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Nápoles Milenaria

lunes, 12 de noviembre de 2018
El día 6 de noviembre comenzaba en Madrid un simulacro, una caricatura de lo que se entiende por paz y pacifismo. Una ocurrencia de Carmena para gastar dinero y conseguir apoyos para su reelección en Madrid.

Estos fórums de la violencia ciudadana tendría sentido si en estas amenazas contra la convivencia cívica se incluyera a la Sra. Carmena y a sus dignos okupas!...

Por lo tanto, me dirigí a la escuela diplomática, que la lleva esta vez mi buen amigo Nápoles MilenariaFernando Fernández Arias, para asistir a una presentación de un libro sobre Nápoles.

Los diplomáticos son grandes viajeros por su oficio y notables literatos por sus aficiones. El embajador Riquelme, un lobo de mar de siete océanos, con más conchas que un galápago, una excelente pluma dotada de un fino humor relata a través de personajes ficticios los mil y un Nápoles que conoció en su estancia diplomática en 2001-2002.

Este elegante caballero, como suelen ser los diplomáticos, se convierte en un escritor costumbrista cuando escribe sobre Madrid y, en un pícaro de Quevedo cuando nos conduce con mano sabia por barrios españoles de Nápoles o, pasearnos por la antigua calle de Toledo que es el eje central de esta ciudad trepidante.

Riquelme es también un gran gastrónomo. Lo de bon vivant se aplica a todos los diplomáticos de antes de Zapatero que se obstinó en democratizarlos o... vulgarizarlos.

Desde que está Fernando, acompañado por la bella subdirectora Silvia Cosano, la que parece una presentadora de la Sexta, he asistido a dos presentaciones de libros en el Aula Magna de la Escuela Diplomática.

En las filas delanteras se sientan ilustres embajadores jubilados y en las traseras están los jóvenes opositores a la Escuela Diplomática que ha convocado ya un concurso para cubrir las 33 plazas. Entre unos y otros está esa... variopinta fauna tan necesaria en todo evento social.

Son presentaciones muy distendidas, enriquecidas por sabrosas anécdotas servidas por estos singulares servidores del Estado que, como dijo el director Fernando Fernández Arias, tienen una sensibilidad especial de mirar el mundo. Un joven diplomático, uno de los tres que dirigen la Editorial Valija Diplomática, apoyó esta visión especial que poseen los diplomáticos y que se ha plasmado en cerca de 100 libros que ofrecen un mundo muy atractivo para viajeros y lectores ávidos de agradables experiencias. Esta palabra "agradable" es muy típica del lenguaje diplomático para subrayar el buen tono de cualquier suceso.

No quiero que mi artículo sea un pastel de liebre sin liebre por lo que, contaré a mis queridos lectores una aventura mágica que le sucedió a vuestro humilde cronista en esta ciudad:

Una condesa napolitana me invitó a visitar Nápoles con la promesa de revelarme una ciudad única, según sus palabras. Me llevó a visitar el Museo Capo di Monte que construyó Carlos III y que fue 24 años rey de Nápoles y considerado por los napolitanos como su Luis XIV. Vimos también en las afueras la Reggia de Caserta, otro primor de este gran Borbón.

Después, en su casa, que estaba en los Quartieri Spagnoli, a un almuerzo con una especie de rigatoni, que era la receta secreta de la familia y me explicó que las grandes familias napolitanas tienen platos especiales como los fusilli‎.

En la mesa, aparte de un primo suyo, estaban sentados con mucha familiaridad todos los miembros de la servidumbre incluido el portero que parecía un almirante. La pasta exquisita y el vino más todavía! Por la tarde me llevó a una pequeña iglesia cerca de su casa donde, debajo del altar, estaba el féretro de una antepasada suya y, después, entramos en el Teatro San Carlo sin necesidad de entradas y me ví en un palco escuchando a Ornella Vanoni.

Nápoles MilenariaEn Italia, los artistas no se jubilan nunca y siguen hasta que pasan a una mejor vida, es un decir... Después, ésta nobil donna, pretextó que tenía un asunto muy importante y... desapareció... Su portero almirante me dijo que esta gran dama acostumbraba hacer esto con todos los literatos o... aspirantes a ello, en mi caso, que se le ponía por delante.

Lo curioso del caso es que, encontrándome en la Puerta del Sol a despedir el año, trabé amistad, después de las campanadas, con dos napolitanos que eran hermano y primo de la famosa condesa. Ni que decir tiene que les hice de Cicerone y anduvimos toda la noche recorriendo la villa y corte de Madrid terminando, claro está, en la Churreria San Gines. El Marqués de Bradomin se partió de risa.

Curzio Malaparte, el autor de La Piel, el descarnado relato sobre Nápoles después de la Guerra, fue mencionado también por Riquelme así como Sofia Loren, Marcello Mastroiani y el gran Edoardo, el rey del Sainete Napoletano.

Mencionar por último, entre tantos personajes y situaciones de Nápoles cómo definió a la pizza napoletana, la marinara y la marguerita y, explicarnos que la pizza al principio era frita, en pequeños pedazos y no redonda y grande como es ahora. En resumen, una muy sabrosa presentación, un notable diplomático, muy ilustres embajadores y opositores ansiosos de llegar a ser como Riquelme.

Por último, felicitar a Fernando y a Silvia por incendiar nuestras mentas con estos viajes a estupendos lugares del mundo como fue el Japón de Arturo Pérez y el Nápoles Milenario de este libro de la Valija Diplomática. Todo muuuy agradable!
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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