Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Lugo Ayer (11)

viernes, 12 de octubre de 2018
Memorias de un maestro lugués (2)

La pensión, o fonda, con patrona incorporada, estaba situada en el barrio que llamaban Caiñós que, Montero Ríos abajo, venía a coincidir frente a lo que eran los chalés del Lugo Ayer (11)malogrado doctor Vega Barrera, cuyo hijo, Luís, fue mi compañero de curso.

La calle, a falta de tránsito rodado, era nuestro campo de deportes y los balones solían saltar al jardín de dicho doctor Vega con el consiguiente disgusto y bronca por parte de madre.

Al curso siguiente, por falta de alojamiento en dicha pensión, hube de cambiarme a otra, situada casi al inicio de Montero Ríos y, por casualidad, regida por una patrona de ilimitada paciencia y limitado arte culinario y, fíjense, si tenía ilimitada la paciencia que no había dios que alterase su estado zorrero. De aquesta manera, pongo por ejemplo, que a toda advertencia de la falta de sal en las comidas, patatas medio crudas, en tortilla, fritas o cacheladas, siempre contestaba en tono educado, eso sí: Eso vaille en opinións”.

Claro que hay gentes que comen sin sal, caldo con verdura entrepelada y alubias balísticas, pues, fíjate, lector, que en el campo de las opiniones hay de todo. Incluso hay patronas que utilizaban la lógica como arma defensiva en el mismísimo campo del analfabetismo. Conclusión: tenía tanta razón -además se llamaba Generosa- que hasta nosotros, los sufridores, le dábamos la nuestra.

Ya en el siguiente curso no me chirriaban los zapatos de Allariz. Ya eran otros nuevos “feitos a mao” por el zapatero de mi pueblo y tampoco tuve que discutir con Generosa porque fui admitido como pupilo por una maravillosa familia. El patrón era Maestro Nacional, pero sufridor del Movimiento, motivo por el cual tuvo, de momento, que convertirse en posadero para subsistir. Se llamaba Emilio de Arriba y su maravillosa esposa, Carmen Armas. Tenían tres hijos que seguían estudios, más otros cuatro pupilos: Elías Prado Ledo que, posteriormente, ejerció la medicina; los hermanos Francisco y Ramón Falcón, -el primero ejerció su profesión en el Colegio “La Paloma” de Madrid- y Ramón, bien conocido en Lugo por su condición de “libertador de las murallas” y yo que me sumé a ellos.

Mi fraternal recuerdo para esta familia que en paz descanse y, de manera especial, para doña Carmen que nos trató como una madre.

Otro efusivo recuerdo para Paco Falcón que, por ser hijo de un sastre de Castro de Rey nos enseñó a los demás a planchar los pantalones, cosa que hacíamos los sábados por la tarde, víspera de festivos. (Nuestro anterior planchado consistía en estirar el pantalón y colocarlo debajo del colchón. Lo malo es que en ellos -en los pantalones- quedaba reproducido el entramado metálico del sommier).

CONTINUARÁ...
Esteban, Antonio
Esteban, Antonio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES