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El derecho al trabajo y a la huelga

miércoles, 18 de abril de 2018
En principio, aquí y ahora resulta paradójicamente más sencillo ejercitar el derecho a la huelga que el derecho al trabajo, aun cuando ambos son derechos constitucionales. El artículo 28.2 de nuestra Constitución dice: Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.

No es la pretensión de este cronista hacer un análisis de dicho derecho, recogido y respetado en todas las constituciones de los estados democráticos.

Voy a referirme brevemente a un tema más cercano: la huelga prolongada e indefinida que mantienen en Galicia los funcionarios de justicia, que está causando daños bilaterales: a los propios huelguistas, por la merma de sus salarios y las contrariedades que provoca dicha situación anómala, aunque legítima, y especialmente a la ciudadanía en general que ve limitados sus derechos a una justicia pronta y eficiente.

El éxito de una huelga suele estar en función
de la capacidad de presión
que ejerzan los huelguistas:
no es lo mismo una huelga de policías...
...que de que pensionistas.

No obstante, no todos son contrariedades ni problemas. En clave de humor y sin el menor pudor, se me ocurre enumerar brevemente algunos aspectos positivos de dicho conflicto:

-Disminución o aplazamiento de pleitos y litigios en un país proclive a dichas incidencias.
-Disminución de divorcios y de bodas civiles, que debería repercutir en la recuperación de los enlaces tradicionales bendecidos por cualquier confesión religiosa.
-Ahorro de dinero público detraído de los precarios salarios de los huelguistas. ¿En qué lo invertirá la Xunta?
-Los nacidos no inscritos no tienen la consideración de persona y los fallecidos siguen estando legalmente vivos. En base a dichos acontecimientos anómalos parece ser que la Xunta prepara un decreto prohibiendo nacimientos y defunciones mientras dure el susodicho conflicto.

Esperemos que se llegue a un pronto acuerdo y podamos bautizar a los vivos, enterrar legalmente a los muertos, y darles trabajo a procuradores y abogados que están justamente cabreados.
¡!Qué así sea. Amén¡!
Vázquez Liñeiro, José Ramón
Vázquez Liñeiro, José Ramón


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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