es bonito para otro sitio, pero no para atravesar una "mata" que es "reserva da mata da atlântica". Ni sé si pidieron permiso para hacerlo...

Una mañana, cuando iba a entrar en el "carreiro" en obras, para bajar en dirección al co-legio, vi un pajarito, casi del tamaño de un mirlo, parado, picando alguna cosa en el sue-lo,donde aún no habían colocado los adoquines. Paré, a poco más de un metro y medio. Él me miró, dejó lo que estaba haciendo y se puso a caminar delante de mí, pero sin preocuparse conmigo, porque a veces paraba para picar alguna cosa, y yo también paraba, Volvía a cami-nar y yo también. Más adelante llegamos al camino ya adoquinado. Continuó de la misma ma-nera y yo también. Y así fuimos hasta el final del camino, que termina en una escalera no muy bien cuidada,con nueve peldaños, formando un ángulo recto, y que dapara una carretera interna del colegio. Lo que me llamó la atención es que, al llegar al final del camino, el pajarito, en vez de volar directo para la carretera, bajó todos los peldaños, uno a uno. Y yo también. Al llegar a la carretera, el pajarito se marchó... volando. Y yo también,...a pie...

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Yo siempre me levanto temprano, entre las 5 y las 5 y media. No os asustéis. A esa hora ya hay claridad, especialmente con este horario de verano. Y me levando a esas horas porque me gusta llegar al colegio antes que los alumnos, profesores, etc. Ahora llego a eso de las 7 y media o casi 8. Las clases empiezan a las 7 y 10. Yo soy el último y el único jesuita de la antigua comunidad. A los nuevos miembros de la comunidad parece que no les gusta madrugar ni llegar al colegio antes de empezar las clases. Además, la misa de la comunidad, que antes era al fin del día o en otra hora más conveniente, ahora la pusieron a las 7 menos cuarto. Con eso, los jesuitas somos los últimos a llegar al colegio. Por la tarde, como no duermo siesta,como ellos, llego antes de empezar las clases, como hacía antiguamente...Las clases empiezan a la una y yo llego a eso de las 12 y media.

Estos son los cambios relacionados con la residencia. ¿Y el colegio?

Más o menos la misma cosa que el año pasado, aunque a veces anduvieron cambiando algunos nombres. Por ejemplo, lo que antes llamábamos "aula de reforço", que era una "clase para reforzar alguna asignatura", ahora se llama "laboratorio de esa asignatura"... Esto es... "Aunque la mona se vista de sede mona se queda"...

También hubo cambios en las misas de los domingos en la capilla del colegio, que, desde que llegué a Juiz de Fora en 2002, la venía celebrando yo. Durante los siete meses de mi ausencia, nadie las celebró. Ahora la dividimos entre los tres curas de la comunidad. Eso significa que a mí me toca una vez cada tres domingos. Pero continúo celebrando por la tarde en la parroquia de San Mateo, como siempre. Continúo también reuniéndome con los jóvenes de la misma parroquia, todos los sábados a las 6 de la tarde.

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Ahora vamos las actividades escolares propiamente dichas. Bastantes alumnos, espe-cialmente de los menores, suelen pasar los recreos o parte de ellos en mi despacho, que aquí le llamamos simplemente "sala". Unos jugando con los rompecabezas, que tengo en abundancia, otros tocando en un teclado musical, que yo no sé tocar, otros dibujando, etc. Y también hay los que vienen sólo para sentarse,en las sillas o en el suelo,o también de pie, ycharlar entre sí o conmigo. Los dibujantes o se llevan consigo el dibujo sin acabar o ya acabado, o los dejan sobre la mesa, etc. Son también bastantes los que me dan el dibujo: "esto es para ti" - dicen. Una niña pequeña me sorprendió con un dibujo que copio abajo. Fue tan amable que Inclusive me dibujó con un poco más de pelo del que tengo...

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Los alumnos del tercer curso, que, como ya os había dicho estando en Belo Horizonte, me habían hecho un homenaje en la abertura de las Olimpíadas escolares del colegio, ahora al acabar el curso que para ellos es el último en el colegio, antes de ingresar en la universidad, me pidieron que hiciera la homilía de su misa de fin de curso,ya que el celebrante oficial sería el director del colegio. Combinaron con él y así fue.La misa se celebró en el pabellón de deportes que estaba completamente lleno. Estaban presentes también sus padres, y familiares. Parece que les gustó lo que les dije.

