Queridos lectores vamos a entrar en un ciclo de elecciones en que los ciudadanos vamos a decidir nuestro futuro próximo. Qué criterio tenemos que tener para decidir nuestro voto.
Hay que prescindir del criterio de la honestidad, que no puede exigirse en un país latino, donde la verdad se confunde con el interés personal y estamos acostumbrados a pensar una cosa y hacer otra.
No se trata de pesimismo, todo lo contrario. Creo que la democracia no es perfecta pero con Winston Churchill estoy convencido en que es el mejor régimen posible.
No podemos votar, no debemos, votar a quienes nos prometan el oro y el moro, ni a quienes no practiquen lo que predican. No dejemos que nos den el timo de la estampita.
Tratemos de votar a los candidatos más listos, con una mayor visión de futuro. No nos dejemos guiar por deseos irracionales de revancha. Catalogar a quienes no nos gustan como "asquerosos", "fachas", "comunistas" no nos ayuda para poner nuestro granito de arena en el gobierno o gobernanza de Plurilandia, que alguna vez se llamaba España.
Tratemos de ser listos en nuestras vidas y acciones personales. No hablo de ser honestos, pues son tantos los matices de la honestidad, que sólo nos queda la ley de Dios, para los creyentes y el Código Penal para todos.
No son reflexiones pesimistas todo lo contrario construyamos entre todos una nueva limpieza, una regeneración de nuevo cuño, con mucha ilusión pero con los ojos bien abiertos.
Seamos mejores cada uno de nosotros en vez de exigir a los demás lo que no seamos capaces de cumplir nosotros mismos y no perdamos el sentido del humor ante las múltiples ocurrencias que florecen en nuestro país. Seamos indulgentes las soluciones nunca tienen que ser violentas.
La luz la encontraremos entre todos, caminando a tientas como los ciegos, buscando con nuestro frágil candil el camino a seguir. Nos caeremos, nos abofetearan continuamente, pero poco a poco surgirá la luz, en forma de los mil y uno compromisos, no torzamos el gesto, acostumbrémonos a la complejidad y no nos creamos las soluciones fáciles, son siempre las peores.
Si con todos estos consejos de la abuela no sabemos a quien votar echémoslo a los dados. Al menos quienes desean medrar a nuestra costa deberán su suerte a la fortuna, esa diosa tan veleidosa.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
