Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Sentenzas, Fías e Ruadas (9)

martes, 27 de febrero de 2018
.../...

Sentenza

El público está amotinado
a las puertas de esta audiencia;
se nota que desea pronto
conocer mi SENTENCIA.
Para dar una Sentencia
debe ser muy estudiada,
y pensarla varias veces
que es una cosa sagrada.
Voy hacer una Sentencia
según yo puedo entender,
dictada por la Justicia
y basada en la Ley.


Axustouse os lentes con parsimonia, e colleu o libro do Código Penal, exhibíndoo para que non houbese dúbidas de que todo ía legal.

Sentenzas, Fías e Ruadas (9)
La Sentencia está dictada
de acuerdo con el expediente:
¡La dictaron las faltas
atribuidas al delincuente!
Estas faltas, todas en junto,
cometidas por el delincuente,
¡exigen que en este día
se le dé pena de muerte!
El piquete ejecutor
la cabeza le hará volar,
en la tarde de este día
y en este Campo Real.

Neste punto o Xuíz deixa o Código, quítase os lentes, e con moito empaque, solemne, diríxese de novo ao público, como xustificándose:

Seguro habrá quien diga
que esta sentencia es de acero;
¡según es la enfermedad,
así hay que aplicarle el remedio!
Si la Justicia, señores,
no fuese recta y formal,
no se viviría en el mundo
con la gente criminal.

Diríxese ao Defensor:

Por si el reo advierte algo,
aún le queda tiempo,
y todo el necesario
si quiere hacer testamento.

Aquí hai unha alusión, sequera sexa formal, para que o galo faga, eleve, recursos, apelacións.

Si quiere hacer testamento,
y algún otro legado;
una vez hecho esto,
¡cúmplase lo sentenciado!

Neste momento os fareleiros, manexando os seus sacos de farelo, en función de alguacís, avisan ao Escribán, que estaba abaixo, cerca do Tribunal, bebendo viño á "canilla", ostentoso e moi caracterizado. O seu papel era, fundamentalmente, facer rir cunha parodia de Testamento; por tanto, non se cansa de xesticular, teatreiro. ¿Iso da fe pública...? Daquela receábase dos escribáns, temendo que redactasen de xeito que favorecese a unha das partes. A título anecdótico, dérase na nosa bisbarra o caso, entre outros por alí comentados, de que un xenro, despois de morto o sogro, foi a Lugo coa Cédula persoal do vello, e levou ante o Escribán a un mendigo dos de xunto da catedral, facéndoo pasar por seu sogro. O Notario, suponse que de ben untado, como daquela non había rigor na secuencia dos protocolos, púxolle unha data atrasada, anterior ao óbito por suposto, e o "mendigo" que asumiu o nome do defunto, ¡testou un terzo de mellora en favor da muller do trapalleiro, restándolla ao morgado da casa! Cláusulas en castelán que non se entendían nin explicaban ao dereito, e outras mil fórmulas e xeitos de facerlle ao papel ter conta do que lle poñían, ¡que de aí vén ese dito!

Sentenzas, Fías e Ruadas (9)
Testamento do galo

Delante de la Autoridad,
para que testara el gallo,
hoy mismo fueron llamarme:
¡Aquí tienen al Notario!
Me personifico en estrados
para hacer buena esta cosa:
Dar principio al testamento
de Travieso Cresta Roja.
Deja un tercio de sus bienes,
bien exacta y repartida,
a todos los accionistas
que inventaron esta Corrida.
El otro, segundo tercio,
lo deja para todos los mozos
por creer que en el momento
no tiene herederos forzosos.
El otro tercio que queda
de todo lo remanente,
ese piensa repartirlo
de la manera siguiente:
Su pico, que constituye
una tenaza muy potente,
queda para las aficionadas
a hacerse la permanente.

A partir deste punto o "Notario" da Meda cambia de persoa gramatical; acaso unha simple licenza, ou un descoido do Autor.

Tengo un poco de perfume,
que lo dejo sin estrenar,
para todas las cochinas
que no se quieran lavar.

Por aquel tempo estaba de moda unha canción machista, despectiva, que viña a dicir das mulleres: "... llevan en el bolso una carta y un retrato; ... una carta y un retrato..., y un pañuelo sin lavar".

A todas las escotadas
dejo mis alas, enteras,
para que en lo sucesivo
cubran sus vergüenzas.
Le dejo quedar mi carne,
compuesta y arreglada,
al piquete ejecutor,
¡para darse una panzada!
A las de quince a veinte
nada les dejo quedar:
¡Son bien jovencitas,
que aprendan a trabajar!
Las de veinte a treinta
tienen que ser veneradas:
¡Les dejo quedar el rabo
para empolvarse la cara!
A las de treinta a cuarenta
que no tengan pretendientes:
¡Mis costillas peladas
para usar de mondadientes!
Las de cuarenta a cincuenta
no penséis en el casamiento:
¡Buen comer y buen beber,
que así vais pasando el tiempo,
porque si aún hay alguna
que pretenda ser casada,
será con un palandrán
que no les valdrá para nada!
Aún me quedan las tripas,
algo que es de lo mejor;
esas se las dejo quedar,
en pago, a mi Defensor!
Aún se me olvidaba
dejarles las uñas
a todas las mozas
que tengan miúdas.
(Miúdas = ovas do piollo)
Me queda la cresta,
con su buen color:
Se la dejo quedar
al sabio Predicador!
No creáis que por morir
llevo ninguna pena,
pues en este pícaro mundo
pasé bastante miseria.
En alivio de mis penas,
y por mi eterno descanso,
en las tabernas de la Meda
debéis tomar un vaso!
Soy muy claro en hablar,
y nada oculto me queda:
¡Las amas querían gallo,
pero que este no comiera!
Aquí termino mi Testamento,
nada me queda al parecer:
¡Páguenle bien al Notario,
para que quiera volver!

Acto seguido baixaron o galo desde o Tribunal, atado de pés e na mesma gaiola na que o tiveran mentres durou o xuízo; sempre custodiado polos fareleiros, dos que tamén era a responsabilidade de fixalo nun trelo, que ía de panca a panca, ou dunha árbore á outra. Seguidamente comezaron as carreiras dos cabaleiros - executores, cabalgando en briosos corceis.
.../...
Gómez Vilabella, Xosé M.
Gómez Vilabella, Xosé M.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES