Animales míticos o totémicos

En el mundo existe o ha existido una variada fauna de animales míticos relacionados en su mayoría con historias y leyendas de épocas pretéritas que simbolizaban el poder, la gloria, la castidad, la fuerza y otras cualidades asociadas a su naturaleza.

Esta múltiple fauna mitológica se agrupaba en diversas especies: terrestre, voladoras, acuáticas, etc... Brevemente, como ejemplos más significativos podríamos citar el ave fénix, el centauro, el minotauro, el cancerbero, el dragón, la hidra, el león, y también el toro, que ilustran relatos y leyendas sobre sus poderes sobrenaturales.

Veamos algunos ejemplos:
En Rumanía (antigua Transilvanía) podríamos hablar del vampiro, inmortalizado por la leyenda del Conde Drácula.

En Australia el canguro es el animal más representativo.

En la India la vaca, animal sagrado, protegido y venerado. En la mayor parte del mundo nos dedicamos al ordeñe o al consumo de tan sabroso mamífero.

En Estados Unidos recordamos al célebre Pato Donald reconvertido ahora en el Donald Trump, especie de difícil clasificación, con permiso de la CIA.

En los Países Nórdicos el animal más representativo es el reno. Elegante y cornudo, que arrastra trineos por los cerros nevados.

En Galicia, sin ninguna duda, el animal totémico más representativo es el cerdo, tótem de la gastronomía galaica, cuyo sacrificio y consumo es un hábito tradicional. El cerdo ha hecho más por la demografía, la alimentación y las relaciones sociales en Galicia que todos los programas políticos conocidos, y encima con la anuencia del diccionario de la Academia Española de la Lengua nos permitimos ofender a tan noble y benéfico animal con adjetivos como “persona desaliñada y sucia, grosera, sin cortesía” ¡! Anda ya ¡! Al cerdo le debemos un monumento en este país.

En España el animal más representativo, al menos publicitariamente, es el toro, símbolo de fuerza y fiereza. Aunque según los últimos análisis estadísticos podría ser sustituido por la cobra, dado que todo el mundo “cobra”, y el que no cobra es tonto o no puede.

Allá en la antigüedad un tal Aristóteles definió al ser humano como “animal político”, sin precisar que cualidad predomina sobre la otra.

Modernamente según solventes investigaciones zoológicas los animales se clasifican en: domésticos, domesticables, salvajes, mutantes, híbridos y parásitos.

Siguiendo la doctrina maquiavélica dicha clasificación resulta de fácil aplicación a la que podríamos llamar “fauna política” de nuestra sociedad actual, cuyos hábitos y prácticas nos remiten a ciertos nobles y conocidos animales como el zorro, la cotorra, el avestruz, el camaleón, la culebra, el chacal, el gorrino y otros que sería muy prolijo e incluso ofensivo enumerar. Recomiendo la lectura del libro Animales Políticos del maestro Máximo, que dedica “A todos los animales, incluidos los que saben leer”, y pido disculpas a los grupos animalistas por tan oprobiosas comparaciones.