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La tolerancia

lunes, 26 de noviembre de 2018
El pasado 16 de Noviembre se celebró el “Día Internacional para la Tolerancia”. Igualmente es el Día Internacional del Flamenco, aunque aparentemente no exista relación entre ambos acontecimientos.

Las Naciones Unidas dedican determinados días a la celebración de acontecimientos o temas específicos con el fin de promover, mediante la concienciación y la acción, los objetivos de la Organización.

Cualquier persona puede solicitar a la ONU que formalicen alguna celebración determinada, exceptuando como es lógico mensajes racistas, sexistas o inmorales. La mayor parte de las denominaciones hacen referencia a enfermedades, oficios o actividades diversas pero también aparecen denominaciones, cuando menos, algo pintorescas, tales como el Día Internacional del atún, de la galleta, de la bicicleta, del retrete, del gin tonic, o del orgasmo femenino. Echo de menos la celebración del Dia Internacional del Sentido Común -el menos común de los sentidos- que debiera promoverse y celebrarse todos los días del año.

En el año 1995 la Unesco aprobó la declaración de principios sobre la Tolerancia y la ONU en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se compromete a fomentar la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la tolerancia como el respeto por los pensamientos y las acciones de terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios.

La tolerancia es uno de los valores humanos más respetados Se trata de un término que proviene de la palabra en latín “tolerare”, la que se traduce al español como “sostener”, o bien, “soportar”.

La tolerancia se define como la capacidad de aceptar la diversidad de opinión y las diferencias culturales, étnicas, religiosas que deben convivir pacíficamente en una sociedad, respetando las distintas formas de expresión ideológica y moral de las personas, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de las mismas.

Su antónimo: la intolerancia, es una actitud de rechazo, falta de respeto o enfrentamiento a valores, ideologías o conductas contrapuestas a las propias.
Es evidente que en las sociedades actuales concurren, aunque no conviven pacíficamente, ambas posiciones.

No obstante, tras este panegírico sobre la Tolerancia conviene analizar algunos riesgos colaterales derivados de un uso inadecuado o manipulado de dicha noble cualidad.
¿Quién determina el nivel y los límites éticos y morales de la tolerancia? El umbral de la tolerancia presenta diversas interpretaciones y niveles.

Unos padres pueden ser todo lo tolerantes que quieran con respecto a la educación de sus hijos. Es su propia responsabilidad. A nivel particular cada persona determina su grado de tolerancia, y lo varía a su antojo. Pero en la función pública el umbral de tolerancia está supeditado a la eficiencia y la responsabilidad, sin que pueda alegarse ignorancia o desidia en el ejercicio de dichas funciones. En dichos casos la tolerancia puede derivar en complicidad e incluso en responsabilidad “in vigilando”, por omisión del deber de vigilancia que le impone su cargo.

No es lícito incorporar fraudulentamente la tolerancia al “argot político”, con el fin de justificar o amparar actitudes o situaciones inadmisibles éticamente o legalmente. La tolerancia es un arma de doble filo. No se puede ser tolerante con lo intolerable.
Hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser virtud. (Edmund Burke)

21 de noviembre 2018, Día Internacional de la Televisión.
Vázquez Liñeiro, José Ramón
Vázquez Liñeiro, José Ramón


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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