El 70 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha celebrado en Zaragoza en un acto organizado por el colegio de Fomento Sansueña y Paz y Cooperación en el Patio de la Infanta de Ibercaja.
El tema central lo han constituido las intervenciones del coordinador del operativo sanitario de acogida del barcos Aquarius acompañado por dos médicos y un responsable de valoración médica.
El Aquarius ha sido un poderoso toque de atención, un aldabonazo en la conciencia de millones de ciudadanos europeos. Este gesto del gobierno de Sánchez provocó una reunión de urgencia en la Unión Europea y puso la cuestión de los refugiados en la agenda europea.
Es difícil compaginar celebrar los derechos humanos mientras ciudadanos emigrantes se ahogan en el Mediterráneo, son víctimas anónimas que buscaban refugio en la próspera Unión Europea por motivos humanitarios o simplemente para tener una mejor calidad de vida.
En este 70 aniversario en Zaragoza se ha puesto el dedo en la llaga, se nos ha echado en cara nuestra indiferencia ante tantas muertes y también nuestra impotencia. Pensemos que cuando el martes 26 de septiembre se cumplió el plazo de dos años que dio la Unión Europea a sus países miembros para acoger a un total de 160.000 refugiados.
Según datos de agencias, hasta la fecha, la cifra de demandantes de asilo que se han reubicado en alguno de los estados miembros no llega a los 45.000, poco más de una cuarta parte de los comprometido. En España, los datos son aún más escasos: el Gobierno se comprometió a acoger a más de 17.337 personas, aunque tras cumplirse el plazo solamente ha acogido a 1.980 es decir, el 11,4% de la cuota pactada.
Como se comprenderá del dicho al hecho hay mucho trecho. Ni las llamadas del Papa Francisco ni de muchos alcaldes han servido para nada y esto, queridos lectores, es una clara violación de los derechos humanos. Es verdad que los países tenemos derecho a regular el acceso con dignidad a los refugiados, pero también lo es que las motivaciones humanitarias deben ser tenidas muy en cuenta.
España ha sido un país de emigración en el siglo XX, desde asturianos y gallegos que se asentaron en Argentina, en Cuba y en México hasta los trabajadores que fueron a Alemania y Suiza, por lo tanto, conocemos el tema de la emigración. Tratar de convertir a los emigrantes en delincuentes es una completa necedad.
Además, amigos, el milagro económico español no hubiera sido posible sin la contribución de los ecuatorianos, marroquíes y rumanos, entre otros países. En el atentado terrorista de Atocha hubo víctimas de 14 países, trabajadores que se dirigían a sus obligaciones cotidianas.
Hubo también intervención de diplomáticos de Chipre, Eslovenia, India y Rumanía. Expusieron sus puntos de vista reafirmando la validez no solo moral sino jurídica de los derechos fundamentales y libertades civiles en sus respectivos países.
La representante eslovena hizo un balance del cumplimiento de los DDHH en país subrayando la igualdad entre hombre y mujeres.
El Cónsul de Rumanía se circunscribió al tema y nos explico las labores de los diplomáticos para el mantenimiento de la paz.
El joven y entusiasta diplomático de la India en una vibrante intervención se reclamó a la lucha contra a desigualdad y demandó el respeto para todos los seres vivos.
La chipriota se refirió a la importancia de la educación para la paz y por mi parte destaqué que, En Naciones Unidas se subraya de la necesidad de compaginar los regímenes políticos con los derechos humanos. Las democracias, llamémoslas occidentales, atlánticas, son una minoría frente a muchos países de Asia, África y América que se debaten entre cumplimiento y violación, insistiendo más, como es el caso de China, en los derechos económicos y sociales frente a las libertades civiles que defienden países como Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos y España.
El futuro de Brasil y México está en el aire, es de esperar que tanto Bolsonaro como López Obrador ricen el rizo y consigan progreso económico y social con respeto de los derechos humanos.
En España, como sabéis, padecemos la irrupción de movimientos populistas a derecha e izquierda con reclamaciones nacionalistas y de justicia que pueden poner en entredicho la paz social, sin la que es imposible respetar los derechos humanos. Esto último ha sido el resumen de mi intervención.
Por su parte, el colegio de Fomento Sansueña se adhirió a la defensa de los derechos fundamentales de cada persona que postula el Papa Francisco, haciendo un llamamiento a aquellos con responsabilidades institucionales para que coloquen los derechos humanos en el centro de todas las políticas, incluidas las de cooperación para el desarrollo, incluso cuando esto signifique ir a contra corriente y se luche contra la desigualdad ya que mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derecho fundamentales ignorados o violados.
Muchas intervenciones se han escuchado en Zaragoza, pero las más dramáticas y que han llegado más a todos los asistentes a este acto han sido los testimonios de los caballeros andantes del mar, los que como el Aquarius y Open Arms salen al Mediterráneo a salvar vidas y rescatar su dignidad humana.
Con lágrimas en los ojos el médico jefe del operativo del Aquarius rememoró aquellas jornadas dramáticas en que la realidad superó a la ficción. El Aquarius ha salvado a más de 30.000 personas. Chapeaux!!!
Mercedes Roig glosó las tareas humanitarias llevadas a cabo por el Colegio Sansueña en sus 50 años de existencia y el compromiso de sus estudiantes.
Un "coach" muy buen orador se explayo en las bondades del espíritu de equipo para gestionar una empresa.
Clausuró esta emotiva y muy bien estructurada jornada el Fiscal Superior de Aragón explicándonos la labor de la Fiscalía al servicio de la ciudadanía.
Las hazañas del Aquarius nos dejaron pensativos en la dureza de la condición humana para los seres que luchan por la supervivencia.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