Les conté un cuento en el que dos hermanos habían discutido hacía muchos años, y desde entonces, no se podían ni ver de tanta rabia como tenían uno del otro. Cada uno era dueño de una finca, las dosseparadas por un río,y en ellas tenían sus casas.Un día, el hermano mayor contrató un carpintero para que hiciera una pared de madera al lado del rio para no ver ni a su hermano ni a su casa. Mientras tantoél pasaría el día en la ciudad, pues tenía que resolver ciertos asuntos. Cuando volvió,lo que vio fue un puente sobre el río, en vez de una pared. El hermano mayor se puso muy furioso con el carpintero. Pero, al mismo tiempo, el hermano menor apareció al otro lado del puente y se quedó mirando. El hermano mayorvio a su hermano y también se aproximó al puente. Hacía mucho tiempo que no se veían tan de cerca. De repente los dos se echaron a correr y se encontraron en medio del puente con un gran abrazo. Cuando pidieron el carpintero que se quedase unos días con ellos, él respondió que no podía, Carta de Nadal desde Juiz de Foraque tenía mucho trabajo. "¿Qué tipo de trabajo?" - le preguntaron. - "Construir puentes" - respondió el carpintero.

Y terminé la homilía más o menos así: "Ahí tenéis un trabajo muy importante que podéis hacer, sea cual sea vuestra profesión: construir puentes, pues el mundo necesita muchos puentes."

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De los muchos emigrantes venezolanos que vinieron y continúan viniendo para Brasil, también algunos llegaron a Juiz de Fora y uno está trabajando en nuestro colegio, como com-prador. Siempre que puede o tiene un rato libre, corre a mi sala para hablar en español. Dice que tiene mucha morriña de su tierra, pero que era muy difícil continuar allí. Hace unos días me vino a preguntar si yo celebraría una misa en español para los venezolanos que fueron acogidos en esta ciudad. Le dije que sí y que era sólo combinar día, hora y local... Espero que lo consiga...

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El día de mi cumpleaños, por la noche, un grupo de cuatro madres de alumnos que fueron catequistas voluntarias para preparar los niños y niñas para la primera Comunión, me invitó a una pizzería, llamada "Sapore", situada en el barrio S. Mateus.. No era lejos del colegio, pero me llevaron en coche. Era un sitio tranquilo. Además, por ser lunes, estaba casi vacío y al poco tiempo ya éramos los únicos en la pizzería. Por eso el dueño nos dió una atención mayor y a cada poco venía hasta nuestra mesa para saber si necesitábmos alguna cosa. Hasta se ofreció para hacernos varias fotos, una de ellas la que os envío.

Por causa de esa aproximación, las madres acabaron diciéndole quién era yo y que estaban celebrando mi cumpleaños. Más tarde cuando vino a traer otra pizza, nos dijo que al final nos tenía reservada una sorpresa. No le dimos mayor importancia, pues era muy hablador. Pero al final, realmente vino la sorpresa, que era una pizza de ¡chocolate! para el cumpleañero o sea yo, pero que todos compartimos. Y estaba muy buena.

Abajo podeis ver la foto del grupo: a vuestra izquierda Sônia (ex-profesora del colegio) y Lilian (dentista), y a la derecha, después de mí, María Francisca Cabrini (médica) y Marângela (farmacéutica). Bien acompañado, ¿no?...

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Retornando al colegio. Cuando volví de Belo Horizonte, habían colocado una placa en todas las puertas y también en la de mi sala, para que cada uno pusiera allí el nombre o lo que le pareciera mejor para saber de qué o de quién era la sala. Como "Cabada" ya es muy conocido, puse una especie de sigla, casi un acertijo, que gustó bastante por ser "original" - decían. Y otros añadían: "¡es tu cara!". A continuación tenéis una copia de lo que puse en mi puerta. Recordándoos que "Pe" no es la mitad de Pepe, sino la Carta de Nadal desde Juiz de Foraabreviatura de "Padre".

Y con este símbolo "cabadino", termino deseando a todosuna Feliz Navidad y un feliz Año Nuevo, con un recuerdo muy especial y cariñoso para Adolfo, el primero de los hermanos que fue a celebrar estas fiestas en el cielo, y seguro que las celebrará junto con Carmiña, con nuestros padres y muchos otros familiares que nos precedieron. ¡MUCHAS FELICIDADES, ADOLFO!

¡Os quiero mucho! Pepe.


Carta semestral do xesuíta Pepe Cabada aos seus familiares en Galicia, no que relata a súa vida en Juiz de Fora-Brasil.
Cabada, Pepe
Cabada, Pepe


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