Me encuentro en Roma desde donde envío mi crónica a mis amables lectores de GD. Italia es el enfermo de Europa... Está al borde del colapso económico, aunque la vida fluya con aparente normalidad. Miles de turistas y un Vaticano que echa chispas por su gran actividad.
El enemigo público número uno para este disparatado gobierno de populistas formado por dos partidos que tienen similitudes con nuestros populistas y los indepes catalanes es su compatriota Mario Draghi al que acusan de envenenar la economía.
El Movimiento Cinco Estrellas, los indepes, son un Podemos de derechas, pidiendo todo y ofreciendo todo a la gente, llegando a ofrecer un sueldo a todos, solo por el hecho de estar vivos. Un mundo de Jauja que puede poner en jaque a la economía, hacer quebrar a la banca y poner en riesgo al euro y resucitar el fantasma de una crisis a la griega.
La Liga de Salvini, el caudillo del Norte, recuerda mucho a la Esquerra Republicana de Cataluña en su tremendo programa racial de italianos primero o, catalanes enloquecidos con su independencia. Salvini es un líder populachero que interpreta a las mil maravillas su papel. Es un nuevo tribuno de la plebe como lo fue en el pasado Cola di Rienzo.
La prima de riesgo está en 309, siguiendo los bonos del Tesoro a punto de crujir. Standard and Poors ha reducido el crédito de los italianos a límites de peligro inminente, los presupuestos rechazados por primera vez por la Unión Europea.
Un futuro muy preocupante.
Ante eso, en vez de una respuesta serena, bravatas, soflamas y llamamientos a defender el honor nacional a los bancos, a los ahorradores, en vez de hacer examen de conciencia y revisar su descabellado programa económico que no está basado en el trabajo, el esfuerzo, sino en la protesta de un hombre de la calle que se cree en derecho a vivir del cuento. Podemos a la italiana.
A diferencia con nuestra Plurilandia, antes España, aquí no hay un Divino, ni un valido con coleta pero, Luigi di Maio y Matteo Salvini son una pareja digna del próximo Halloween! No olvidemos que lo que Benito Mussolini prometía a los italianos era que dejasen de ser un pueblo de camareros y hoteleros y se convirtieran en dueños de sus propios destinos! Ahora, los tiempos han cambiado y ya no hay carnaval de camisas negras como en el fascismo pero, se culpan a los oscuros poderes de las finanzas mundiales del desencaje italiano...
Creo que detrás de estas bravuconerías habrá una rectificación como las que en Plurilandia hacen nuestro impagable el Divino con Carmen Igualdad y sus majorettes y a la fuerza, a la chita callando, rectificaran aparentando que hacen lo contrario de lo que les obligan a hacer, puro sainete grandilocuente.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
